La candidatura de Reserva de la Biosfera para l'Albufera suma otra demora y el proceso se alarga hasta diciembre
El Ayuntamiento de València descarta presentar el proyecto antes del 15 de marzo para sumar el apoyo del sector agrícola
La Unió Llauradora llegó a calificar de "pantomima encarada al turismo" la propuesta impulsada por València

Flamencos en l'Albufera con València de fondo / Germán Caballero

El Ayuntamiento de València se ha quedado sin tiempo para presentar la candidatura de la Albufera a Reserva de la Biosfera. Según el portavoz del gobierno municipal, Juan Carlos Caballero, la ciudad que abandera la candidatura ante la Unesco ha solicitado una nueva prórroga de plazo para perfeccionar el proyecto mediante un proceso de participación ciudadana y de los sectores vinculados al parque natural. Como se recordará, la unanimidad mostrada por los trece ayuntamientos ribereños se encontró con las críticas de la Unió Llauradora hace una semana, cuando llegó a calificar de "pantomima encarada al turismo" la propuesta impulsada por València.
El Ministerio de Transición Ecológica fijó un primer plazo en diciembre que la dana obligó a prorrogar hasta el 15 de marzo. Aún restan unos días de margen, pero la reconstrucción tras la barrancada ha reordenado prioridades y la candidatura ha descolgado a un sector esencial para sus intereses: el agrícola. Los productores de arroz de la Albufera están dedicados a recuperar sus campos de cara a la siembra de junio, no tanto a respaldar una declaración que todavía debe seguir creciendo.
Carles Sanchis Ibor, presidente de la Junta Rectora del Parc Natural de l’Albufera, sostiene que la petición de prórroga es “una decisión muy razonable” porque el proceso “debe cocinarse a fuego lento y alcanzar un consenso con todos los agentes implicados”. Los 13 municipios ribereños ya avalan la propuesta y la Conselleria de Medio Ambiente ha introducido la zonificación; falta recoger las aportaciones de las entidades que custodian el enclave y los productores que trabajan el terreno. “Si no vamos de la mano no habrá Reserva de la Biosfera”, resume Sanchis Ibor.
De este modo, aunque el ayuntamiento dice haber reclamado al Organismo de Parques Nacionales una prórroga para aportar todos los méritos, fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica matizan que los plazos ya se habían sobrepasado y, por tanto, la candidatura deberá presentarse antes del 31 de diciembre de 2025 para que lo evalúe y lo apruebe el Comité Español del Programa MaB de la Unesco en 2026 y la Unesco en 2027.
Quiere decir que la candidatura liderada por València tiene más de nueve meses para seguir trabajando. “En este tiempo podemos avanzar no solo en obtener el reconocimiento de Reserva de la Biosfera, sino en aprovechar para acercar posturas y trabajar en la construcción de confianza entre los agentes del Parque Natural de l’Albufera”, valora el presidente de la Junta Rectora, consciente de que contexto postragedia exigía presentar una candidatura atropellada y apenas dialogada. “La prórroga es una oportunidad para armonizar y hacer más fuerte la propuesta”, recalca.
44.729 hectáreas en tres áreas
La futura Reserva de la Biosfera de l’Albufera alcanzará las 44.729 hectáreas con la propuesta de zonificación de la Conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio incluida en la candidatura que se remitirá a la Unesco. La zona central comprende en gran medida al lago y su orla perimetral, con 3.192’37 hectáreas. Casi todas ellas son propiedad del Ayuntamiento de València, a excepción de 31,25 que corresponden al término municipal de Sollana. Le sigue el área de amortiguación, con 17.752,11 hectáreas. La novedad es una tercera franja, de transición y con 23.784,91 hectáreas, con lo que en total se doblaría la superficie del parque natural.
La delimitación de esos tres espacios diferenciados es una de las principales exigencias para optar al reconocimiento internacional del organismo de la ONU. Objetivo que persiguen València, Albal, Albalat de la Ribera, Alfafar, Algemesí, Beniparrell, Catarroja, Cullera, Massanassa, Sedaví, Silla, Sollana y Sueca. Es en el núcleo de la Reserva de la Biosfera donde la protección es más estricta, con figuras como el Plan Rector de Usos y Gestión (PRUG) o el Plan de Ordenación de Recusos Naturales (PORN) - ambas herramientas actualmente en elaboración- que contribuyen al blindaje del paisaje, sus distintos ecosistemas y las especies autóctonas.
En el espacio calificado como tampón o amortiguamiento se desarrollan actividades compatibles con prácticas ecológicas que refuerzan la investigación científica, la vigilancia, la formación y la educación ambiental. En el caso de l’Albufera éste coincide con el ámbito del actual paraje protegido desde 1986 por la Generalitat, que cuenta con poco más de 21.100 hectáreas. Básicamente se trata de arrozales y acequias, en un complejo pero necesario equilibrio de las actividades agrícolas con las exigencias biológicas de un hábitat de la Red Natura 2000. En la tercera área, la de transición, las comunidades promueven diferentes usos económicos de carácter sostenible a nivel sociocultural y ecológico, tal como determina la Unesco.
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