Desahucian a una mujer de 62 años en Orriols con una situación médica límite

Los militantes por el derecho a la vivienda habían frenado antes dos intentos de lanzamiento

La mujer, que perdió su empleo en pandemia, tiene degeneración macular, bronquitis asmática y pérdida visual

Los Servicios Sociales le han asignado una plaza de albergue que deberá renovar semanalmente

Desahucian a una mujer de 61 años en Orriols con una situación médica límite

Claudio Moreno

Claudio Moreno

Claudio Moreno

València

Karine, una mujer de 62 años con diversas enfermedades crónicas, con vulnerabilidad reconocida y sin alternativa habitacional, ha sido desahuciada a primera hora de la mañana en el barrio de Orriols. Ocho furgones de la Policía Nacional han acordonado la zona para que la comitiva judicial pudiera ejecutar el lanzamiento. Se trataba del tercer intento. Antes, los militantes por el derecho a la vivienda habían conseguido frenar el desahucio hasta en dos ocasiones. 

La vecina de Orriols es una mujer migrante de 62 años de origen armenio que lleva más de 20 años viviendo en España. Aunque trabajó más de 13 años, perdió su empleo durante la pandemia de 2020 sin llegar al mínimo de cotización para acceder a una pensión contributiva. Tras el fallecimiento de su marido, Karine ha ido desarrollando diversas enfermedades crónicas como degeneración macular, bronquitis asmática, pérdida visual e hipercolesterolemia. La mujer presenta una situación médica límite y carece de alternativa habitacional. De un tiempo a esta parte había dejado de pagar el alquiler por su situación de extrema vulnerabilidad. 

Los militantes del Sindicat d'Habitatge de València y asociaciones del barrio de Orriols han vuelto esta mañana al número 35 de la calle Arquitecto Rodríguez para intentar defender el portal de Karine, pero el esfuerzo, hoy, ha resultado en vano. La mujer se ha visto obligada a dejar la vivienda. Ejecutado el desahucio, el grupo de militantes por el derecho a la vivienda se ha dirigido a un centro de Servicios Sociales para intentar negociar una alternativa para la mujer de origen armenio. 

Finalmente, después de que los activistas hayan desplegado una pancarta y hayan protestado con cánticos en la puerta de los Servicios Sociales, estos le han concedido el acceso a un albergue que Karine tendrá que renovar semanalmente. En el sindicato de vivienda consideran que esta alternativa no responde a las necesidades y el estado de salud de la mujer. 

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