Cajetines de llaves hasta en bancos: los pisos turísticos colonizan la calle

Vecinos y plataformas de València observan con preocupación la transferencia de llaves en la vía pública, algo que el Consell prohíbe expresamente desde agosto

Cajetín de llaves en un banco de la plaza de Rojas Clemente, en el Botànic

Cajetín de llaves en un banco de la plaza de Rojas Clemente, en el Botànic / J.M.López

Claudio Moreno

Claudio Moreno

En las ciudades grandes se ha instalado cierta angustia en torno a los pisos turísticos. Cualquier reforma de bajo comercial parece anticipar la apertura de nuevos alojamientos temporales. Los contenedores de obra son sospechosos y los cajetines de llaves avalan la desconfianza. No en vano, València acumula 11.662 apartamentos vacacionales en una tendencia alcista que el ayuntamiento se vio obligado a frenar. Pero la moratoria de un año no ha terminado de aplacar los ánimos y los colectivos siguen denunciando los desmanes de la industria turística. 

Ayer, varias cuentas de Instagram con la Mataobras a la cabeza pusieron el foco en una caja candado colocada bajo un banco de la plaza Rojas Clemente, en el barrio del Botànic. Estos cajetines se usan habitualmente para guardar las llaves de los pisos turísticos ofertados en plataformas como Airbnb. El dispositivo de la marca Grifema, con clave de cuatro dígitos, ha aparecido amarrado a la fijación metálica del banco, situado en mitad de la plaza. Y los usuarios de la red social especulaban con la posibilidad de que el piso turístico que ha colonizado el mobiliario urbano sea ilegal. 

Hay más casos sonrojantes. En Russafa han colocado un cajetín de apartamento turístico en una bicicleta amarilla muy identificable, atada frente al portal. La bici monopoliza una barra de aparcamiento público y los vecinos de la zona denuncian que los propietarios del piso «ni siquiera disimulan hinchando las ruedas de vez en cuando. Eso sí, el cajetín está impecable». 

Cajetín colocado en una bici en Russafa

Cajetín colocado en una bici en Russafa / LEVANTE-EMV

En el muro del popular jardín de Ayora, un parque con toques románticos que acompaña al palacete modernista construido en 1900 por el comerciante Don José Ayora, los propietarios de otro alojamiento turístico han ocultado entre el ramaje un cajetín de las mismas características. Enfrente de este tramo muro se encuentra la parte trasera del propio palacete. Una vez más, las llaves en vía pública aparecen sospechosamente semiocultas.

Cajetín oculto en el muro del jardín de Ayora

Cajetín oculto en el muro del jardín de Ayora / LEVANTE-EMV

Y algo más cercanos al mar, los vecinos del Cabanyal denuncian que la explosión de apartamentos —la zona cero del barrio acumula 230 pisos turísticos en solo cinco calles— también es patente por la colocación de cajetines en múltiples fachadas e incluso bajantes de la viviendas.

Candado cajetín colcoado en una bajante del Cabanyal

Candado cajetín colcoado en una bajante del Cabanyal / LEVANTE-EMV

Fuera de València, hace apenas tres días, un profesor de la Universitat Autónoma de Barcelona difundió en X las fotos de un cajetín atornillado a un árbol de Poblenou, barrio gentrificado de la ciudad condal. Las cajas junto a las fincas de los apartamentos están muy extendidas en ciudades como València, Málaga o Barcelona, pero no es tan habitual encontrarlas atornilladas o abrazadas al mobiliario urbano. Es decir, a elementos puestos en la vía pública para el uso y disfrute de toda la ciudadanía. 

De hecho, el Decreto-ley 9/2024 del Consell del 2 de agosto dice expresamente: «Queda prohibida la entrega de llaves a través de cajetines ubicados en la vía pública». Esto implica que la normativa autonómica no solo prohíbe casos como los del banco o la bicicleta, sino que también invalida los cajetines colocados en las paredes de los propios bajos turísticos. Si la fachada de un bloque residencial se considera vía pública a efectos legales es algo que se discute continuamente, pero la interpretación mayoritaria dice que el espacio de todos empieza fuera del umbral del portal. Más allá de la oquedad de la puerta están prohibidos las cajas de llaves.

Cajetín en una fachada del Botànic, el nuevo barrio-hotel de la ciudad

Cajetín en una fachada del Botànic, el nuevo barrio-hotel de la ciudad / LEVANTE-EMV

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