Los nombres más curiosos del Cementerio General
Las sepulturas del Cementerio General muestran la evolución de la sociedad y son una auténtico acervo cultural de cómo se bautizaba a los valencianos siglos atrás

Nombres insólitos en el Cementerio General de València /

Viajemos en el tiempo. Estamos en el Cementerio General en el año 2125. Posiblemente, en la partida de Faitanar. Al otro lado del nuevo cauce. Suponiendo que el nuevo cauce siga existiendo como tal y suponiendo que los enterramientos de difuntos siguen celebrándose de forma convencional, sea de cuerpo entero, cenizas o cualquier otra forma de reducción de restos -que no sea una chimenea con recuperación de fósforo, como se describe en el Mundo Feliz de Aldous Huxley-. El caso es que echamos una mirada a lápidas o memoriales. Ahí reposan Mateo, Martina, Chloe, Izan, Abril, Iker, Hugo, Luna o Liam. Alguien a nuestro lado está mirando y esboza una sonrisa por lo peculiar de esos nombres de pila, que en ese año 2125 no se pondrían a un bebé bajo ningún concepto. Nombres de antigualla, que no se llevan y que casi conducirían a la broma. «Vaya nombrecitos que ponían hace cien años».
Volvamos al presente, dejemos que Mateo, Izan y Luna tengan una larga y feliz vida y ahora retrocedamos esos cien años pero hacia atrás. Aquí no hay que especular. Basta con recorrer los sectores más antiguos del camposanto (éste, si, en este lado del río) para contemplar cómo los cementerios son testigo de vidas, de modas y de modos. Incluyendo las del nombre de pila.
Acervo cultural
Un paseo por sus diferentes pasillos son reflejo de cómo la sociedad evoluciona y cómo también lo hace para darle personalidad a sus seres queridos. Un completo santoral, con nombres que prácticamente no se ven ya, forman parte de la enciclopedia de la ciudad y su acervo cultural.

El primer alcalde de la serie histórica, Domingo Macarós (1840-1843) tuvo una lápida cuidada y con muchos de sus honores, pero se ha ido deteriorando con el paso del tiempo: las tejas que componen el arco se cayeron hace tiempo. / M. Domínguez
El matrimonio de Narciso y Narcisa
Es casi un ejercicio de imaginación que deja reliquias de cómo los valencianos de antaño se llamaban. Un viejo nicho casi es una quintaesencia: en el tramo final del Siglo XIX falleció, con apenas cinco años de diferencia, un matrimonio. Aunque la esperanza de vida se ha multiplicado, sus muertes fueron un poco prematuras: él, a los 56 años; ella, a los 61. El falleció en 1884 y «su esposa e hijas le dedican este recuerdo». Después lo hizo ella y, en el mismo mármol, «sus hijas le dedican este recuerdo». El era Narciso Nicolás y ella, Narcisa Minguet.
A partir de ahí, la lista es abundante. Pero no se engañen: eran nombres que, aunque no fueran especialmente comunes, formaban parte de la normalidad decimonónica. Eleuteria, Tiburcia, Telesfora, Erótida, Peregrina (y también Peregrín), Prudencia, Dionisia, Liberio, Patrocinio, Felicia, Fermina, Lutgarda -personaje del sainete «El Pobre Valbuena», estrenado veinte años después de su fallecimiento, lo que da a entender que era un nombre de su tiempo-, Sebastiana, Fausta, Eduvigis o Leocrícia, como aquel personaje que encarnó María Fernanda d’Ocón en una serie añeja infantil.
Aún se veía alguna Balbina de más hace una generación, aunque la que encontramos es la viuda del catedrático y senador Rodríguez de Cepeda -ambos, por cierto, con nichos bastante descuidados-.

Homenaje a los enterrados más antguos en el cementerio de Valencia /
Y también en el Siglo XX
El estamento militar, muy hereditario, también muestra nombres rotundos, como el coronel de artillería Jesualdo Pérez de Lima -de abolengo y origen murciano- o el teniente coronel Justidiano Civera Guía. Y ya nacidos en el siglo XX, aparecen nombres como Napoleón, Zósimo o Ireneo.
Hay nombres también pasados de moda, pero que en sus versiones masculinas aún mantienen cierto vigor. Pero no cabe duda que los padres de las hermanas que comparten nicho pusieron un punto o de moda o de originalidad: Alfonsa y Pascuala Folch Merino llevan ya reposando juntas más de 150 años. Lo mismo que al revés: Genoveva, Geno, aún se sigue usando, pero mucho menos usual es Genovevo, como el señor Sabater Gilabert, fallecido en 1986 a la, por aquel entonces, extremadamente prolongada vida de 93 años: nació durante el reinado de Carlos IV y falleció casi a la vez que su biznieto Alfonso XII, triste de él.
No hay duda: muchos difuntos valencianos, al abrigo de aquellas modas, podrían haberse empadronado en Huerta de Rey, esa población vallisoletana que destaca por esos nombres de pila que suenan rarunos. De hecho, dos de esta lista del camposanto valenciano, Erótida y Canuta, forman parte de su particular catálogo.

Luis Lamarca /
El santo del día de nacer
Además de las modas, que van y vienen, hay una costumbre decimonónica que también influye en la variedad de nombres que ahora han perdido su vigor: la de ponerle al rorro el nombre del santo correspondiente al día que nació. Fuera el que fuera.
Nombres de origen griego, latino, germánico...
Y no hay que engañarse, nombres así de peculiares no son creaciones repentinas: muchos de ellos arrastran siglos de historia y orígenes griegos, latinos o germánicos. Como la señora Lutgarda.
Aunque internet brinda ahora todo tipo de enlaces que sugieren nombres, se puede ser original para nombrar a ese bebé que está por llegar: basta con extender la visita del próximo fin de semana paseando por entre las tumbas. Aunque lo normal es que Semproniana y Tranquilino sean descartados. Siempre quedará la opción de Hugo.
- Consternación unánime por el fallecimiento de la fallera mayor 2026 de Pintor Goya
- Compromís denuncia que los maceteros verdes de la plaza del Ayuntamiento de València están abandonados en un solar
- El arbolado convertirá la plaza del Ayuntamiento en un refugio climático: 'Habrá tres grados menos en verano
- El ayuntamiento adquiere un edificio en Patraix que ya tenía los 39 pisos reservados
- València aprueba torres de hasta 16 alturas para viviendas y apartamentos turísticos en el aparcamiento del Carrefour de Campanar
- Pueblos de la dana y colegios se interesan por los maceteros y olivos de la plaza del Ayuntamiento de València
- El gobierno de Catalá asegura los maceteros y los olivos retirados de la plaza Ayuntamiento 'no están abandonados
- La ampliación del puente del Nou d'Octubre como contraprestación de la 'operación Carrefour