Los atropellados en el Palmar por un conductor ebrio eran el expresidente de Feria Valencia Antonio Baixauli y su mujer
El empresario valenciano fue además impulsor y presidente de la Federación de la Madera y el Mueble de la Comunitat Valenciana (Fevama) desde 1985 hasta 2004
La Guardia Civil detuvo al conductor del BMW que colisionó con el coche de Baixauli tras dar positivo en alcoholemia y mostrar un evidente estado de embriaguez

Moisés Domínguez
Las dos personas arrolladas anoche en El Palmar tras ser embestido por otro coche mientras habían estacionado para tirar la basura son Antonio Baixauli y su mujer Paquita, ambos de 83 años.
Baixauli era un reputado empresario valenciano de la industria del mueble, con una amplia trayectoria como promotor de innumerables asociaciones sectoriales. Fue presidente de Feria Valencia a finales de 1996 a 1999, impulsor y fundador de Aidimme y de la propia Fevama, de la que fue presidente desde 1985 hasta 2004.
Según el atestado de la Guardia Civil, sobre las 18.45 horas, a la altura del número 42 de la calle Vicente Baldoví –carretera de acceso a la pedanía de El Palmar (Valencia)– se produjo el atropello de la mujer, que se había apeado del vehículo. Seguidamente, se produjo una colisión fronto-lateral del turismo BMW que había atropellado a la peatona con un coche Seat, conducido por Baixauli, quien también falleció en el acto como consecuencia de la violenta colisión. Los ocupantes del turismo BMW resultaron ilesos.
Nada más conocerse el siniestro, se desplazaron al lugar patrullas de la Comandancia y del Subsector de Tráfico de Valencia, haciéndose cargo de la investigación del siniestro y de su resultado el Equipo de Investigación de Siniestros Viales de Valencia. El conductor del BMW de 22 años de edad dio positivo en alcohol, mostrando además síntomas evidentes de encontrarse bajo la influencia de bebidas alcohólicas, por lo que se procedió a su detención como supuesto autor de dos delitos contra la seguridad vial (conducir bajo la influencia de bebidas alcohólicas y conducción temeraria) y de otros dos delitos de homicidio por imprudencia.
La persona detenida pasará a disposición judicial del Juzgado de Guardia de los de Valencia en la mañana de hoy. El delito de homicidio imprudente en casos de siniestros viales está castigado con una pena de prisión de uno a cuatro años; el delito contra la seguridad vial por conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas está castigado con una pena de prisión de tres a seis meses; y el delito de conducción temeraria con una pena de prisión de seis meses a dos años.
Baixauli y su mujer tenían una barraca en el Palmar donde acostumbraban a pasar los fines de semana con familiares, amigos y personas del tejido empresarial valenciano. Cuando volvían a València depositaban los residuos en los contenedores de la zona donde fueron arrollados.
Un impacto brutal
Según ha podido saber Levante-EMV, y se desprende de las imágenes, el impacto fue de una brutalidad extrema . Tanto, que el coche del matrimonio, en el que iba el hombre, quedaron literalmente deshechos. En su desplazamiento arroyó a la mujer, que era la que estaba de pie tirando las bolsas. Su cuerpo quedó debajo de lo que quedaba del vehículo.

Accidente mortal en El Palmar / Levante-EMV
Circulación cortada
El aviso de la emergencia llegó a las 18:45 horas como un accidente entre dos coches en la calle Vicente Baldovi de València, que es el nombre que recibe la carretera que conecta la "Carretera del Saler" con el pueblo de El Palmar. Tras recibir las primeras llamadas, el CICU movilizó una unidad del SAMU y una unidad de Soporte Vital Básico (SVB). Junto a las dos víctimas mortales, el personal sanitario tuvo que atender a una joven de 20 años por un golpe en una rodilla y a otro varón de 22 años por ansiedad. Ambos fueron dados de alta 'in situ'.

Antonio Baixauli y su mujer Paquita / Fevama
Una carretera peligrosa
Este accidente se une al permanente debate sobre la peligrosidad de la carretera que une El Palmar con la vía de acceso a València. Especialmente durante los fines de semana, en el que cientos de automóviles acuden para visitar los restaurantes y del que no todos respetan las normas de velocidad. A lo que hay que añadir la conocida imprudencia de numerosas personas que acuden a los puentes -precisamente, al lugar del accidente- a presenciar la puesta del sol desde los pretiles.
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