"En mi edificio hay tres personas que llevan seis meses sin salir a la calle"
Muchos edificios afectados por la riada de cuatro o cinco plantas aún no han podido reparar los ascensores porque no hay piezas ni técnicos

Uno de los ascensores de una torre en Sociópolis, seis meses después de la dana / Levante-EMV

Uno de los muchos daños colaterales surgidos tras la dana fue el colapso de cientos de ascensores en una inmensa extensión de terreno habitada por unas 845.000 personas, equivalente a la población de València ciudad. Levante-EMV documentó en varios edificios y diferentes fechas las dificultades de muchos vecinos de edificios como las torres de Sociópolis, con 20 alturas, para seguir con sus vidas sin poder desplazarse en el ascensor. Hubo quien instaló sistemas de poleas para subir la compra en capazos. Y hubo quien directamente quedó confinado en su domicilio durante meses, especialmente vecinos con movilidad reducida o de cierta edad.
La situación ha mejorado, pero está lejos de solucionarse. En los bloques más altos han reparado como mínimo un ascensor de urgencia para evitar confinamientos extremos. «En nuestra torre funciona el ascensor de los números pares desde la cota cero y el de los impares que tienes que subir a la primera planta para cogerlo. Hay un tercero que todavía no funciona», cuenta una residente del Edificio Covamar en Sociópolis.
En otras torres, según explica, sus vecinos le cuentan que solo funciona un ascensor. «Realmente tenemos servicios mínimos, porque los ascensores que funcionan no bajan hasta el garaje o se paran todo el tiempo porque un solo ascensor tiene que asumir la carga de tres y no da abasto», resume esta residente de La Torre sobre una situación que, considerando lo que hay a su alrededor, podría considerarse incluso afortunada.
Porque según explican en la asociación vecinal de la misma pedanía al menos la mitad de edificios con ascensores, si no más, siguen sin poder contar con esta ayuda a la movilidad. «En mi edificio de cuatro alturas hay tres personas que no han podido bajar en los últimos seis meses», explica Aniuska Dolz, de la entidad vecinal de La Torre. «El edificio no tenía ascensor y lo instalamos por ellas. Son personas mayores que ahora no tienen cómo bajar. Los hijos se hacen cargo de ellas y las cuidan para que no les falte de nada».

El ascensor del bloque de Aniuska, en una imagen de archivo / Levante-EMV
En una situación parecida está el bloque de Maribel Collado, también de la asociación. En su bloque de cinco alturas perdieron el ascensor con la fatídica riada del 29 de octubre y todavía no saben cuándo podrán recuperarlo. También vive allí gente mayor que, en este caso, se las apaña para salir a la calle. «Van poquet a poquet con el andador y pueden tardar media hora en bajar, pero al menos salen», dice.
Sin piezas, técnicos ni dinero
Maribel ayuda al administrador de su comunidad en cuestiones logísticas y explica los tres problemas de fondo en la cuestión de los ascensores. Por un lado, faltan piezas de todo tipo para reparar las cabinas, los cables, las puertas, etc.
La demanda es inmensamente superior a la oferta y, además, algunas empresas que producían estas piezas lo hacían desde la propia zona cero de la dana, con lo que todavía están echando a rodar. Por ese motivo muchas piezas hay que irse a pedirlas fuera. «A nosotros el material en teoría nos llegan en mayo después de mucho esperarlo. Veremos».
El segundo motivo tiene que ver con los pagos del Consorcio de Compensación de Seguros (CCS). Las reparaciones en los edificios no tenían tanta propiedad como la recuperación de los coches y muchas comunidades están recibiendo ahora el dinero que les permitirá comprar las piezas necesarias y contratar a los técnicos.
El tercer problema tiene que ver con esto último. No hay técnicos suficientes. «Nosotros estamos en contacto con ascensoristas y nos dicen que falta gente, que deberían venir profesionales de otros lugares, albañiles, electricistas, técnicos de ascensor. Las empresas no encuentran a gente para contratar ni pueden permitirse meter a gente sin experiencia y formarla porque ahora todo es urgente. Cuando llamamos a estas empresas diciendo que necesitamos el ascensor porque tenemos a personas mayores sin poder bajar nos contestas: vosotros y mil más», lamenta la vecina de La Torre.
Los problemas se van solventando muy lentamente pero se solapan con otros. Por ejemplo, también en Sociópolis, hay garajes aún por reparar porque el Consorcio no adelanta el dinero sin un proyecto encima de la mesa. Y este debe contar con un estudio previo de empresa que las comunidades, con tantas derramas, no pueden sufragar. La pescadilla que se muerde la cola. El túnel sin final.
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