Un refugio antiaéreo oculto entre grafitis en el centro de València

Los patrimonialistas llevan 12 años denunciando su abandono y el Síndic de Greuges ya he emitido cinco recomendaciones pidiendo al ayuntamiento su mantenimiento

Refugio antiaéreo de la Guerra Civil situado en la calle Espada

Refugio antiaéreo de la Guerra Civil situado en la calle Espada / Miguel Angel Montesinos

Claudio Moreno

Claudio Moreno

València

14 de febrero de 1937. San Valentín. València es bombardeada por el crucero italiano Emmanuele Filiberto Duca d'Aosta, gobernado por el capitán de navío Alberto da Zara. La Guerra Civil llevaba meses arreciando, pero fue entonces cuando cayeron las primeras bombas sobre la ciudad, obligando a sus vecinos a improvisar una inmensa red de refugios antiaéreos. Llegaron a abrirse más de 300 en toda la capital, especialmente en el casco histórico. El nivel freático de València impedía excavar demasiado profundo, con lo que el pasaje subterráneo se revestía de una superestructura de doble capa –hormigón y material blando para absorber las deflagraciones– que funcionaba como caparazón. 

La ciudad ha musealizado varios de estos refugios, como el de la calle Serranos. Otros se esconden en edificios residenciales o siguen sin ser descubiertos aunque se presume su existencia. Y alguno, como el ubicado el número 22 de la calle Espada, resiste penosamente convertido en paradoja: está a la vista de todo el mundo pero nadie puede verlo. Los grafitis se han comido las paredes de la estructura. 

Hace varias semanas el Síndic de Greuges emitió sus quintas recomendaciones, dirigidas al Ayuntamiento de Valencia, por el estado de abandono del refugio ubicado en la calle Espada. La asociación Círculo por la Defensa del Patrimonio lleva denunciando las pintadas del refugio desde hace doce años, además de la falta de mantenimiento, limpieza, poda y control de la vegetación de las terrazas desde la misma fecha, sin que estas hayan sido atendidas. Cabe señalar que el citado refugio de Ciutat Vella está considerado Bien de Relevancia Local. 

Tras el penúltimo requerimiento, el consistorio contestó que este vestigio de la Guerra Civil se incluye dentro del ámbito de la Unidad de Ejecución 2 Seu-Xerea por el PEP de Ciutat Vella, que lo califica como equipamiento educativo-cultural y prevé su obtención gratuita a favor del ayuntamiento. El objetivo de esta Unidad de Ejecución, sigue el texto, es la obtención del suelo dotacional correspondiente al espacio libre del interior de la manzana, su urbanización y la obtención del refugio como equipamiento educativo-cultural, siendo en dicho momento cuando el consistorio procederá a su puesta en valor. “Hasta ese momento, son los propietarios los obligados a conservarlo”, termina alegando la entidad local. 

Sin embargo, el defensor de los valencianos recomendó al ayuntamiento que, teniendo en cuenta el dilatado periodo de tiempo transcurrido desde la primera denuncia, se adopten todas las medidas que sean necesarias para lograr que la propiedad mantenga en un adecuado estado de conservación el refugio, eliminando la vegetación que crece en el techo, así como las pintadas y los grafitis, sin perjuicio de seguir impulsando de oficio la tramitación del programa de actuación integrada y el proyecto de reparcelación con la finalidad de adquirir su propiedad y acometer cuanto antes su rehabilitación y puesta en valor. Esto es, que el consistorio asuma su parte de responsabilidad en la protección del patrimonio de la ciudad. 

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