Los vecinos de la Malva-rosa vuelven a las calles: no quieren más droga

Los vecinos de la Malva-rosa volverán a manifestarse este próximo jueves, 12 de junio, para protestar por los problemas del barrio y sobre todo por la creciente presencia de droga en sus calles. Uno de sus focos de atención son, de hecho, las Casitas Rosas, un histórico foco de marginalidad al que el Ayuntamiento de València no termina de darle una salida.

La convocatoria corre a cargo de la asociación vecinal Amics de la Malva. Su idea es concentrarse a las siete y media de la tarde en las Cuatro Esquinas. En realidad, llevan varios años concentrándose en este punto, pero habían dejado de hacerlo después de la dana del 29 de octubre al entender que la ciudad tenía otras prioridades en aquel concreto momento. La última quedada fue el 14 de octubre junto al centro de mayores del barrio.

La situación no puede esperar

Pero una vez pasado ese momento y recuperada cierta normalidad, los vecinos entienden que su situación debe ser abordada de una vez por todas. En su convocatoria centran el interés en las citadas Casitas Rosas. "Queremos un plan para las Casitas Rosas y para toda la Malva-rosa"; "reivindicamos al ayuntamiento soluciones"; "no queremos promesas, queremos resultados", son sus mensajes dirigidos al ayuntamiento.

Estas concentraciones también piden medidas urbanísticas para recuperar el barrio, medidas complementarias a un necesario plan integral para acabar con la droga en el barrio. Las intervenciones del actual equipo de gobierno en la Malva-rosa no se consideran suficientes para tranquilizar a los vecinos. La primera intervención de la actual alcaldesa de València, María José Catalá, en las Casitas Rosas sirvió para abrir una calle y despejar un foco especialmente conflictivo. Y recientemente han terminado las obras de remodelación de la avenida de la Malvarrosa, la principal calle del Barrio. Pero ninguna de estas intervenciones resultan suficientes para el vecindario.

Plan integral

Para las Casitas Rosas piden un plan integral que acabe con este foco de marginalidad e inseguridad, no pequeñas intervenciones puntuales que no tienen continuidad. Y desde el punto de vista urbanístico piden que se acabe con los descampados o los edificios abandonados. Estos problemas alimentan la presencia de toxicómanos en el barrio y también el aumento de personas sintecho, generando un clima de inseguridad que los vecinos quieren eliminar.

En definitiva, los vecinos de la Malva-rosa vuelve a manifestarse en las calles. Lo harán ocho meses después de la última vez, aunque en este caso aseguran que tendrá continuidad hasta que se adopten medidas para "dignificar" el barrio.

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