Convierten el antiguo centro de salud de Malilla en 14 apartamentos

Los residentes del edificio se han opuesto al proyecto en junta y la asociación vecinal denuncia que estos negocios distorsionan los precios del barrio

Fuentes de la propiedad aseguran que los pisos en el bajo serán destinados a alquileres de larga estancia con prioridad para los jóvenes de la zona

Convierten el antiguo centro de salud de Malilla en 14 apartamentos de temporada

Germán Caballero

Claudio Moreno

Claudio Moreno

València

El paisaje y el paisanaje de la calle Joaquín Benlloch en el barrio de Malilla cambiará radicalmente en los próximos meses. Los propietarios del bajo que durante más de 30 años prestó servicio como centro de salud del barrio, en el número 27 de la calle, han empezado las obras para dividir el viejo ambulatorio y habilitar 14 apartamentos. Las camillas dejarán su espacio a las camas. Los pacientes, a los inquilinos. 

Según explica la presidenta de la Asociación Vecinal de Malilla, Rosa Jover, la promoción de nuevos apartamentos ha generado malestar en el barrio por lo que significa el espacio y su cambio de uso para sus vecinos. El local que una familia particular mantuvo alquilado a la Conselleria de Sanitat funcionó como centro dotacional en el vecindario durante décadas. Fue el único ambulatorio que conocieron varias generaciones del barrio obrero hasta el año pasado, cuando abrió el nuevo centro de salud en la calle Carrera de Malilla, 52. 

Antiguo centro de salud de Malilla

Antiguo centro de salud de Malilla / Germán Caballero

Una vez se liberó, los propietarios del amplio bajo pidieron una declaración responsable en la junta de Russafa y solicitaron asimismo el cambio de uso de sanitario a residencial. Al ser un cambio en suelo privado la promotora podría iniciar las obras con la declaración responsable y no requeriría la licencia otorgada por el ayuntamiento, habitual en estos casos. En paralelo, la administradora informó a propietarios en junta de la nueva promoción de 14 apartamentos, estos consideraron que podría tratarse de "un proyecto especulativo" y entonces cundió el malestar

«Tienen que montar cocinas, tirar tuberías, abrir puertas en la pared trasera. Están intentando convencer a los propietarios, pero se han encontrado con el rechazo frontal», cuenta uno de los vecinos de la finca. «Hicimos una junta en la que rechazamos el proyecto y ellos han impugnado el acta. Esta familia tiene medio barrio en propiedad y quiere sacarle el máximo beneficio posible, pero el que lo sufres eres tú con las fiestas debajo de casa. También nos preocupa que alquilen los apartamentos a europeos con 5.000 euros de salario por teletrabajar desde aquí. Este tipo de negocios terminan expulsando el barrio a los vecinos».

Obras en el antiguo centro de salud de Malilla

Obras en el antiguo centro de salud de Malilla / Germán Caballero

Por añadir contexto, el vecino explica que la familia propietaria del antiguo centro de salud proviene de agricultores que acumularon tierras en la zona y levantaron diferentes inmuebles. Entre ellos, además del citado local, tendrían los bajos de un colegio que también prevé cambiar de ubicación. «Lo lógico es que actúen como un lobby, repliquen su modelo y disparen los precios», señala el residente de la calle Joaquín Benlloch. 

De la misma opinión es la presidenta de la entidad vecinal, quien ya puede acreditar el impacto de este tipo de negocios en uno de los barrios con menor renta per cápita de València. «Apartamentos como estos producen en el barrio una distorsión de los precios. Es inasumible pagar un local con estas rentas. Nuestra asociación no tiene sede, tuvimos que dejarla porque no podíamos pagar con el aumento de los alquileres. Ahora que empieza el buen tiempo nos reunimos en la calle», detalla Jover sobre la nueva realidad de su código postal.  

Por su parte, fuentes de la propiedad aseguran que el proyecto en realidad contempla viviendas de larga estancia destinadas a ser hogares estables. "La propiedad tiene la intención de que los vecinos y vecinas del barrio tengan prioridad en el acceso a estas viviendas, con especial atención a los jóvenes de Malilla, para quienes se busca ofrecer viviendas más accesibles que les permitan permanecer y desarrollarse en su propio entorno. En ningún caso se han solicitado licencias para viviendas turísticas, ni se previó, ni se prevé, ni se preverá hacerlo. El objetivo del proyecto es, precisamente, contribuir a la estabilidad y la vida comunitaria del barrio", señalan contestando a los vecinos de Malilla.

"La familia propietaria del inmueble tiene un vínculo profundo con Malilla. Sus bisabuelos/as, abuelos/as, padres y madres nacieron, vivieron y trabajaron en el barrio, y las generaciones actuales continúan trabajando allí. Lejos de tener un interés especulativo, su deseo es devolver al barrio parte de lo que este les ha dado, apostando por un modelo de vivienda comprometido con el entorno y sus habitantes", añaden fuentes de la propiedad. Y concluyen: "Es importante también explicar que el cambio de uso del inmueble se ha producido tras la finalización del contrato con la Conselleria de Sanitat, quien decidió no renovar el arrendamiento del inmueble. Esta circunstancia ha obligado a la familia a buscar una alternativa viable".

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