Las ofertas por las casas que el ayuntamiento subasta en el Cabanyal se disparan

Cada una de las propiedades de la última puja de inmuebles para rehabilitar en el Cabanyal recibe una media de 20 ofertas, frente a las diez de media por inmueble que se recibieron en las pujas de 2022 y 2024

De las 250 visitas realizadas 120 han acabado en ofertas de compra

El interés aumenta pese al mal estado de las viviendas, el aumento de los precios de la salida y las limitaciones de uso para apartamento turístico ante las crisis habitacional en la capital

El barrio del Cabanyal con la playa al fondo

El barrio del Cabanyal con la playa al fondo

València

El interés por las viviendas de titularidad municipal a rehabilitar en el barrio del Cabanyal subastadas por el Ayuntamiento de València se dispara en un escenario de escalada del precio de la vivienda sin precedentes en la capital valenciana. La media de las solicitudes presentadas por cada uno de los seis inmuebles salieron a subasta el pasado mes de febrero en el barrio así, al menos, lo deja ver. La Sociedad Plan Cabanyal ha recibido una media de 20 solicitudes por cada una de las propiedades a enajenar, viviendas y solares, el doble de las diez solicitudes de media por propiedad que se presentaron en las pujas de 2022 (22 viviendas) o en la de junio de 2022 (15 inmuebles).

El interés por el barrio, de ubicación privilegiada a poco metros de la playa, va en aumento desde hace ya varios años. Las visitas organizadas por Plan Cabanyal para mostrar los inmuebles a subastar han sido muy numerosas, en concreto, según los datos facilitados por la Concejalía de Urbanismo para la puja de febrero se han llevado a cabo 250 visitas de las que 120 han acabado presentando una oferta de compra.

Escalante 216 y San Pedro 109 las más buscadas

Los inmuebles, que salen a subasta por medio de la Sociedad Plan Cabanyal-Canyamelar (entidad constituida por el Ayuntamiento y la Generalitat), están ubicados en la calle de Sant Pere (números 105 y 109), en la calle de Escalante (número 216), en la calle de Francesc Eiximenis (número 13), calle del Progrés (número 99) y calle de Joan Mercader (número 38). El ayuntamiento, a través de la Sociedad Plan Cabanyal, ha recibido 29 ofertas por la vivienda de la calle de Escalante 216; 25 por la de Francesc de Eiximenis, 13 bajo; 14 por la de la calle del Progrés 99, bajo; 11 por la de la calle de Joan Mercader 11; 18 por la de la calle de Sant Pere 105 y 23 por la de la calle de Sant Pere 109.

Seis de las ofertas presentadas han llegado por correo postal y, por lo tanto, la mesa para la apertura del sobre administrativo se convocará cuando todas las ofertas hayan llegado. Como ha explicado el concejal de Urbanismo y Vivienda, Juan Giner, “estamos muy satisfechos por el gran interés que están teniendo todas las subastas que estamos convocando y vamos a seguir realizando nuevas convocatorias”.

Aunque los precios de salida de las pujas de las viviendas de titularidad municipal a subastar en el Cabanyal han ido subido desde la primera que se hizo en 2016, todavía están lejos de los precios que se están pidiendo en el mismo barrio en el mercado libre y en el resto de la ciudad. La propiedad más barata salió en febrero pasado por 75.000 euros y la más cara por 215.000 euros. Poco que ver con los precios de hace apenas tres años. En la subasta de 2022, la puja mínima fue de 47.000 euros y la propiedad más cara se vendió por 181.000 euros, en 2024 la puja mínima fue de 55.000 euros. Hay que recordar que la mayoría de las casas a subasta, compradas por el ayuntamiento en su día para derribar y prolongar la avenida de Blasco Ibáñez hasta el mar, están para rehabilitar o reformar.

En la subasta de 2022, una de las más concurridas hasta ahora, había auténticos chollos visto el panorama actual de la vivienda, como un edificio completo de planta bajo y piso en el 185 de la calle José Benlliure, con un solar de 63 m2 y 101 m2 de superficie construida que tenía un precio de salida de 54.944 euros y que se adjudicó por 65.000. Este inmueble recibió 38 ofertas. Hay que recordar que un mismo solicitante puede presentar puja a distintos inmuebles.

En la última subasta anunciada en marzo por el ayuntamiento la puja mínima ya ha vuelto a subir hasta los 90.000 euros. Una inversión a la que además hay que añadir la rehabilitación de los edificios, muchos en estado ruinoso y algunos catalogados, lo que obliga a respetar determinados elementos como fachadas o estructuras, o la construcción en el caso de solares. Por la subasta de febrero el ayuntamiento confía en ingresar al menos un millón de euros.

Interés creciente

El interés por las viviendas a subastar ha ido en aumento a medida que se han visto las mejoras urbanísticas y la regeneración del barrio, que también han traído un problema con la proliferación de apartamentos turísticos. La primera subasta, realizada en 2016, fue un desastre, donde solo se pudieron adjudicar cuatro de las 13 propiedades a subasta. Precisamente ese es otro de los elementos disuarios de las subastas del Cabanyal, ya que es un uso vetado en los inmuebles, donde se da prioridad en la adquisición al uso residencial.

Los criterios para adjudicar los inmuebles valoran aspectos como la situación social de la persona solicitante, dedicarlo a residencia habitual, ser menor de 35 años o ser o haber sido vecino o vecina del barrio. Igualmente se tendrán en consideración criterios como ser mayor de 65 años, tener diversidad funcional o ser familia numerosa o monoparental, entre otros aspectos. Además, las viviendas no podrán dedicarse a usos turísticos. El procedimiento administrativo finalizará a primeros de mayo. Las personas adjudicatarias tienen diez días para firmar el contrato de arras y tres meses para formalizar la compra.

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