Cinco años de los carriles bici-bus en València: "Siguen siendo una locura"

El PP renegó de ellos en oposición al considerarlos "peligrosos para todos"

Ciclistas, taxistas y conductores de la EMT piden su segregación de la vía

Un patinete circula delante de un bus en Fernando el Católico

Un patinete circula delante de un bus en Fernando el Católico / Levante-EMV

Claudio Moreno

Claudio Moreno

València

A finales de 2020, el gobierno municipal de Compromís y PSOE abrió el primer tramo del primer carril EMT-Taxi con sobreancho para circulación ciclista de la ciudad, entre la calle Doctor Peset Cervera y la avenida Pius XII, en sentido norte. Aquella banda roja pintada sobre asfalto se integró después en un eje ciclista de 1.700 metros desde la plaza de España hasta Nuevo Centro a través de las grandes vías de Ramón y Cajal y de Ferran el Catòlic y el puente de Les Glòries Valencianes. Entonces, el PP tildó el primer Bici-Bus de “peligroso para todos”. 

Más tarde, el Rialto sumó una segunda actuación de urbanismo táctico –aquí provisional– en las avenidas Giorgeta y Pérez Galdós. El segundo eje Bici-Bus reservaba un metro de anchura de uso exclusivo para ciclistas, que no obstante podían y pueden circular por todo el ancho del carril. Entonces no solo el PP se opuso a las bandas para ciclistas adultos y expertos, algunos colectivos ciclistas también fueron críticos con el proyecto. 

Años más tarde los carriles siguen siendo objeto de debate. “Estos carriles funcionan bien sobre el papel, pero en la práctica son poco seguros. Es meter un carril bici con calzador”, opina Fernando Mafé de la asociación Valencia en Bici. El primer inconveniente es que es un carril unidireccional, a lo cual no se suele estar acostumbrado, y el segundo es que no están segregados. Buses, taxis e incluso particulares están constantemente invadiéndolos. Gente muy seguidora de aquella Concejalía de Movilidad se opone a los carriles en el sobreancho, también porque son excluyentes para las personas con movilidad reducida. Para mí lo ideal sería sacrificar un carril de circulación y dárselo a la bicicleta en el sentido que convenga en el caso de Fernando el Católico”, opina el activista. 

El presidente del comité de empresa de la EMT, Iban Alcalá, es de una idea similar. “Hay que ser valiente para meterse ahí. Siguen siendo una locura. Para los ciclistas evidentemente son peligrosos, pero a nosotros también nos complican el trabajo, porque debemos respetar un metro y medio de seguridad al adelantar y no siempre se puede. Además es que los pintaron en vías precisamente muy transitadas”, dice el chófer de la EMT. “Hemos llegado a ver a ciclistas viniendo en dirección contraria por esas bandas. Desde el comité coincidimos en que deberían ir segregados del resto de la planta viaria, y en el eje Plaza de España-Nuevo Centro lo ideal es que fuera por el pasillo central”, afirma Alcalá. 

Más comedido se muestra Fernando del Molino, de la Federación del Taxi Valencia, aunque también recela de los polémicos carriles Bus-Bici-Taxi. “Cuando se pusieron pensábamos que iba a ser peor. Sigue siendo muy peligroso porque hay muchas bicicletas o patinetes que intentan adelantarse por la izquierda a nosotros y al autobús de la EMT. Se cruzan de la derecha a la izquierda con el peligro que eso conlleva. Creemos que lo mejor son carriles segregados como hay en la mayoría de calles o avenidas, pero entendemos que no se pueden poner en todos los sitios”.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents