¿Qué plantas han causado la nueva explosión de polen en València?

Los alérgicos no se libran todavía de estornudos, picazón y lagrimeo. No está dispuesta a marcharse la explosión de polen de gramíneas y la esperanza, en todo caso, es pasar de un tormento a otro. Deberán cambiar comezón y tos por sofoco, aunque en este caso será común a toda la ciudadanía. La subida de temperaturas es la mejor terapia para acabar con muchas de las sustancias en suspensión que, en las últimas semanas, contemplan un nuevo repunte, resistiéndose a abandonar la ciudad y sus alrededores. 

Esto lo notan los propios ciudadanos alérgicos y lo demuestran las gráficas de las dos últimas semanas, que han crecido hasta casi doblar el número de granos de polen por metro cúbico, pasando de los 1.500 a los casi 3.000 en la última quincena. Más aún, las gramíneas -la familia más extendida de la cobertura vegetal- habían subido a nivel rojo la pasada semana, el más alto. El olivo y la parietaria, así como el hongo de alternaria habían alcanzado el nivel medio, antesala de la alerta. "No es un polen, pero medimos sus esporas, que precisamente subirán ahora con el calor". 

Flotan en cualquier parte

Gramíneas son no sólo los cereales de cultivo -que en València y huerta no es lo más extendido- sino gran cantidad de plantas y matojos, muchos de ellos "bordes" que se pueden encontrar en cualquier camino y que flotan en el aire. El polen que desprenden es persistente y molesto para las personas sensibles. 

Con todo, el nivel de 3.000 está muy lejos del récord del año, la particular explosión que se produjo al empezar la primavera. No hace falta echar la vista muy atrás para recordar las lluvias del mes de marzo, que dejaron los campos y jardines preparados y alimentados para que la cubierta vegetal de la ciudad explosionara en todas sus variedades, subiendo hasta 6.000 (6.054 para ser más precisos) unidades de polen por metro cúbico en el tramo final de marzo. "Se polinizó mucho y de golpe, especialmente el ciprés y la parietaria, que ha estado alta toda la primavera", asegura Carmen Andreu, alergóloga y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica. 

Los alérgicos al polen vivirán una primavera "leve" pero "persistente"

Bajará... pero volverá

El polen de gramíneas "y el de olivo, que es de finales de mayo", son los que ahora más dan la lata a los afectados. Es lo que más poliniza en climas suaves. "Bajará en julio y en agosto, pero volverá en septiembre"

El que está en nivel verde, bajo, es el del plátano de sombra, que es una auténtica tortura para quienes son sensibles al mismo, "hasta el punto de que los hay que, en tiempo de polinización, prefieren ir por otras calles. Después de Fallas también tuvo un pico muy alto pero bajó rápidamente, afortunadamente para las personas que lo sufren". 

En general, "no son patologías extremadamente graves, pero afectan mucho a la calidad de vida" y lo recomendable es "ir al ergólgo y someterse a exámenes para poder ser vacunado de forma específica para aquellos agentes que generan las alergias".

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