Otra sexualidad en València: intercambio de parejas y relaciones abiertas en la ciudad

En los dos últimos años se han producido nuevas aperturas de locales dirigidos a parejas abiertas y otro tipo de experiencias sexuales en la ciudad

"Para llegar al mundo swinger es importante tener experiencia y vivencias previas que te ayuden a manejar lo que puedes sentir después"

Una de las habitaciones de Cap Valencia, una nueva sauna francesa de València

Una de las habitaciones de Cap Valencia, una nueva sauna francesa de València / Germán Caballero

Marina Falcó

Marina Falcó

València

¿Estamos preparados para hablar de otras formas de vivir el sexo? No responda inmediatamente. Tómese unos segundos y reflexione. ¿Sería capaz de mantener una relación afectivosexual no monógama?

Si la respuesta es afirmativa, plantéese lo siguiente: ¿podría usted visitar un local de intercambio de parejas acompañado de la suya? A tenor de los datos parece que cada vez hay más personas que pertenecen al grupo de los que sí se plantean y viven una relación de pareja que escapa del modelo tradicional.

Según la tercera oleada de la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre relaciones sociales y afectivas publicada en abril de 2023, el 41,4 % de los españoles está de acuerdo en que se pueden mantener relaciones sexuales fuera de la pareja y el 47,4% cree que una persona puede mantener dos o más relaciones afectivosexuales a la vez. Pero, ¿está la gente dispuesta a reconocer que mantiene relaciones paralelas? Eso, al parecer, ya es harina de otro costal.

Glosario

Relación abierta: una relación íntima que es sexualmente no monógama. Ambos miembros de la pareja son conscientes de la naturaleza no monógama de la relación.

Relación Swinger: una relación íntima en la que sus miembros disfrutan teniendo relaciones sexuales con las parejas de otras personas (intercambio de parejas).

Relación poliamorosa: una relación íntima con más de una pareja, en igualdad de condiciones, con el consentimiento consciente de todos los miembros de la relación.

Locales liberales en València

No obstante, pese al silencio (y la incomodidad) imperante con respecto a estas nuevas formas de vivir la sexualidad, sí hay evidencias de que afrontamos las relaciones de otro modo. En los últimos dos años se ha producido un pequeño 'boom' de aperturas de establecimientos en los que experimentar con el sexo en València. "Sí que hemos detectado que desde hace más o menos dos años se han abierto más locales de intercambio y de encuentros sexuales en la ciudad", explica Walter, responsable de Cap Valencia, la sauna liberal francesa que abrió sus puertas en marzo de 2023 en el barrio de Arrancapins. Toda una peculiaridad en la capital, puesto que Russafa y el Cabanyal son los dos 'barrios calientes' en cuestión de locales liberales.

Sin embargo no existe un registro oficial de establecimientos liberales en la ciudad -ni en el resto del país- puesto que, tal como han explicado desde el Ayuntamiento de València a Levante-EMV, no hay una licencia específica bajo la que ampararse. Se mueven en un vacío legal por el que cada local debe trabajar bajo un permiso diferente que lleva aparejadas sus correspondientes obligaciones sanitarias. "En eso somos hasta exagerados, cada día invertimos tres horas en limpieza y desinfección del local además de que tenemos prohibido las relaciones sexuales en la zona de agua", cuenta Walter.

Walter es el responsable de Cap Valencia, uno de los locales liberales de la ciudad

Walter es el responsable de Cap Valencia, uno de los locales liberales de la ciudad / Germán Caballero

La inauguración de este nuevo local generó un pequeño revuelo y mucha expectación en la zona. El bajo del número 42 de la calle Juan Llorens, que anteriormente albergaba un spa, fue el lugar escogido por el propietario de Cap Valencia que ya tiene un local de las mismas características en Madrid desde 2013. La elección de la capital del Turia para expandir el negocio no fue casualidad, de hecho confiesa que "habrían aterrizado antes" pero una pandemia lo impidió. "Es una ciudad mediana que ofrece muchas posibilidades, el hecho de que tenga playa y una mezcla entre vecinos de toda la vida y gente de paso nos resultó muy atractiva".

"Yo me lo he pasado en grande, no he dejado ni una fantasía sexual sin cumplir". Estefanía, 53 años.

Este centro es distinto a lo que en el imaginario popular es un local de intercambio de parejas. En primer lugar porque pertenece a la asociación Alina, la primera comunidad naturista y liberal que se creó en el país y cuyo objetivo es "crear un espacio donde convivan el naturismo y el liberalismo". En segundo, porque para acceder al local hay que ser socio de Alina. Y por último, y fundamental, se trata de un centro spa donde nada más llegar uno se desprende de la ropa -y de los prejuicios-, se pone la toalla que proporcionan en el local y después deja volar la imaginación en cuestiones sexuales.

Curiosidad, vergüenza y romper barreras

La imaginación es libre pero la práctica no tanto. "A mí me da mucha curiosidad, pero claro, vivo aquí y si me ven entrar...", esta es una de las frases que más escucha Walter por parte de los vecinos. No es extraño. Hablar en público de los temas de alcoba sigue siendo un tabú. Risitas nerviosas, bromas, rechazos frontales... estas reacciones suelen ser comunes sobre todo en personas de más de 30 años. No lo son tanto entre los más jóvenes. "Hemos detectado que ha crecido el número de usuarios de alrededor de 20 años", explica el gerente de la sauna francesa.

"Nuestras familias no saben que somos una pareja abierta porque creemos que es algo que no van a entender del todo", Iker, 30 años.

La tendencia es clara y llega poco a poco a València proveniente de Madrid y Barcelona, la meca de los locales 'swingers', y por supuesto, de un mundo global que se va quitando las telarañas. "Tenemos acceso a mil cosas y la gente se atreve a ser más libre rompiendo barreras", sentencia Walter.

Las otras sexualidades se van abriendo paso en la sociedad, pero como todo lo que tiene que ver con los afectos y sobre todo con los genitales, sigue provocando cierto reparo ante las reacciones y opiniones de los demás.

"Lo mejor es lo que a uno le hace feliz"

Es el caso de Iker, valenciano de 30 años, que desde hace más de uno mantiene una relación de pareja abierta con una joven de 27. En su caso, el círculo más cercano de amistades sí conocen que ambos mantienen una relación no monógama, "para evitar que la gente hable por detrás y sepan lo que hay", sin embargo sus respectivas familias no lo saben "porque creemos que es algo que no van a entender del todo y evitamos tener que dar demasiadas explicaciones", cuenta a este periódico.

Los prejuicios ante la pareja abierta de Iker suelen referirse a que "creen que no nos queremos o no nos respetamos, cuando es todo lo contrario", para ellos la relación que mantienen va mucho más allá del sexo que conciben como una vía de disfrute y diversión.

La seguridad en uno mismo y la confianza en la pareja son, en opinión de Iker, dos pilares fundamentales para que una relación no monógama funcione. Esto junto al contexto cultural hace que la apertura a considerar y tolerar las nuevas formas de relacionarse "sea un proceso muy lento". "Aún así hay gente que se empieza a animar y no digo que sea mejor o peor -eplica Iker- pero al final debemos entender que lo mejor es lo que le hace a uno feliz".

Reglas claras para evitar malentendidos

Estefanía, de 53 años, practicó durante varios años el amor libre y el intercambio de parejas. Comenzó a contactar con otros swingers través de plataformas especializadas como Gleeden, una web de encuentros no monógamos para mujeres, aunque también ha estado en locales de intercambio de diferentes ciudades de España.

"Yo me lo he pasado en grande, no he dejado ni una fantasía sexual sin cumplir", cuenta divertida a Levante-EMV. Aunque para llegar a disfrutar de la sexualidad de una forma tan libre, Estefanía pasó por un amargo trago antes: enviudó muy joven y estuvo once años sin pareja. Después, por cosas de la vida, conoció el mundo swinger.

"Nos han educado en que si llevamos a cabo ciertas prácticas estamos pecando, la religión tiene un gran peso en nuestra sociedad", pero por supuesto para ella el disfrutar de una relación de intercambio no tiene nada de pecaminoso sino que "es un juego muy divertido en el que si pones las reglas claras desde el principio, no tiene que haber malentendidos con tu pareja, al contrario, es un modo de avivar la pasión: el flirteo, el morbo... todo ayuda".

La zona del spa de Cap Valencia

La zona del spa de Cap Valencia / Germán Caballero

Entonces, si el intercambio de parejas puede ser un acicate para mejorar la intimidad entre ambos y existe curiosidad por parte de la población, ¿por qué no nos lanzamos? Para Estefanía la respuesta es clara: tiene que ver los miedos y las inseguridades propias "en los que hay que trabajar", insiste, y en que "a la gente le asusta porque muchos entienden el amor como una cuestión de posesión y les da miedo no ser los elegidos".

Sin embargo para esta exswinger es importante tener un bagaje emocional y sexual antes de entrar en el mundo de los intercambios. Ante la tendencia de que cada vez acudan más parejas de veinteañeros a locales liberales, Estefanía se muestra cauta "para entrar en este mundo es importante tener experiencias y vivencias previas. Se empieza demasiado pronto y sin una madurez suficiente para tener las herramientas que permiten discernir lo que es simplemente sexo de lo que es compartirse completamente, y que ayudan a gestionar lo que se siente después". "Es una vivencia muy fuerte que puede llegar a abrir heridas emocionales", advierte.

Evitar rupturas y nuevas experiencias sexuales

Las razones por las que una pareja sentimental decide dar el paso a vivir una relación no monógama son variadas, sin embargo hay dos cuestiones que animan a dar el paso a quienes deciden cambiar el estado de su vínculo: evitar la ruptura de la pareja y vivir nuevas experiencias en el terreno sexual.

Según un estudio realizado por YouGov y la plataforma Gleeden, el marco afectivosexual en el que nos movemos los españoles es de que el 46 % de la población está realmente feliz en su relación, pero únicamente el 25 % está muy contento con su vida sexual. Con estos datos, no es descabellado pensar que es más fácil una apertura hacia las relaciones no monógamas, pero todavía quedan escollos que evitan este salto.

La contradicción que se plantea es que pese a que los españoles consideran que este tipo de relaciones no monógamas (las abiertas, poliamorosas y swingers) tienen más ventajas frente a la infidelidad -como por ejemplo la honestidad entre los miembros y que es equilibrada para ambos- se siguen cometiendo más infidelidades porque, según las conclusiones del estudio, engañar a la pareja "es la salida más fácil y negociar una apertura de la pareja cuesta mucho trabajo". De hecho, el 42 % de los españoles ha sido infiel alguna vez en la vida (de estos el 46 % son hombres y el 38 %, mujeres).

Con respecto a los nuevos modelos de relación, el 12 % de los encuestados en España ha tenido o tiene una relación abierta, el 5 % son o han sido swingers y el 7 % están o han estado en una relación poliamorosa. Las cifras aumentan con respecto al interés de vivir una relación de este tipo: el 14 % se plantearía mantener alguno de estos modelos de pareja.

Pese a los datos, cifras de infidelidad incluidas, sigue resultando complicado dar el salto a vivir y experimentar nuevas formas de pareja, al menos de forma pública. Aunque cada vez hay más personas interesadas en las alternativas al modelo monógamo tradicional, el temor a ser señalados o a plantearlo al propio partenaire, provoca que lanzarse a disfrutar de una pareja abierta, swinger o poliamorosa se lleve en la más absoluta discreción. De hecho Iker no se llama Iker, ni tampoco Estefanía es el verdadero nombre de nuestro testimonio. Los motivos pueden ser educativos, culturales o religiosos, pero indudablemente han dejado una huella difícil de borrar que, de nuevo, nos lleva a la cuestión con la que hemos empezado este reportaje: ¿estamos preparados para hablar de otras formas de vivir el sexo? Parece que hay que seguir reflexionando.

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