El TSJ allana el camino para reactivar la rehabilitación de la muralla islámica

El ayuntamiento confía en retomar el año próximo la restauración después de tres años de parón y degradación de los restos arqueológicos

El tramo de la muralla islámica de la plaza del Ángel todos los elementos que componían el recinto defensivo.

El tramo de la muralla islámica de la plaza del Ángel todos los elementos que componían el recinto defensivo. / M.A.MONTESINOS

València

El Tribunal Superior de Justicia (TSJ) ha dado la razón en dos sentencias de 3 de junio pasado al Ayuntamiento de València en el litigio que mantiene con la empresa adjudicataria de los trabajos de rehabilitación del tramo de muralla islámica de la plaza del Ángel, paralizados desde hace tres años. La rehabilitación de este tramo de la muralla del siglo XI arrancó, con un presupuesto de 2,7 millones de euros, en marzo de 2021 y debía estar terminada en junio de 2022. La Unión Temporal de Empresas adjudicataria (CYR Proyectos y Servicios-ISC-Uramir) paralizó las obras cuando estaban al 42% de ejecución y, a pesar de los requerimientos y sanciones económicas impuestas por el consistorio, obligando al ayuntamiento a apuntalar los restos arqueológicos aún sin consolidar y protegerlos de las inclemencias con lonas.

El cruce de recursos administrativos y judiciales entre el ayuntamiento y la empresa contratista (que ha presentado cuatro contenciosos, uno contra la rescisión del contrato aún por resolver) ha acabado en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, que en dos sentencias del pasado 3 de junio, contra las que cabe recurso, rechaza la pretensión de la UTE de cobrar al ayuntamiento casi 400.000 euros más por los trabajos arqueológicos imprevistos realizados y también la solicitud de ampliación del plazo del contrato al "no concurrir nueva causa originaria del retraso".

Los desencuentros con la empresa adjudicataria llegaron casi desde el primer momento. Al mes de aprobarse el contrato, la empresa ya reclamaba una revisión de precios justificando con ello la paralización de las obras y la producción de continuos retrasos. La imprevista aparición en julio de 2022 de los restos de una vivienda de época andalusí adosada a la muralla y la decisión de integrarla en el futuro centro de interpretación, y antes la aparición del cementerio de la antigua iglesia de la Santa Cruz con numerosos restos óseos, complicaron la obra y obligaron a contratar más personasl.

A juicio de la dirección Facultativa de la rehabilitación de la muralla, con el arquitecto Julián Esteban Chapapría al frente, y de los técnicos municipales del Servicio de Patrimonio Histórico, "las incidencias que se estaban produciendo en la obra eran las propias de una obra de ese tamaño y dificultad técnica, siendo los retrasos responsabilidad de la empresa", que "no puso en ningún momento a disposición de la obra los medios personales y materiales exigidos" en los pliegos. El ayuntamiento acusa a la UTE de mantener una actitud obstructiva que culminó en el mes de marzo de 2022, con una ejecución del 42% de la obra, cuando la contratista planteó la necesidad de modificar sustancialmente el contrato de obra, suspender totalmente los trabajos, y ampliar el presupuesto económico en más del 50%.

Los técnicos municipales consideraron desproporcionado el sobrecoste apuntando que se trataba de una modificación no sustancial que no debería superar el 10% del presupuesto inicial y solamente afectaba a parte del ámbito de la obra, siendo más recomendable para los intereses públicos una suspensión parcial, para poder continuar trabajando en la zona dónde se debía construir el centro de visitantes, respecto a la que no era necesaria ninguna modificación.

Ante los últimos pronunciamientos judiciales, el Ayuntamiento de Valencia procederá de inmediato a la liquidación de la obra y tramitará el procedimiento para reclamar una indemnización por los daños y perjuicios, así como para inhabilitar a UTE para contratar en un futuro.

Primer inventario de las murallas

En paralelo al litigio judicial, se está ultimando el proyecto de modificado de las obras para incorporar los restos aparecidos de manera previa a la nueva licitación de las obras pendientes. En la excavación arqueológica de la muralla de la plaza del Ángel se pudieron recuperar todos los elementos defensivos (el foso, por el que circulaba el agua, la barbacana o antemural, la liza, muralla, almenas, adarve, el paso que recorre la parte superior de la muralla, el camino de ronda e incluso arpilleras) que podrán ser visitables. La muralla también recuperará el color blanco original que tenía la muralla y cuya función era realzar el recinto defensivo de la ciudad. La historia de la muralla se explicará en un centro de interpretación de obra nueva.

Encaminado a la puesta en valor de la muralla y a dotar de contenido al centro de interpretación, la junta de gobierno adjudicó el pasado 11 de junio, a instancias de la Concejalía de Acción Cultural y Patrimonio, la elaboración a Semar Arqueología del que será el primer inventario de los restos existentes de las tres murallas que tuvo la ciudad (romana, islámica y cristiana) con un plazo de ejecución de diez meses.

La primera fortificación defensiva que tuvo Valencia se levantó en época romana. Hubo una segunda muralla en época islámica y una tercera construida tras la conquista, derribada en 1865 y de la que solo se dejaron en pie la monumental puerta de Serranos y las Torres de Quart. La que mejor se conserva, al haber quedado embebida en la trama urbana es la islámica. Además de la plaza del Ángel, en a actualidad, pueden encontrarse, restos de la antigua fortificación del siglo XI en las calles Salinas, Mare Vella, Caballeros, la Galería del Tossal, el Colegio Mayor Rector Peset o en la sede histórica de la Universidad de Valencia -­La Nau-­, así como en el interior de numerosos locales comerciales, viviendas y en el mismo subsuelo.

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