Bulevar García Lorca: gran jardín de barrio o nueva conexión con l’Horta Sud
Los arquitectos y urbanistas Marina Sender (CTAV), Alejando Escribano y Juan Añón reflexionan sobre la mejor solución para el gran solar resultante del soterramiento de las vías del tren del Parc Central

Un viandante observa las obras de soterramiento del parque central, futuro bulevar Garcí Lorca
A tres años de que acaben las obras del túnel ferroviario del Parc Central que dejará, donde antes estaba la playa de vías que históricamente ha dividido a los barrios del sur de la ciudad, un gran solar de 80 metros de anchura y casi un kilómetro de largo, el diseño del denominado bulevar García Lorca enfrenta a los responsables políticos.
Mientras el gobierno de la popular Mª José Catalá apuesta por una avenida con más zonas verdes de las inicialmente había previstas pero por la que también puedan circular los vehículos, el PSPV y Compromís defienden, con apoyo de los vecinos de los barrios colindantes, que el paseo se integre en el gran Corredor Verde Sur que llegaría hasta Vara de Quart, según el diseño ganador del concurso de ideas impulsado por el anterior gobierno progresista y aparcado por el actual de PP y Vox.
La Sociedad València Parque Central ha confiado a la paisajista norteamericana, Kathryn Gustafson, ganadora en 2011 del concurso de ideas del Parc Central, la actualización de esta avenida y pieza clave del gran parque, entorno a la cual se construirán 4.000 viviendas.
Este diario ha consultado a distintos expertos, arquitectos y urbanistas, sobre cual sería la mejor solución urbanística para este espacio, más allá del debate político en el que el Ministerio de Transportes ha situado ya como interlocutora a la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, principal contrincante política de Catalá a la alcaldía de la capital valenciana.

Figuración del bulevar García Lorca sin vehículos que formaría parte del gran Corredor Verde Sur / GMS
El arquitecto y consultor valenciano Juan Añón, fundador del despacho AIC Equip, ya tuvo que reflexionar en su día sobre este espacio. El suyo fue uno de los despachos que se presentó al concurso de ideas del Parc Central, que ganó en 2011 Gustafson y su equipo. Juan Añón, que concurría junto con el internacional Alejandro Zaera (FOA), explica que su propuesta para el nuevo bulevar «era más verde que la de Gustafson, que tenía mucho viario, aunque no sé si tanto como lo que plantea el corredor verde de (Joan) Ribó».
"Una avenida a ninguna parte"
Juan Añón cree que el soterramiento de las vías es «una oportunidad» para ganar espacio público de calidad que la ciudad no debe desaprovehar. Apunta el arquitecto que el bulevar García Lorca «no es un eje capital de la ciudad, es una avenida que va de ningún lado a ninguna parte, como era la prolongación de Blasco Ibáñez». Para Añón, el papel de vial de tráfico «lo podría cumplir antes la maltratada calle San Vicente». «Creo que como avenida de penetración por el sur hay alternativas».
Tal como está concebido, con tres carriles de tráfico, «seria como una nueva avenida del Cid para los pueblos de L'Horta Sud». «Personalmetne, la idea de conectarlo con un corredor verde sur me gusta», subraya Añón.
El autor del Plan General de Ordenación (PGOU) de València, Alejandro Escribano, opina que esta avenida es «un caso muy claro de que la visión cercana dice una cosa y la lejana otra totalmente distinta». «Si coges el mapa de la ciudad, ves que este bulevar es una ocasión de oro para hacer un nuevo un eje de penetración».
"No puede ser una dotación de barrio, aunque es comprensible que los vecinos vean un solar y pidan un parque"
«Todo el Parc Central funciona como una rótula y esa avenida servirá para descargar de tráfico Ausiàs March (pista de Silla), que si es una autopista urbana y si debería ser objeto de mejoras urbanas, como San Vicente". "Si no se hace estás condenando a los vecinos de este acceso a seguir soportando todo el tráfico que entra desde la A7 y l’Horta Sud», apunta el urbanista valenciano.
Para Escribano, "después de la inversión multimillonaria en soterrar el tren, no puedes convertir este espacio en un jardín de barrio, aunque es comprensible que a nivel local los vecinos vean el solar y quieran un parque, pero ese bulevar no es una dotación de barrio". "Es una avenida que articulará muy bien la ciudad, la conectará mejor con los pueblos de l’Horta Sud, con Benetuser, Alfafar... donde viven más de 400.000 personas y donde precisamente la dana ha dejado ver los problemas de conexión con la capital».
Escribano no prevé que la avenida suponga más tráfico en la ciudad, porque València ya no puede crecer más, apenas queda suelo y hay que pensar en clave metropolitana». Sobre la movilidad, Escribano sugiere una línea de tranvía por el bulevar. «Hay espacio, es una avenida muy ancha», tanto como la avenida de Aragón.
Planes "compatibles"
Para la presidenta del Colegio de Arquitectos de València (CTAV), Marina Sender, componente como Alejandro Ecribano y junto con Carlos Lamela y José María Ezquiaga del «consejo de sabios» en material de urbanística de la alcaldesa en el bulevar García Lorca «hay que buscar el equilibrio y creo que es posible porque el máster plan del corredor verde y el bulevar no son incompatibles». «Las ciudades tiene que ir a un tratamiento más sostenible del espacio y la prioridad en García Lorca debe ser que lo que se haga mejore la calidad de vida de los vecinos, pero no es viable no incluir algo de tráfico, que de servicio».
«Garcia Lorca puede ser el inicio de ese gran eje verde al sur de la ciudad, pero no lo veo sin algo de tráfico». El plan del corredor «es lo deseable, es muy ambicioso y tiene un gran alcance lo que llevará tiempo y cambios profundos en el planeamiento». «Estoy segura de que Gustafson, que ha sido la primera en admitir que el diseño inicial del bulevar tenía muchos carriles de tráfico, hará una propuesta de calidad», augura la presidenta del CTAV».

Diseño del bulevar Garcia de Kathryn Gustafson de 2014 / A.V.
El diseño inicial de Gustafson, según la planta viaria que en su día facilitó el ayuntamiento que ahora trabaja en una nueva que se deberá aportar a la paisajista para que sirva de base a su propuesta, contaba con entre uno y dos carriles de tráfico rodado (dependiendo del tramo) y uno para el autobús.
Gustafson y su equipo proponían un eje pensado para vertebrar los barrios, con aceras de diez metros de ancho a ambos lados, con arbolado y espacios de estancia y que incluye una mediana central ajardinada de 30 metros de anchura. La proporción de espacio para uso ciudadano, zonas verdes y ciclistas superaba sobre la planta viaria los 50 metros (60% de la superficie), frente a los 28 que se reservan para el tráfico rodado. El objetivo fijado por el ayuntamiento es incrementar las zonas verdes y de uso ciudadano hasta el 70%.
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