Los chiringuitos de la Malva-rosa se renuevan: de la obra dura a la arquitectura modular ligera

Los nuevos locales ganan superficie en la cubierta, incorporan cerramientos acristalados y estarán sobreelevados medio metro

Así serán los chiringuitos de la playa de la Malva-rosa

Así serán los chiringuitos de la playa de la Malva-rosa / A.V.

València

La remodelación de los restaurantes de la playa de la Malva-rosa, construidos de obra dura en 1995 y con una imagen totalmente obsoleta, que ahora ha recibido licencia por parte del Ayuntamiento de València, lleva pendiente varios años y viene forzada por la negativa del Ministerio de Transición Ecológica a renovar las concesiones si los locales, inicialmente merenderos de 150 metros de superficie, no reducían superficie de terraza. Los diseños han variado a lo largo de este tiempo y han sido varios los retrasos en la demolición de los locales y las modificaciones del proyecto. El diseño definitivo contempla la construcción de unos edificios "más livianos" y ligeros que los actuales, totalmente opacos. La intención es minimizar la barrera visual de los doce locales existentes, armonizar su imagen y mejorar su integración en el paisaje.

Para aligerar las construcciones se han introducido cerramientos acristalados. Al menos el 40% de la fachada de los locales será de cristal. El principal cambio de los chiringuitos afecta a las terrazas, que se suben a la primera planta, espacio que hasta ahora se usaba como almacén. Las primeras plantas se convertirán así en una extensión del negocio. La ocupación máxima edificada pasará a ser de 229,30 m2, con una terraza superior de 144 m2 cubiertos (lo que supone el 80% de la superficie) y cerrados con acristalamiento y de 85 m descubiertos.

Los nuevos locales, que se construirán a base de arquitectura modular y estarán sobreelevados medio metro para hacer frente a posibles subidas del mar por el cambio climático, serán algo más grandes al pasar de 150 a 200 comensales. En la planta baja se permitirán terrazas cubiertas, bajo porches, en la parte frontal. Todo para cumplir con las exigencias de Costas que consideraba excesivo el espacio ocupado por las terrazas de las arrocerías.

Los locales sustituirán la cubierta ondulada actual por una cubierta en dientes de sierra que permitirá acoplar las placas fotovoltaicas en las cubiertas. La Asociación de Restaurantes de la Malva-rosa estima que la reforma de los chiringuitos, uno de los grandes reclamos turísticos del frente marítimo de València, les costará 800.000 euros por local, una suma que ha ido subiendo a medida que pasaban los años sin que la renovación arrancase.

Figuración de los chiringuitos de la Malva-rosa

Figuración de los chiringuitos de la Malva-rosa / A.V.

La Asociación de Hosteleros de la playa de la Malva-rosa confía en que este esfuerzo inversor para mejorar la integración de los negocios en el paisaje dará atractivo renovado a los establecimientos, uno de los grandes reclamos turísticos de las playas urbanas de la capital.

Los chiringuitos y arrocerías de la playa, con años de tradición, son además una de las piezas clave de la reforma del paseo marítimo prevista en el nuevo plan especial del Cabanyal aprado en 2023 que prevé quitar obra dura y renaturalizar la zona, recuperando incluso las dunas de la playa.

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