Las danas devoran siete metros de las playas regeneradas en València

Costas ya contempló en su aporte de arena una pérdida de 45 metros por la acción de temporales

La playa de El Saler se encuentra todavía muy afectada por las consecuencias de la dana

Germán Caballero

Claudio Moreno

Claudio Moreno

La gota fría del siglo fue catastrófica para los municipios ribereños del barranco del Poyo y algunos colindantes, sin embargo, el 29 de octubre no pasará a la historia de los temporales marítimos. En los últimos día se había sugerido en las redes sociales que las playas del sur de València habían perdido toda la arena añadida en la regeneración de la línea de costa efectuada el año pasado entre Pinedo y la Gola de Puchol. Nada más lejos de la realidad, según los datos que maneja La Demarcación de Costas, dependiente del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO), la dana del 29-O y la posterior del 13 de noviembre se habrían comido unos siete metros de media. 

Las zonas donde se aprecian mayores pérdidas de superficie de playa dentro de los 7 kilómetros de regeneración -se vertieron más de 3.000.000 de metros cúbicos de arena-, son, por orden de afectación, las inmediaciones del espigón sur de Pinedo, la zona del búnker del Saler y la zona situada al sur del Sidi Saler. Todo ello después de que los citados días se registraran sendos temporales marítimos con alturas de ola significante de 3,89 metros y 3,72 metros respectivamente. Ninguno de ellos fue extraordinariamente intenso ni sostenido en el tiempo. 

Sobre este dato cabe hacer un par de apreciaciones. En el organismo dependiente del Miteco recuerdan que durante la regeneración de las playas del sur se alcanzó un avance de la línea de costa y un incremento de la superficie de playa seca que era temporal. La idea era tener en cuenta la adaptación de la sección constructiva ejecutada hasta el perfil de equilibrio que desarrollan las playas en condiciones normales. En concreto, se dio una amplitud de 120 metros de ancho al arenal para que luego baje a los 75 metros previstos. Hay 45 metros de margen.

«Por lo tanto, la posible variación de la línea de costa y de la superficie de playa seca producida por estos temporales ha estado dentro de lo esperado y es previsible que conforme la sección de la playa se acerque a la sección de equilibrio, el comportamiento de los arenales se aproxime al de las playas que no han sido regeneradas con grandes aportaciones de áridos», señalan en Costas. 

Una anchura recuperable

La segunda apreciación tiene que ver con la cantidad de arena engullida por el mar. Las costas son sistemas dinámicos que producen continuas variaciones de la línea y la superficie de playa seca, adaptándose a la acción de los distintos agentes que actúan sobre ellas. La anchura perdida tras un temporal marítimo puede ser recuperable con el paso de semanas o meses, una vez la costa esté sometida a oleajes normales. Es por ello que los estudios más concluyentes se plantean a largo plazo. 

Otra cosa es el aspecto de los arenales del sur, tomados por toneladas de cañas, vegetación, enseres y basura en general. Son 17 kilómetros de litoral afectados por los desechos que el río Turia dejó en las playas. En principio, la retirada de cañas no debería suponer una pérdida significativa de arena, más allá de la que pueda quedar adherida a los elementos a retirar. Todo dependerá del cuidado y el uso de los métodos adecuados.  

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