El ayuntamiento ordena el cierre de cuatro restaurantes de la Marina de València

El Ayuntamiento de València ha dado orden de cierre y desalojo a cuatro restaurantes de la Marina de València, en concreto, a los locales ubicados en la explanada del Veles e Vents. Los cuatro negocios deberán echar el cierre el próximo domingo, 4 de mayo. Las empresas hosteleras, cuyas concesiones ya habían caducado, reclaman poder quedarse hasta la llegaa del nuevo concesionario. Advierten de que con la orden de cierre se van a quedar en la calle 400 personas. Fuentes municipales apuntan, por su parte, que "se ha decidido no prorrogar la concesión porque se quiere apostar por otro modelo de ocio". "Esta zona se convierte en muchas ocasiones en una zona de botellón, con música que incumple la normativa de contaminación acústica", apuntan en el ayuntamiento, que explora nuevos usos para los locales, que a priori mantendrán el uso terciario.

El ayuntamiento expone que ya les había prorrogado los contratos en dos ocasiones, la primera hasta el 31 de enero de 2025 y la segunda hasta el 4 de mayo de 2025. En las dos ocasiones, los arrendatarios aceptaron las condiciones de la prórroga, explican fuentes municipales. "Los arrendatarios saben desde que firmaron que un contrato de arrendamiento es, por definición, temporal, por lo que vincular la destrucción del empleo a la no continuidad de la concesión es una crítica gratuita", añaden.

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Insisten en el ayuntamiento en que no ha habido ninguna orden de cierre como tal de los locales ya que "la obligación de cierre fue asumida voluntariamente" por los arrendatarios al aceptar y firmar las prórrogas de los arrendamientos. Tras el último día de servicio al público, que será el próximo domingo 4 de mayo los hosteleros disponen hasta el 31 de mayo para desocupar los locales de una forma ordenada. Tanto los arrendatarios como los despachos de abogados se han reunido con el Ayuntamiento en diversas ocasiones sobre este tema, aclaran.

Los hosteleros afectados, aseguran que el ayuntamiento enviará a la Policía Local la próxima semana para compobar si han cerrado los locales y recuerdan que muchos de los trabajadores de los restaurantes se vieron afectados por la dana.

El concejal de Grandes Proyectos, José Marí Olano, ha sido el encargado de negociar con los hosteleros afectados la caducidad de las concesiones. El ayuntamiento si ha prorrogado la concesión del Veles e Vents, aunque en el caso de los locales situados en la explanada anexa ha optado por rescatar la propiedad. Todavía no está claro el uso futuro que se dará a estos negocios. En principio se mantendrán usos terciarios, pero la idea es impulsar una tipo de actividad más encaminado al nuevo modelo de turismo sostenible que busca el ayuntamiento.

La parte de restauracion de la Marina de València la forman unos doce restaurantes, ubicados a ambos lados del canal y en la bocana. El ayuntamiento y la Autoridad Portuaria de València, que asumió las concesiones de los restaurantes de la marina sur, han dado un giro a la gestión de la marina pasando a gestión privada el negocio náutico y los amarres y apostando por los nuevos espacios de innovación.

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Nueva prórroga

Los hosteleros afectados han reclamado sin éxito una nueva licitación de los locales de restauración a la Delegación de Patrimonio del Ayuntamiento de Valencia. Los hosteleros han puesto la caducidad de las concesiones en manos de abogados. Estos han emitido un comunicado en el que advierten de que “los adjudicatarios cumplen con todos los requisitos que el Consorcio Valencia 2007 solicitó en su día y también con lo que se ha demandado desde delegación de Patrimonio en la actualidad. Se han firmado dos prórrogas y se han pagado las fianzas solicitadas por parte de la administración, en temporada baja, para que ahora incumpla su palabra la corporación local de permitir a dichos locales permanecer abiertos hasta la adjudicación al nuevo concesionario, que pueden ser nuestros clientes u otros” . El ayuntamiento, sin embargo, no ha atendido la petición y cerrará los locales sin tener todavía concretado el uso futuro.

Advierten los hosteleros de que con el cierre de los restaurantes "la zona quedará vaciá y podría convertirse en un espacio de botellón y ocupación de los locales con la consiguiente peligrosidad y molestias que ello supondría para la población". El ayuntamiento replica que lo que busca es precisamente evitar el botellón en el entorno cara al verano.

“Los adjudicatarios que recibieron la concesion hace más de 20 años , piden mantenerse donde se encuentran hasta la adjudicación del nuevo concesionario porque se corre peligro de ser un Maremagnum como en Alicante. Además, los empresarios aseguran que han sufragado la vigilancia cuando no la ha habido en estos espacios cuya vigilancia corresponde a la Policía Local y recalcan que el ayuntamiento los quiere desalojar "sin justificación".