Vivienda
El casting para alquilar piso en València se endurece: "Me piden ser médico o funcionario"
La generalización del seguro de impago exige a los inquilinos triplicar en ingresos el precio de sus alquileres, algo que resulta difícil porque las rentas en València superan de media los 1.100 euros. En este escenario los caseros estrechan el filtro y se decantan por los perfiles con buenos salarios

Anuncio de alquiler en una céntrica vivienda de València / Germán Caballero
El mercado del alquiler en València empieza a funcionar con un club privado. Reservado el derecho de admisión, sus puertas solo se abren para las rentas altas o muy altas. El equilibrio oferta-demanda sigue roto y cada vivienda que se anuncia en portales inmobiliarios tiene detrás una media de 107 personas interesadas, con lo que muchos propietarios e inmobiliarias filtran mediante castings cada vez más duros y excluyentes para buena parte de la población.
En la avenida del Cardenal Benlloch se alquila un piso de 49 metros cuadrados por 975 euros. El anuncio ya avisa que la propiedad es una sociedad mercantil y la fianza será de dos mensualidades. Al llamar por teléfono la inmobiliaria fija las condiciones: «Los propietarios hacen seguro de impago y nos piden seleccionar el perfil. Buscan a alguien con nómina que ingrese 3.000 euros al mes. Es el único piso que nos queda libre».
Segundo intento. Piso de 69 metros por 1.015 euros en Soternes. Al otro lado salta una locución: «Si eres el titular del futuro contrato, pulsa 1. Si todos los futuros inquilinos tienen una continuidad laboral de más de un año, pulsa 1. Si la suma del ingreso mensual de los inquilinos es igual o superior al importe del alquiler multiplicado por tres, pulsa 1». Una vez superadas las rondas previas el teleoperador pide no menos de cuatro documentos económicos y unos ingresos netos mínimos de 3.050 euros mensuales. «Nosotros somos una sociedad de un fondo de inversión y los requisitos para todos nuestros pisos son los mismos».
Tercer anuncio. 1.000 euros en la avenida Pérez Galdós. 65 metros. Los inquilinos se van a finales de octubre y la inmobiliaria está acumulando números de posibles clientes para organizar las visitas. «Todos nuestros alquileres están con fianza, una garantía complementaria porque están amueblados y una garantía de alquiler a cargo del arrendatario, que son un 50 % de una renta. Es como un seguro de impago», explica el comercial.
Cuarto anuncio de muchos otros consultados, todos similares. 31 metros por 750 euros en Fernando el Católico. Es el antiguo ático de portería y el baño está fuera, al otro lado del rellano. El trabajador de la inmobiliaria se sincera con su potencial inquilino: «Hoy en día no sé qué más pueden pedir. Nos piden que se cobre tres veces lo que pagará de renta, pero eso en València prácticamente no existe porque las nóminas que nos traen son de 1.600 o 1.800 euros. Si supera el 30% de sus ingresos se considera una persona vulnerable; con los alquileres actuales el 90% de la población lo es».
El mismo comercial reconoce que su inmobiliaria alquila un estudio de 15 metros en la calle Simón Ortíz por 780 euros donde el propietario, afincado en EE.UU. pone condiciones todavía más exigentes. «Pide que ganes tres veces el valor de la renta y un avalista con propiedades para hacerte un contrato de 10 meses porque él lo utiliza en julio y agosto. El problema es que ahora no hay prácticamente pisos de larga estancia mientras se mantienen la demanda, así que miramos todo, vida laboral y nóminas, pero también perfil. Un funcionario tendría 20 puntos sobre el resto».
"Zulos" que multiplican su precio
Mientras, fuera de la oficina hay cientos de personas preguntándose qué necesitan para ser los primeros, para dar el perfil. María empieza a rozar la desesperación. Los últimos cinco años ha vivido junto a su pareja en «un zulo de 25 metros cuadrados» en Ciutat Vella, pero se le acaba el contrato en diciembre y su casera les ha pedido el doble de renta. Finalmente, tras intentar negociar un término medio, esta les ha dicho que venderá el bajo, de modo que los inquilinos están buscando alternativa.
«Visitamos pisos pero nos dicen que tienen más gente y se han decantado por otras personas o directamente no te dicen nada. Juntos cobramos unos 2.600 euros pero parece que no encajamos en el perfil. Es complicadísimo porque tampoco podemos pagar 1.300 euros —la renta media en València ya es de 1.132 euros—. Además los propietarios te piden de todo: ya no solo tener ingresos mínimos. Además te dicen que no puedes tener mascota, ni fumar dentro, ni llevar visitas. Quieren que seas un mueble y te cohibas en tu propia casa», relata la vecina de València. Y añade: «Las inmobiliarias nos están diciendo que nos vayamos fuera del área metropolitana de València».
La búsqueda de piso es un proceso extenuante que normalmente tiende al bucle: rastreo en el portal de turno, llamada a la inmobiliaria, visita a la vivienda, mensaje de rechazo y vuelta a la casilla de salida. Una trituradora de nervios cada vez más cruel, tal como manifiesta Sonia. «Cuando llamé a una inmobiliaria para alquilar un piso de menos de 1.000 euros en Albors me dijeron que solamente buscaban a una persona soltera que sea médico o funcionario específicamente. Una poca vergüenza. En fin», dice entre angustiada y resignada.
Perfiles homogéneos
Sobre el endurecimiento para acceder a un alquiler en València, la presidenta de la asociación de inmobiliarias de la Comunitat Valenciana (Asicval), Nora García, explica que esta situación guarda relación con factores interrelacionados: la escasez de oferta, el subidón de rentas y la generalización del seguro de impago, que ya se exige en casi todos los contratos. Dado que los seguros piden ganar tres veces el valor del alquiler y estos no paran de crecer, los perfiles con capacidad para superar el filtro empiezan a compartir todos el mismo estrato social.
«En los alquileres hay de todo, pero en general lo que quiere un propietario es que el inquilino cuide el piso y pague puntualmente. Antes apenas se pedía el seguro de impago, pero las rentas ahora son otras y los medios de comunicación le han dado muy mala fama al inquilino. Aunque los alquileres suelen funcionar sin problemas en las noticias solo se sacan casos negativos y el propietario exige más. Todo esto ha provocado que el mercado deje fuera a los mileuristas», cierra Nora García.
Suscríbete para seguir leyendo
- Consternación unánime por el fallecimiento de la fallera mayor 2026 de Pintor Goya
- El arbolado convertirá la plaza del Ayuntamiento en un refugio climático: 'Habrá tres grados menos en verano
- El gobierno de Catalá asegura los maceteros y los olivos retirados de la plaza Ayuntamiento 'no están abandonados
- València aprueba torres de hasta 16 alturas para viviendas y apartamentos turísticos en el aparcamiento del Carrefour de Campanar
- Así serán las luces de Navidad en València y el acto de inauguración: día, horario y concierto
- Pueblos de la dana y colegios se interesan por los maceteros y olivos de la plaza del Ayuntamiento de València
- La ampliación del puente del Nou d'Octubre como contraprestación de la 'operación Carrefour
- El túnel peatonal del metro que une las estaciones de Xàtiva y Alicante se abrirá antes de Navidad