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Los vecinos no ven turismofobia en València: "El problema es la especulación"

Broseta recuerda que "todos podemos ser turistas en cualquier momento", pero lamenta el impacto que está teniendo en la vivienda

Turistas en la Lonja de València.

Turistas en la Lonja de València. / F. Calabuig

José Parrilla

José Parrilla

València

La Federación de Asociaciones Vecinales de València no cree que haya turismofobia en València, pero sí ve un hartazgo de la gente en cuanto al impacto que tiene el turismo en la vivienda. "Los recientes incidentes entre un grupo de turistas y un colectivo de jóvenes activistas de Ciutat Vella que protestaban contra los desahucios en la calle Caixers, evidencian el hartazgo de muchos vecinos y vecinas que se sienten acosados por el incesante crecimiento de la actividad turística que encarece la vivienda y mercantiliza el espacio público". "El problema no son los turistas, el problema es la especulación que gira alrededor de la industria del turismo. El Ayuntamiento insiste en una promoción enloquecida de la ciudad, ignorando el fuerte impacto que esta industria está teniendo en la vida de los residentes. Son recursos que se invierten en promoción turística, dentro y fuera de la ciudad, mientras que que se detraen de la inspección y control de los desmanes de esta actividad", asegura la presidenta de la entidad, María José Broseta, quien asegura que "las inspecciones que se anuncian parecen más publicitarias que reales". En ese sentido, "seguimos esperando recibir los datos concretos de a quién y cómo se les conceden licencias de alojamiento turístico".

Como ha publicado este periódico, el incidente al que hacía referencia la Federación Vecinal ha tenido eco en la prensa europea, que ha colocado a València como ejemplo de la turismofobia que avanza en España. Broseta, sin embargo, no cree que sea así. "La turismofobia es un invento mediático, lo que no es un invento es que el alojamiento turístico en la ciudad es un problema. Eso lo vemos por ejemplo en la permanente judicialización de las regulaciones; apenas el Ayuntamiento ha anunciado la regulación de los usos terciarios en la ciudad ya hay 24 demandas en curso y solo ha comenzado el trámite. Hay organizaciones del sector que se dedican a poner palos en las ruedas de cualquier tipo de regulación".

"El problema no es la convivencia entre turistas y residentes, que todos podemos ser turistas en cualquier momento… El problema es una actividad turística desbocada"

No hay problema de convivencia

La dirigente vecinal insiste en que "el problema no es la convivencia entre turistas y residentes, que todos podemos ser turistas en cualquier momento… El problema es una actividad turística desbocada", una industria que sigue experimentando un crecimiento acelerado, sin límites. Y eso es lo que no es sostenible, esa es la fuente de conflicto", enfatiza.

Ahora que el Ayuntamiento habla de turismo sostenible, Broseta le hace un recordatorio: "el único turismo sostenible es el que tiene límites, y hoy hay límites claramente reventados y lo ocurrido es la prueba del hartazgo y malestar existente.

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