La Semana Santa Marinera se despide colgando el cartel de "completo"

Miles de personas disfrutan de un Desfile de Resurrección al que el adelanto forzoso en el horario ha dado racionalidad

El presidente de la Junta Mayor destaca "la masiva participación de cofrades y público" y la buena relación con el turista extranjero

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

València

El Desfile de Resurrección fue, a pleno sol, lo previsible y lo mejor para finalizar la Semana Santa Marinera en su edición 2025: rápido, feliz, con lanzamiento de flores a discreción, con los desfilantes saludando a izquierda y derecha y con mucha, muchísima gente, en las calles. Y además teniendo en cuenta que el trazado es largo, larguísimo, con lo que el aforo es más que respetable. Y entre ellos, gran cantidad que llevaba tatuada en la frente la expresión "soy de fuera". Con las sillas instaladas desde la noche, y con lo dinámico que es el desfile, es un remate extremadamente peculiar y, seguramente, el acto más interesante del ciclo. Si el viernes se estaba de entierro, ahora sonaban las músicas más clásicas y modernas para el pasacalle. Si alguna vez las bandas han incluido a ABBA en el repertorio, seguramente el premio a la originalidad fue el "Nel blu dipinto di blu" de Domenico Modugno, interpretado a corneta y tambor al paso por la calle de la Reina.

Valió la pena tener prudencia y adelantarlo una hora. Tanto, como que no son pocos los que, a estas alturas, cuestionan por qué el Desfile de Resurrección tiene que terminar cuando la paella está fría. Por la costumbre de que el desfile, lo más pinturero y característico de la Pasión marinera, tiene que empezar tan tarde, por mucho que haya actos por la mañana (encuentros, comulgar de impedidos...). En esta ocasión se adelantó esa hora por el temor al mal tiempo y el experimento funcionó mejor imposible y no sólo por el sol y calor que reinó durante el mismo, sino por la racionalidad de horarios: empezó a las doce, al filo de la una llegaba la cabeza de pelotón a la tribuna principal, con lo que aún tuvo veinte minutos más para terminar el recorrido, sobre la una y media acabaron los primeros. Y sobre las dos y media los últimos. Añádanle esa hora de un programa tradicional cualquier otro año, y tendrán claro lo irracional del caso. Es como en Fallas, que hubo que esperar a la pandemia para darse cuenta que era bobería quemar a las doce de la noche pudiendo hacerlo a las diez. 

Ese tema "habrá que verlo", pero siendo curioso, no es el más destacado de la Semana Santa Marinera de 2025. Lo más importante, eso sí, el tiempo, que permitió celebrarla en un 99 por ciento: "el miedo siempre existe con el tiempo. Tan sólo una procesión, el Viernes de Dolor de los Granaderos del Canyamelar, no salió. Las otras se retrasaron un poco pero salieron". Eso, estadística en la mano, dice que se celebraron 84 de 85 eventos. 

Lo decía el presidente de la Junta Mayor, Carles Genis, pero si destacaba algo era "la masiva participación de cofrades" en las procesiones y desfiles. "Diría que uno que los que más. Y el público, que ha acudido muchísimo. Y no solo los actos colectivos, sino todas las celebraciones, que no son pocas".

La fiesta se desarrolla en un barrio que mudado su piel con el paso de los años. Son barrios turistificados, y se nota en la cantidad de extranjeros que presencian los desfiles. Que no vienen a València adrede por la peculiaridad de la Semana Santa -si tienen que ir, van al sur-, sino que lo que hacen es encontrárselo. "A nosotros no nos viene mal. Estamos enseñando un patrimonio que tiene la ciudad de València y que es un atractivo más". Y a día de hoy, "bien convivido. No hemos tenido ningún problema" en clave de interrumpir o dinamitar ésta o aquella procesión. "El Viernes Santo repartimos veinte mil folletos precisamente pensando en los nuevos vecinos que tenemos en el Marítimo, para que entiendan lo que están contemplando". 

Ha sido, por otra parte, una Semana Santa con menos terrazas. "No es una cuestión en la que entra la Junta Mayor, pero creemos que, salvo las estrictamente necesarias, es algo que hay que valorar. Hay algunas, por ejemplo, en la calle de la Reina, que puede ser un problema, pero buscando siempre un equilibrio para poder convivir". 

Ahora, los colectivos empezarán a hibernar y la Semana Santa Marinera pasa a invisibilizarse. La junta mayor ya ha expresado la necesidad de vertebrar a partir de actos populares, obviamente no en las fechas de pasión, sino en las fiestas patronales de cada barrio. "Seguimos pensando lo mismo: no está discutido para nada lo social con lo religioso y si hacemos las cosas con valores, pensamos que se pueden hacer. Hay tiempo para todo".

Tracking Pixel Contents