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El PP traslada la "responsabilidad" de la Zona de Bajas Emisiones al PSPV y exculpa a Vox

Los populares vetan a Compromís en la negociación de la ZBE y dicen que el voto negativo de sus socios a la ordenanza no compromete la estabilidad del gobierno municipal. "Con nuestros compañeros de Vox tenemos muchas cosas en común", señala Juan Carlos Caballero

Tráfico denso en la ciudad de València

Tráfico denso en la ciudad de València / Germán Caballero

València

Mano tendida a los socialistas, veto a Compromís, indulgencia con Vox. El Partido Popular ha hecho balance por primera vez del fiasco de la Zona de Bajas Emisiones, después de que sus socios tumbaran la ordenanza en el último pleno municipal. El portavoz del gobierno municipal, Juan Carlos Caballero, ha explicado que su partido lleva varios días negociando con el PSPV para intentar desatascar la limitación a los vehículos contaminantes, exigida a las ciudades de más de 50.000 habitantes por decreto ministerial.

Caballero ha pedido a los socialistas “responsabilidad”, “altura de miras” y abordar la negociación sin imposiciones. “Una negociación es una negociación. Nos sentamos para construir acuerdos, pero no se pueden marcar líneas rojas ni mezclar la ordenanza de Zona de Bajas Emisiones con asuntos que nada tienen que ver”, ha remarcado el político popular.

Se refería a la petición socialista de respaldar la Zona de Bajas Emisiones a cambio de un Corredor Verde libre de coches en la zona sur de la capital valenciana. Pero la oferta de los socialistas no sólo supedita su apoyo al proyecto del que ha hecho bandera. También reclaman una ZBE “real y efectiva”. Esto significa –según su criterio– acortar plazos de implantación, restringir el acceso de coches con etiqueta B matriculados fuera de la ciudad y ampliar el perímetro de afectación a San Isidro, San Marcelino o la fachada litoral.

“Nuestra voluntad de diálogo es total”, ha insistido Caballero. “Queremos una Zona de Bajas Emisiones que sea razonable, justa, transitoria, que no castigue a las familias y que tenga en cuenta la realidad de las familias valencianas, de los autónomos, o de los afectados por la dana. En estas pedanías muchos no han podido comprarse coche eléctrico”, ha razonado aludiendo a una de las excepciones que plantea el proyecto del edil Jesús Carbonell, titular de Movilidad.

La citada voluntad de diálogo, no obstante, es unidireccional. "Con el PSPV es con quien entendemos que tiene una visión más centrada. La visión de Compromís es castigar a todo aquel que tenga coche; es más difícil llegar a un acuerdo", ha dicho cerrándole la puerta de cualquier posible pacto a los valencianistas. Preguntado sobre los plazos, considerando que la ordenanza debería estar en vigor antes de que concluya el año –con los preceptivos trámites–, Caballero ha insistido en la total predisposición a sentarse con los socialistas, pero fuentes del gobierno se han fijado enero como fecha límite. Esto implicaría pedir una prórroga al Ministerio de Transportes.

"Sabíamos que con Vox había cuestiones que no eran posibles"

La demanda de “responsabilidad” fuera del seno del gobierno municipal no oculta el hecho de que este escenario ha sido provocado por Vox. El portavoz José Gosálbez votó en contra de la ordenanza después de que su grupo la hubiera aprobado hasta cinco veces. La última, el pasado martes en la Comisión de Patrimonio. Si rechazó la Zona de Bajas Emisiones en el pleno fue porque la dirección nacional de su partido se lo impuso –como en el resto de ciudades donde sostienen los gobiernos del PP–. Hasta ahora los voxistas se habían desmarcado de sus socios en cuestiones ideológica, sin impacto en la gestión, pero esta semana han torpedeado la acción municipal con un movimiento que podría tener una factura de hasta 135 millones de euros en pérdida de ayudas y sanciones por la no implantación de la ZBE.

El miércoles postpleno el enfado en el PP era evidente. Pero Caballero ha negado cualquier atisbo de crisis en la antesala del pleno extraordinario de presupuestos, fecha clave para el ejecutivo. "Después de haber estado año y medio pactando los términos con nuestros socios nos ha sorprendido el volantazo a última hora. Pero esto no afecta a la estabilidad del gobierno. Sabíamos desde el primero momento que el PP era una herramienta al servicio de los ciudadanos, que venía a pactar a izquierda y derecha, y con Vox había cuestiones que no eran posibles. Nosotros siempre pensamos en la ciudad. Con nuestros compañeros tenemos diferencias pero muchas cosas en común. Seguimos pactando para cerrar unos presupuestos que otorguen estabilidad a esta ciudad", ha tratado de zanjar el portavoz del gobierno.

El PSPV exige a Catalá que abandone su "política negacionista"

El portavoz socialista en el Ayuntamiento de València, Borja Sanjuan, ha devuelto el encargo reclamando esa "responsabilidad" a Catalá "para que renuncie a su empeño con las políticas a favor del coche y de la contaminación que están poniendo en riesgo más de 115 millones de euros para la ciudad" –sin contar las ayudas al transporte aparejadas a la ZBE–. Sanjuan ha tendido la mano de los socialistas siempre que el gobierno de Catalá abandone su "política negacionista" y se comprometa a desarrollar medidas reales que reduzcan la contaminación y a impulsar un Corredor Verde sin coches. "Si el PP insiste en promover un Corredor Verde lleno de coches o aprobar una Zona de Bajas Emisiones que no limite la contaminación, puede seguir picando en la puerta del Vox, pero parece que si hacen eso, van a ser los responsables de que los valencianos y valencianas pierdan más de 100 millones de euros para su ciudad", ha anticipado.

Compromís: "Catalá no nos llamará. Así entiende la democracia"

Por su parte, la portavoz de Compromís per València, Papi Robles, ha lamentado que el gobierno de Catalá hable de negociar ni poner líneas rojas pero al mismo tiempo descarte llamarles. "Así entiende el PP la democracia: con un ejercicio de cinismo extremo", ha denunciado. "Lo que no ha dicho el señor Caballero en ningún momento —porque ha evitado responder a las preguntas de la prensa— es qué va a pasar con los más de 115 millones de euros que la propia Catalá ha reconocido que pueden perderse por no implantar la ZBE dentro del plazo y en la forma adecuada. Tampoco ha dicho nada sobre los plazos, pero el tiempo pasa muy rápido y ya no tienen margen. Compromís sigue donde siempre ha estado: queremos una ZBE que sea una herramienta real para mejorar la calidad de vida de las personas que viven en València, una ZBE que proteja la salud reduciendo la contaminación, pero que se combine con otras medidas pactadas en el marco de la Capital Verde. Eso pasa por un Corredor Verde sin carriles de tráfico, una avenida Pérez Galdós sin túnel, una apuesta clara por la peatonalización, la reducción del tráfico y el aumento de las zonas verdes", han reclamado los valencianistas.

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