La toponimia de València desata un agrio debate en el pleno de la AVL

La postura de Saragossà en defensa de la grafía «Valéncia» fue rebatida por la mayoría de intervinientes, que le afearon reabrir un debate cerrado y quitar el foco de los recortes en la Acadèmia Valenciana de la Llengua

Pleno de la AVL celebrado en Alzira en 2022 con motivo de la capitalidad cultural de la ciudad

Pleno de la AVL celebrado en Alzira en 2022 con motivo de la capitalidad cultural de la ciudad / Levante-EMV

Claudio Moreno

Claudio Moreno

València

El pleno de la Acadèmia Valenciana de la Llengua de ayer tuvo dos focos de atención relacionados con noticias destacadas en los últimos días: los recortes pactados por el Consell con Vox y la modificación de la toponimia de la ciudad de València cuyo informe técnico, aval necesario para formalizar la modificación, ha sido encargado a un miembro de la institución. 

Este último punto se resolvió con siete intervenciones mayoritariamente en contra de la posición defendida por Abelard Saragossà en su informe para el consistorio. El filólogo de Silla argumenta que la grafía original de la ciudad fue «Valéncia» con acento cerrado y que los valencianoparlantes han empleado y conservado de manera amplia esta forma incluso cuando el sufijo -ència abrió el acento en el siglo XX. 

La tesis de Saragossà contó en el pleno con el respaldo de un segundo académico. Por su parte, el autor del polémico informe para el gobierno municipal de PP y Vox se abstuvo de comentar su estudio y pidió poder responder conjuntamente a todas las intervenciones en el pleno del próximo mes con un texto que leerá para que se recoja en acta. 

En el lado contrario, la mayoría de académicos criticaron a Abelard Saragossà que reabra un debate que ya hubo en el seno de la AVL y que por amplía mayoría -13 votos a favor, 5 en contra, 1 en blanco- consideró que el acento de València, era en abierto. Además de constatar su minoría, las intervenciones del resto de académicos que hablaron, cuestionaron a Saragossà porque con esta polémica se quita del foco político y mediático el recorte presupuestario del Consell a la entidad estatuaria. Además, le recordaron que defender la Acadèmia Valenciana de la Llengua es precisamente que todas las cuestiones filólogicas se discutan en la Acadèmia, sin interferencias partidistas, como recoge la Ley de Creación de la institución valenciana.

Así, el informe de Abelard Saragossà sobre el topónimo de València, que bebe de un artículo publicado por el mismo autor en 1997 y un informe elaborado para la AVL en 2006 -y que seguirá respaldando con un libro para la la Institució Alfons el Magnànim-, continúa suscitando malestar entre quienes le acusan, como ya hicieran sus antiguos alumnos en una carta abierta, de colaboracionismo con quienes solo pretenden acabar con la seña de identidad de los valencianos.

Pero Saragossà no se arredra. En los últimos días mantiene un intenso diálogo con quienes le afean en la red social X que ayude a PP y Vox a cambiar la toponimia, y también contestó a sus exalumnos con una extensa carta para intentar hacerles ver que su papel aquí era puramente científico. 

Finalmente, en el citado libro que verá la luz en los próximos meses, el filólogo critica el cerrojazo de una AVL que guarda sus debates internos «como secretos de Estado» y que, tras pedir en 2006 un total de 18 informes a distintos académicos para conocer sus criterios sobre el topónimo de València, no publicó ninguno de estos trabajos. 

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