Elena Sánchez, presidenta de Casa Caridad: "Cada vez acogemos a más mujeres y quiero darles un espacio seguro"
La primera mujer que preside la emblemática oenegé de València en sus 119 años de historia, notaria de profesión, asume el cargo con el reto de favorecer la igualdad en el albergue social más importante de la capital del Turia, dotado con un total de 128 plazas repartidas entre la Petxina y Benicalap

J. M. López

Usted empezó siendo voluntaria en Casa Caridad hace 15 años. ¿Cómo ha evolucionado la entidad?
Casa Caridad nació como una entidad de carácter asistencialista donde se daba de comer y se intentaba erradicar la mendicidad en València. En los últimos años se ha profesionalizado y ahora, cada vez que entra alguien por la puerta, se le asigna un trabajador social de referencia y se busca recuperar a la persona. Ya somos muchísimo más que dar de comer.
Es la primera mujer que preside la institución en 119 años de historia. ¿Qué puede aportar una mirada femenina?
Cuando llegué el perfil de las personas de la casa era de una edad bastante avanzada, sobre todo había hombres. Yo soy reflejo de la sociedad en la que vivimos hoy. Las mujeres nos hemos incorporado al mercado laboral y estamos llegando a puestos importantes. Sobre el cambio, no quiero generalizar pero es cierto que la mirada femenina aporta cosas que quizás antes no se veían. Por ejemplo, una de las cosas que más me preocupan es la atención a las mujeres, porque cada vez vemos más. Cuando llegué a Casa Caridad eran residuales y ya son más de la mitad de las personas que tenemos. Se ha producido un incremento sorprendente de usuarias, muchas de ellas solas.
¿Cómo llegan estas mujeres a Casa Caridad?
Vemos que en los comedores ellas se aíslan, que buscan espacios seguros. Muchas veces vienen bastante más estropeadas que los hombres por traumas de agresiones que ellos no sufren. Uno de los objetivos en futuros años es buscar recursos específicos para ellas. Ahora las ves en el comedor pasear y aislarse en grupos aparte. Me encantaría encontrar una alternativa y ofrecerles un espacio seguro.
En el sinhogarismo parece que las mujeres no existan. Solo se ven hombres viviendo en la calle.
Las personas a las que atendemos nosotros en general son invisibles, pero lo son más aún en el caso de ellas. Por la noche buscan sitios para esconderse. Duele verlas así incluso en un entorno protegido.
Esta entidad no es una oenegé de emergencia pero durante la dana tuvo que reconvertirse. ¿Cómo lo hicieron?
El 29 de octubre tuvimos una reunión de la Federación Valenciana de Transporte. Fue como una premonición. Ese mismo fin de semana nos convertimos en una empresa de logística. Movimos casi 500 palés de comida gracias a los camiones que la federación nos dejó. Eso ha ido evolucionando y hemos ido ayudando según las necesidades. Por ejemplo, con fondos propios compramos 13 viviendas en Torrent que se pusieron a disposición de las familias afectadas.

Elena Sánchez Calvo, primera presidenta de Casa Caridad en sus 119 años de historia / J.M.López
Volviendo con el sinhogarismo, ¿ha crecido la pobreza en València? El cauce del Turia se ha llenado de tiendas de campaña.
Últimamente cuando se pasea por Valéncia se ve más gente en la calle que hace uno o dos años. Eso es evidente. En nuestro caso el año pasado se atendieron a más de 4.600 personas y llama la atención que casi el 40% eran españoles. El perfil de la gente a la que atendemos es un reflejo de las personas que duermen en la calle. La primera nacionalidad es española seguida de la colombiana y la venezolana. Sin embargo, el número de personas que vienen de África se ha reducido drásticamente.
¿Hay un incremento de atenciones respecto a años anteriores?
Respecto a 2023 se ha producido un descenso del 2,95%, pero porque las personas vienen más deterioradas y hay menor rotación. La situación que vemos es más difícil.
¿Y cuál es la evolución en 2025?
En el primer trimestre llevamos ya casi 2.500 personas atendidas. El 52% son mujeres.
¿Habría que reclamar más alojamientos sociales en València o hay suficiente dotación?
Yo creo que en València hay un problema con la vivienda enorme porque es escasa y cara mientras los sueldos son muy justos. La gente está muy al límite. Nuestros recursos están al 100% y si tuviéramos más plazas las cubriríamos, porque tenemos mucha más demanda que oferta, así que sí, creo que faltan plazas. Pero la solución no podemos darla nosotros.

La nueva presidenta en el comedor social de la entidad / J.M.López
Puede ocurrir que alguien recupere el rumbo de su vida en Casa Caridad y salga a un mercado inmobiliario con pisos a 900 euros. ¿Cómo se afronta eso?
En principio van consiguiendo salir del albergue. Normalmente van a habitaciones, porque igual no tienen acceso a una vivienda. Lo que vemos es que las personas quieren ser autónomas, no quieren vivir de la caridad. En cuanto pueden buscan trabajar y hacer vida normal. Quizás puede parecer que la gente viene aquí y aprovecha, pero no es así. Es gente con dignidad que quiere salir adelante.
¿Cuánto tiempo están de media?
Lo ideal es que estén un máximo de seis meses. Ese es el objetivo. Pero hay personas que vienen muy mal y están más tiempo. Y también hay a quien se le busca un recurso más adecuado. Por ejemplo, a las personas mayores se les propone una residencia.
¿Qué ocurre con quienes no logran acceder al sistema de Servicios Sociales? Pienso por ejemplo en un migrante sin papeles, ¿puede venir a Casa Caridad?
Nuestras puertas no han cerrado ni en la Guerra Civil, ni en la riada del 57, ni en el Covid, ni en la dana. Están abiertas 24 horas para todo el que necesite ayuda. Si somos el recurso adecuado les atendemos. Si no lo somos, les buscamos solución.
¿Qué parte de importancia en estas realidades tiene la falta de una red familiar?
A las personas con adicciones o enfermedades mentales generalmente la familia intenta ayudarlas, pero pueden ser a veces muy conflictivas. Sufren ellas mucho y hacen sufrir mucho a su familia, y al final se ven solas. Al final se ven solas. El porcentaje de personas solas que tenemos aquí es elevadísimo. Si quitamos a la gente que está dentro del programa Escuela Familia y a quienes están dentro de las escuelas infantiles, diría que son casi todas. La sociedad que hemos creado genera mucha soledad.
Muchas veces se dice que cualquier persona podría terminar en Casa Caridad o durmiendo en el cauce del Turia. ¿Es un tópico?
Lo que hay que pensar es que ninguna de estas personas ha nacido en el cauce del Turia. Nosotros tenemos aquí militares, cirujanos, artistas, actores… hay de todo. Si hablas con ellos descubres que todos tienen traumas en su vida, han caído en una depresión porque ha muerto el padre o les ha dejado su pareja y no han podido superarlo, de modo que terminan en esta situación.
- Conmoción en la pirotecnia por el fallecimiento de Javier Nadal-Martí
- La gratuidad del transporte, la posdana y la falta de inversiones colapsan el metro
- València gana otros 20.000 habitantes en apenas un año y alcanza los 844.424
- La falla Telefónica, desolada por el fallecimiento de su fallero mayor recién elegido
- ¿Qué supermercados y centros comerciales abren en Semana Santa en València?
- Las procesiones de Viernes de Dolor inician la Semana Santa con susto
- Viernes de tradición y playa en la Semana Santa Marinera
- Doble ofensiva judicial y social para desalojar el asentamiento de Faitanar