Vicente Boluda (AVE) se compromete a dar apoyo económico a las regatas del Puerto de Valencia

Las reacciones a un eventual regreso a València de la Copa del América, en la que sería la edición 38 a disputar en 2026, se suceden. Ayer, el presidente de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), el naviero Vicente Boluda, reiteraba su apoyo a la vuelta de las regatas a València. «Consideramos que haber perdido la oportunidad de reeditar la Copa América en València fue un error», destacó el presidente de los empresarios.

«Desde el mundo empresarial siempre hemos apoyado la reedición del evento y algunos estábamos dispuestos a apoyarlo económicamente, pero nunca se nos dio opción porque se cerraron en banda», dijo ayer Boluda en declaraciones a Levante-EMV. «Cuando se trata de eventos de dicha magnitud, deben abandonarse posicionamientos ideológicos y pensar en el beneficio del conjunto de la sociedad», apostilló. Boluda ya trasladó en junio de 2023 a la entonces recién nombrada alcaldesa, Mª José Catalá, que daría apoyo económico a la Copa del América.

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"Sería beneficioso para los deportes náuticos"

Por su parte, la Asociación de Usuarios de la Marina (Ausmava) apunta que «como aficionados a la vela» darían la «bienvenida» a una competición de la "magnitud de la Copa del América". «Supondría un gran beneficio y promoción de los deportes náuticos», destaca su presidente, Marcos Monleón. Ausmava es una entidad creada para defender el carácter público de la Marina de València y la práctica náutica local tras el paso a gestión privada de los amarres y la mayor parte de los espacios de tierra, ahora una concesión de las empresas Ocibar y Semar, gestoras de varios puertos deportivos en Baleares y Cataluña. Apuntan con todo en que la vuelta de la Copa "no debería suponer un menoscabo de los derechos de los usuarios de la Marina". "Este es un espacio de los valencianos", recalca Ausmava.

En el plano político, la portavoz de Compromís en el Ayuntamiento de València, Papi Robles, se ha mostrado muy crítica con el regreso de la Copa. "Ahora que acaban de salir condenas como la del que fue vicealcalde Alfonso Grau o Eduardo Zaplana, el PP vuelve a las andadas". "La Copa América es un evento elitista que ha arruinado todas las ciudades por las que ha pasado", asegura Robles. "Como saben muy bien los valencianos, la anteior edición supuso para València 400 millones de deuda con unos beneficios reales para la ciudadanía inexistentes". "Tenemos a la gente sin poder pagar el alquiler, el coste de vida cada vez más caro, el turismo descontrolado y la señora Catalá pensando en carreras de barquitos para cuatro millones".

El resto de ciudades la rechazan

El portavoz socialista en el Ayuntamiento de València, Borja Sanjuan, también es crítico con la decisión del gobierno de Catalá y del Consell de Mazón de "apostar por pagar decenas de millones de euros y volver a llevar a números rojos a la ciudad para poder traer la Copa América a pesar de que el resto de ciudades rechace repetir experiencia". “València ya sabe lo que es acoger este evento y las consecuencias negativas que trajo a la ciudad: una deuda de más de 350 millones que lastró a la Marina durante años y que, finalmente, tuvo que asumir el gobierno de España por la quiebra financiera en la que dejó el PP de Barberá el Ayuntamiento de València”. “Hoy aún tiene menos sentido porque la transformación de La Marina ya está hecha”. Para Sanjuan, "en lugar de apostar todo al turismo, Catalá debería escuchar a los miles de valencianos y valencianas que se manifestaron en las calles de la ciudad el pasado sábado y empezar a trabajar para sus vecinos y vecinas tomando medidas para garantizar el acceso a la vivienda y que no se vean expulsados de sus barrios”.

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Más problemas que beneficios

En la misma línea se ha pronunciado en las últimas horas la presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos, Mª José Broseta, quien ha asegurado en declaraciones a la SER que las dos ediciones de Copa América "trajeron más problemas que beneficios". Broseta recuerda que durante esas ediciones "algunos barrios se vieron incomunicados durante varios días o que toda la policía se destinaba a la fachada marítima, con lo que en otras zonas de la ciudad apenas había agentes". Además, "los beneficios económicos fueron más bien escasos o se limitaron a unas pocas empresas, pero la repercusión para la ciudad en general no fue tan provechosa". "La dirigente vecinal cree que antes de entablar negociaciones, las administraciones deberían preguntar a la ciudadanía".

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