Las plagas llenan de melaza y hojas muertas las calles de Gran Vía
El barrio sufre los efectos de los insectos parásitos desde hace meses, en los que calzada, aceras y mobiliario urbano han sufrido en un«otoño permanente»

La alfombra de hojas y melaza ha durado todo el verano / Moisés Domínguez

Al barrio de la Gran Vía se le acumulan los problemas botánicos en las últimas semanas. En los últimos días, grandes camiones de València Verda podían verse por sus calles para proceder a podar ejemplares de melias que abundan en sus calles, pero que no impiden que, desde hace semanas, cuando no meses, se prolongue la plaga de pulvinaria.
Se trata de un proceso que se repite año tras año, pero que este año se ha multiplicado: la acción de esta cochinilla provoca no sólo la caída de las hojas, que alfombran aceras, calzada, vehículos y terrazas, sino que ésta desprende un líquido viscoso, una «melaza» que se pega a todos los objetos de contamina. Estos son unos de los árboles a los que se ha aplicado labores de corte drástico en calles de esta cuadrícula que forman calles como Salamanca, Císcar, Joaquín Costa, Almirante Cadarso, Conde Altea y Burriana.
Los efectos del temporal de los últimos días han acrecentado la sensación que acompaña todo el verano, con la constante caída de hojas, multiplicada ahora por la acción del viento, acrecentando la sensación de «otoño permanente», incluso en pleno verano.

Labores de poda en la calle Conde Altea / Moisés Domínguez
En los últimos días se han llevado a cabo labores de poda, pero los insectos han llegado a los balcones
Ya antes del verano Compromís había denunciado la existencia de esta plaga, que había servido para criticar al actual equipo de gobierno, asegurando que era consecuencia de la «descoordinación entre las concejalías de Parques y Jardines y de Limpieza porque no se ha previsto con antelación, mostrando la dejadez del gobierno municipal para el mantenimiento del arbolado en la ciudad». No menos cierto es que la pulvinaria no entiende de colores políticos y que tanto su presencia como su acumulación y el vertido de melaza también fue una estampa habitual en los años anteriores.

Nidos blancos de cotonet en la calle Císcar / Moisés Domínguez
Y cotonet también
A esta plaga se le ha sumado otra de una especie prima hermana, el Cotonet de les Valls, que fue localizado en la calle Conde Altea inicialmente, que ha colonizado estas calles y cuyo rastro, en forma de nubes algodonosas en los troncos, ramas y huecos del arbolado, se multiplican por doquier. Este insecto parásito se ha detectado en diferentes zonas de la ciudad en la actualidad, después de haber sido auténticamente dañino en lugares como Patraix, que literalmente colonizó barrios enteros en 2020.
Ahora, en las calles de Gran Vía no sólo se han extendido por el arbolado público sino que, tal como han denunciado vecinos de las mismas, se ha extendido a las plantas domésticas de los balcones y en un número bastante notable, que se distingue por el tamaño de las «nubes de algodón».
Estos parásitos son especialmente peligrosos para la agricultura y en la Comunitat Valenciana, sobre todo en los cítricos, que no es el caso, pero para controlarlo en la ciudad requieren un plan de actuación, que pasa por la aplicación de productos biosanitarios. n
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