Última función de los Cines Martí

El emblemático establecimiento, que fue inaugurado hace casi sesenta años y lleva dos décadas cerrado, será demolido para hacer una promoción de viviendas

Estado actual de los Cines Martí

Estado actual de los Cines Martí / Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

Moisés Domínguez

València

Veinte años después de su definitivo cierre y veinte años después de convertirse en un escombro urbano, uno de los paisajes emblemáticos de la ciudad va a mutar definitivamente. Y a desaparecer. Los Cines Martí pasarán a ser historia -de hecho, ya lo eran- para ser demolidos y convertirse en una promoción de viviendas. La licencia de derribo está a punto de ser concedida como primer paso para, en los próximos tiempos, cambiar el paisaje de la avenida Reino de València.

Acabarán así dos décadas de deterioro progresivo desde que las salas echaran el cierre. Martí es un nombre emblemático en la historia del cinematógrafo en la ciudad a partir del último tercio del pasado siglo. No está en las crónicas centenarias de la ciudad, pero sí que entra por derecho en una lista con los Rex, Tyris, Metropol, Museo, Capitol, Lauria, Moderno, Apolo, Jerusalém, Flumen, Avenida, Lys, Boston, Suizo y tantos otros. Pero sufrió la suerte de todas aquellas que perecieron con el cambio de usos y costumbres de la ciudadanía.

Reconfiguración de la manzana con el proyecto de edificio

Reconfiguración de la manzana con el proyecto de edificio / RLV

Viviendas, local comercial y garage

El proyecto afecta a todo el chaflán, que penetra también en el inicio de la calle Burriana. No hay «caso Metropol» porque el cine es de cierta modernidad y no hay elementos patrimoniales valiosos -están, en todo caso, en el recuerdo de cada espectador-. Caerá por la piqueta íntegramente y se transformará en un combo con 23 viviendas, un local comercial y aparcamientos subterráneos a dos plantas sobre una superficie de catastro de casi siete mil metros cuadrados, incluyendo el patio de luces de toda la manzana pentagonal (Reino de València-Taquígrafo Martí-Conde Altea-Maestro Gozalbo-Burriana) que ocupaban las salas.

La gran transformación visual a simple vista será la planta baja, el sitio en el que los espectadores entraban para acceder sus salas previo paso por el puesto de palomitas. Ahora será el doble zaguán de acceso al local comercial y a las viviendas y las rampas de acceso al aparcamiento subterráneo.

Hacia arriba se desarrollan cinco plantas de viviendas (cuatro por piso) con tres o dos dormitorios.

El aparcamiento dispondrá de 133 plazas, a las que hay que sumar 43 privadas vinculadas a las viviendas, y 79 trasteros. La salida de vehículos no será por montacargas, sino por rampa.

Casi sesenta años de historia

Los cines Martí se inauguraron en 1968 en lo que ahora es avenida del Reino de València sobre una manzana más que consolidada. Fue iniciativa de los hermanos Martí Díez, que eran propietarios del inmueble y que lo crearon para diversificar negocio, que incluía hostelería y restauración. Los estudios sobre el cine señalan la película «Becket» como la primera cuyos rollos llegaron a la sala de proyecciones. 

El Martí fue un nombre de referencia en los tiempos en los que el cine era una de las contadas ofertas de ocio y el apellido se hizo conocido y reconocido. Llegaría a ser sede de la Mostra Cinema del Mediterrani y hasta refundaron la falla vecina, Reino de València-Maestro Serrano hasta auparla al primer premio de Especial en 1981 bajo la presidencia de Vicente Martí. Pasó a formar parte del paisaje urbano junto con la Escuela de Artesanos, la Cafetería Goya o el Monumento al Maestro Serrano, creando una manzana poderosa en el ensanche de la ciudad.

Fotografía de los cines, antes de ser adquiridos por la cadena ABC

Fotografía de los cines, antes de ser adquiridos por la cadena ABC / RLV

De una sala a cuatro y de cuatro a ocho

Con el paso del tiempo, a finales de los setenta, el cine se transformó en una multisala de cuatro escenarios para adaptarse a las nuevas exigencias de un mercado con cada vez más competencia. Y aún se partirían a ocho en el año 1991 cuando el empresario Emilio Pechuán se hizo con la propiedad del negocio para renombrarlas ABC-Martí (la franquicia y la marca). Tal como asegura Miguel Tejedor en su libro «Els Cines de València», «aún funcionó durante 14 años, con más de 4.500 estrenos durante ese periodo, muchos de ellos grandes éxitos. Pero todo tiene un final y, aún más, sus razones empresariales». 

La oferta había crecido, la decadencia contra las salas de cine se acentuó y solo algunas pudieron y han podido sobrevivir. Para cuando las plataformas digitales aparecieron -haciendo decaer los vídeo clubes, Home Cinemas y DVDs, verdugos a su vez de tantas y tantas salas-, los Cines Martí ya eran parte de la historia.

Estado actual de las antiguas taquillas

Estado actual de las antiguas taquillas / Moisés Domínguez

Años de abandono

A lo largo del tiempo, el recinto no ha hecho más que acumular decadencia. La propia de un inmueble sin uso. Empezó con la vandalización, siguieron los robos, la ocupación y, finalmente, su encapsulamiento. Desde la Universitat Politècnica se desarrolló un estudio para transformarlo en un espacio cultural, pero finalmente, su destino va hacia las necesidades del momento. 

Durante los últimos tiempos se ha blindado con una doble valla y se han tapiado los espacios de taquillas y puertas de emergencia. La fachada se ha convertido en un particular noticiero de la ciudad a base de carteles: si antes se anunciaban actores y actrices, ahora son cantantes cuyos conciertos se han ido pegando en las fachadas, uno detrás de otro. Casi como metáfora, la entrada por la que desfilaron miles de espectadores y actores invitados a la Mostra tiene ahora como bienvenida cinco contenedores de basura.

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