Declarado un nuevo incendio en el asentamiento de la Gallineta
Los hombres del asentamiento, que esperaban fuera del perímetro de seguridad, dieron la voz de alarma
Los bomberos han logrado sofocar las llamas con inmediatez y hablan de un posible rebrote
Buena parte de las familias han rechazado ser reubicadas en alojamientos municipales

C.M.

Las llamas han vuelto a quemar el asentamiento de la Gallineta. Un nuevo incendio se ha declarado a última hora de la tarde en este poblado ubicado entre La Fe y Turianova (San Marcelino) pocas horas después de que cuarenta familias tuvieran que ser desalojadas ayer, consecuencia de un primer fuego que además obligó a cortar las líneas ferroviarias. Por fortuna, el asentamiento hoy estaba vacío y los Bomberos de València han logrado sofocar el fuego con cierta inmediatez.
Según han relatado algunos ocupantes de la Gallineta, que esta noche duermen en un camión a las afueras del asentamiento, estas llamas han sido más intensas que las del jueves y han calcinado varias casetas de la parte delantera, en lo que según los bomberos podría ser un rebrote del incendio anterior.
Unas horas antes, por la mañana, buena parte de las cuarenta familias desalojadan ayer habían decidido eludir los alojamientos de emergencia ofrecidos por el ayuntamiento.Una docena de hombres –casi todos temporeros– eligieron volver a las casetas del poblado chabolista, mientras que la mayoría de mujeres y niños se quedaran en viviendas de familiares y amigos.
Dicha decisión se tomó después de que una amplia representación de estas familias acordara su reubicación con los técnicos del centro de Servicios Sociales Quatre Carreres, familiarizados con los casos individuales de todos las personas procedentes de Rumanía —más concretamente de Tulcea, en la frontera este con Ucrania— que desde hace años integra este poblado junto a las vías del tren.

La alquería incendiada en el incendio del jueves / Francisco Calabuig
Tras la reunión, los hombres de la Gallineta acordaron volver a las infraviviendas y permanecer al cuidado de sus pocas pertenencias, especialmente ropa y documentación. Para ello han estado todo el día apostados en la puerta del enrejado esperando a que los bomberos concluyan los trabajos en la zona y la patrulla de la Policía Local les permitiera el paso. Al final no han podido, y el hermano de uno de los chabolistas les ha prestado un camión para que puedan guarecerse de la intensa lluvia y dormir en su interior. Desde ahí han visto el incendio desatado hoy.
Por su parte, algunas mujeres y niños que ayer durmieron en los alojamientos municipales —la Ciudad de la Esperanza que gestiona Hosoju, el Instituto Social Obrero y San Juan de Dios— han preferido buscar una alternativa en casa de parientes o conocidos. "La noche en el albergue no fue nada bien", relata uno de los moradores del asentamiento del barrio de San Marcelino.
En todo caso, desde los Servicios Sociales mantienen el ofrecimiento de asilo de emergencia y continúan atentos a la situación de las familias, que también cuentan con la asistencia de los voluntarios de Mensajeros de la Paz. De hecho, se da la circunstancia de que Marta Torrado y Jesús Carbonell, ediles de Bienestar Social y Policía Local respectivamente, acudieron la semana pasada a la Gallineta con el “HigieneBus” de la citada oenegé.
Tras el nuevo incendio de esta tarde-noche, los hombres del asentamiento han mostrado su malestar por el hecho de que no se les haya permitido acceder en todo el día, ni siquiera a recoger un poco de ropa y sacar de la Gallineta a los animales que suelen correr por la parte delantera. "No queremos molestar, pero nos gustaría que mañana nos dejaran entrar acompañados de la Policía y sacar cuatro cosas de las casetas que siguen sin quemar al final del camino", reclaman.
Rifirrafe por la gestión del sinhogarismo
Sobre el asentamiento ha hablado hoy la alcaldesa María José Catalá para alabar el “trabajo fino” de Servicios Sociales posterior al incendio y, ya en clave política, arremeter contra el gobierno del Rialto: "Me he encontrado una ciudad que en los últimos ocho años no se ha preocupado por el sinhogarismo ni por los asentamientos. El anterior gobierno municipal cerró los ojos y permitió estas realidades”, ha manifestado.
Por su parte, la concejala socialista Maite Ibáñez ha denunciado el “caos” que está generando Catalá “con el desmantelamiento de las políticas de servicios sociales, inmigración y cooperación». Una situación, advirtió, que "trae consecuencias como este incendio del asentamiento de San Marcelino, donde más de 50 personas han sufrido una situación de emergencia con una atención de acogida temporal insuficiente”, ha criticado
Por último, la concejal de Compromís Lucía Beamud ha recordado a Catalá que el gobierno de Joan Ribó realizó un diagnóstico y un censo para saber la situación real de las personas en situación de vulnerabilidad extrema y que sirvió de base para la elaboración de un Plan integral para la atención de las personas sin hogar. También se incrementaron las plazas de alojamiento de emergencia en más de un 168% y se duplicó el presupuesto para abordar esta problemática.
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