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València impulsa su primera conexión ciclopeatonal con la fachada marítima

El proyecto, que se enmarca en la capitalidad europea, saca del aislamiento al barrio de Natzaret y llega como paso previo al futuro Parque de Desembocadura, el gran objetivo de Catalá en esta legislatura

Presentación de la vía ciclopeatonal que conectará València con su fachada marítima

Presentación de la vía ciclopeatonal que conectará València con su fachada marítima / Levante-EMV

València

El gobierno municipal ha presentado en rueda de prensa un proyecto de vía ciclopeatonal con el que pretende conectar de manera sostenible los barrios de Penya-roja, Grao y Natzaret; y estos con el resto de la ciudad. La nueva vía nacerá en el marco de la capitalidad verde europea, discurrirá dentro del viejo cauce del Turia, tendrá una longitud aproximada de 1,3 kilómetros, un presupuesto de dos millones de euros y un plazo de ejecución de ocho meses. Asimismo, contará como elemento más singular una pasarela que salvará potenciales inundaciones.

En el acto de presentación, el arquitecto Juan Chiquillo ha explicado que el itinerario ciclopeatonal conectará los dos márgenes del antiguo cauce del río Turia en su tramo final, uniendo la urbanización existente en su tramo XVI a la altura de la calle 3 de abril de 1979 con el puente de Astilleros en el borde derecho del cauce. La conexión facilitará la movilidad entre el gran eje verde del Turia desde el parque de Cabecera hasta el parque de Desembocadura. El itinerario tiene un ancho variable entre 3 y 5 metros según el tramo y está concebido como un camino de usos compartidos para peatones y ciclistas.

La senda –con un plazo de licitación de unos cinco meses– buscará integrarse con tramos donde se aprovecha el espacio ya urbanizado, caso del PAI de las Moreras, y otros donde se emplearán firmes de tierra estabilizada que aportan un aspecto natural. El trazado parte de la margen izquierda del cauce y cruza el canal mediante la citada pasarela ciclopeatonal de 54 metros y una anchura útil de cuatro metros y medio. Desde este punto el recorrido continúa por la margen derecha hacia el puente del ferrocarril de ADIF, donde se acondiciona el paso interior existente para mejorar su accesibilidad. A continuación el itinerario enlaza con el PAI de Moreras y prosigue hasta el de Astilleros a través de un recorrido peatonal y otro ciclista ya ejecutado en las Moreras.

En el tramo donde se ubicará la pasarela confluyen una gran parte de los colectores de aguas fluviales de València, por tanto el régimen de lluvias y avenidas puede influir en el nivel del agua. En ese sentido, se ha encargado un estudio hidráulico cuyo resultado ha condicionado tanto la disposición de los vanos como la altura a la que se coloca el tablero de la pasarela. Además, las rampas de acceso a la pasarela se han proyectado con pendientes suaves cumpliendo la normativa de accesibilidad universal. El proyecto, a cuya presentación han acudido las asociaciones vecinales de Penya-roja y Natzaret, repara una deuda histórica con este último barrio, que llevaba décadas solicitando que la movilidad sostenible en los jardines del Turia no muriera en el Oceanogràfic y continuara varios kilómetros al este.

Por su parte, la alcaldesa María José Catalá ha precisado que este proyecto “es genuino del equipo de gobierno” actual y tiene una importancia tan funcional como simbólica: “Está en uno de los puntos más importantes para nosotros que es el antiguo cauce del río Turia, que desde nuestro punto de vista tenía que llegar al mar. Es un cauce de deporte, salud, familia, infancia y tiene que llegar a la fachada marítima. Es una aspiración de muchos años de conectar la ciudad con el mar, y esta vía es una forma sana, eficiente, saludable y lógica de conectar la ciudad con el litoral".

La primera edil ha recalcado que el proyecto, que salvará la cicatriz ferroviaria adecuando un paso inferior con iluminación y videovigilancia, será permanente –descarta fórmulas provisionales–, no llegará solo, sino que se acompañará más adelante del desarrollo del PAI del Grao con más de 160.000 metros cuadrados de zonas verdes, tres kilómetros de carril bici y 45.000 metros cuadrados de equipamientos públicos, y un Parque de Desembocadura para el que se espera tener el proyecto definitivo a final de año "a pesar de los condicionantes de las vías", ha matizado sobre un proyecto que se ha marcado como gran objetivo de legislatura.

Catalá se ha detenido en este último punto lanzando un mensaje al Ministerio de Transportes. “El ayuntamiento está cumpliendo su palabra relanzando proyectos como el PAI del Grao o el Parque de Desembocadura, pero necesitamos un compromiso del Gobierno en el soterramiento de las vías de Serrería. El nuevo carril ciclopeatonal pasará por debajo, pero esas vías no tienen sentido en esta ciudad, ni en el desarrollo de la zona ni en el horizonte de las ciudades más conectadas y verdes.Tampoco tiene sentido pararlo por cuestiones económicas, porque no es caro y ya viene muy financiado por las cuotas que pagaron en su día los vecinos de Penya-roja. Solo falta voluntad, y nosotros la reclamamos”.

Compromís: "Catalá retrasa el Parque de Desembocadura"

Sobre la vía ciclopeatonal, Papi Robles, de Compromís, sospecha que el anuncio llega "porque el Parque de la Desembocadura, que es un proyecto ideado e impulsado por el gobierno de Joan Ribó, está parado y la alcaldesa no confía en sacarlo adelante en este mandato. De hecho, lo ha retrasado y lo ha sustituido por un proyecto de bajo presupuesto. Si de verdad quisiera dejar un legado verde, hace falta un calendario, financiación y un compromiso inequívoco con un río verde abierto al vecindario hasta el mar", ha dicho Robles.

"Bienvenido sea cualquier nuevo carril para ciclo-peatones —y más si conecta los barrios de la fachada marítima con el centro—. Es una lástima que este nuevo itinerario" –ha continuado Robles– "deba ser compartido por peatones y ciclistas, cuando tiene espacio de sobra para evitarlo. Es buscar problemas totalmente evitables. Aplaudimos también que el nuevo itinerario permitirá ver uno de los símbolos de la corrupción del PP, las láminas del Ágora nunca colocadas por su sobrecoste. Además, la adaptación de las zonas colindantes debería estar incluida en el proyecto", ha añadido la valencianista.

"Este 'no proyecto' de Catalá no puede sustituir un plan que debería ser ambicioso para volver a la senda de la transformación de la movilidad: reducir contaminación, recuperar espacio público para bicis y peatones y hacer una ciudad donde el vecindario se pueda mover mejor y con seguridad. Por eso es especialmente triste que el legado de la Capitalidad Verde Europea con Catalá se haya reducido al nombre de un tramo del antiguo cauce del Turia", ha concluido Robles.

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