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Los nuevos chiringuitos de la Malva-rosa ponen los cimientos

La empresa de Almussafes especializada en arquitectura industrial Inhaus construye las nuevas arrocerías y ya ha colocado el vallado de obras de los dos primeros locales derribados

La imagen actual del Paseo Marítimo en obras para la renovación de los chiringuitos

La imagen actual del Paseo Marítimo en obras para la renovación de los chiringuitos / F.B.

València

El Paseo Marítimo de València, construido en los años 90, está en obras. El motivo, la renovación de los históricos chiringuitos arroceros cuyas estructuras habían quedado desfasadas, no reunían las condiciones para prestar un servicio de calidad al públio ni cumplían las exigencias de Costas. Los derribos de las diez arrocerías que hay en el paseo arrancaron a principios de octubre y ya son dos los locales que se han demolido por completo: El Bobo y Casa Isabel.

Las parcelas que ocupaban estos restaurantes se han desescombrado y ya ha empezado el movimiento de tierras para preparar la cimentación de los nuevos locales, que a diferencia de los actuales, estarán sobreelevados medio metro para protegerlos de los temporales, cada vez más frecuentes por el cambio climático.

Las vallas de obra y la maquinaria formará parte del paisaje del popular y turístico paseo marítimo y de la playa de la Malva-rosa al menos dos años. En la primera fase del proyecto de modernización de los chiringuitos, que arrancó en octubre y acabará en marzo, coincidiendo con las fallas, se desmantelarán cinco chiringuitos en total. Los otros cinco, que seguirán funcionando mientras se hacen las obras de los otros, se derribarán en octubre de 2026. La intención de la Asociación de Hosteleros de la Malva-rosa es que todo esté operativo a mediados de 2027.

Los chiringuitos El Bobo y Casa Isabel antes del derribo

Los chiringuitos El Bobo y Casa Isabel antes del derribo / MARGA FERRER

En cinco meses estarán los nuevos

La empresa de Almussafes Inhaus, especializada en arquitectura industrial, como informó este diario es la encargada de construir los nuevos restaurantes que se está construyendo en fábrica. Las estructuras de aluminio y cristal se ensamblarán in situ sobre una base de hormigón. Los nuevos chiringuitos de la playa de la Malva-rosa son el primer encargo del mundo de la hostelería que recibe esta empresa, especializada en la construcción de viviendas modulares de alta gama.

«Del pasado al futuro en tiempo récord». Ese es el eslogan que la empresa de Almussafes ha colocado en carteles en las vallas que rodean las parcelas de los antiguos chiringuitos, cuya renovación costará 800.000 euros a cada concesionario del local. Todos los chiringuitos fueron en origen merenderos ubicados en la arena que se trasladaron al paseo marítimo de obra dura cuando este se construyó. Se espera que los nuevos locales mejoren la integración con el paisaje de playa frente al exceso de hormigón de los actuales locales.

Las parcelas del Bobo y Casa Isabel listas para cimentar

Las parcelas del Bobo y Casa Isabel listas para cimentar / Levante-EMV

Los plazos que manejan los hosteleros y constructores es que los nuevos locales estén instalados en cinco meses una vez derribados los antiguos. Es una de las ventajas de la arquitectura prefabricada, que acorta los plazos, sin restar durabilidad a los edificios, aseguran en Inhaus, que estima que los nuevos chiringuitos pueden tener una vida útil de entre 50 y 75 años, aunque también hay que tener en cuenta el desgaste añadido que el salitre y la cercanía al mar supone para las edificaciones del frente marítimo.

Los próximos chiringuitos que caerán a tierra serán La Alegría de la Huerta y La Murciana. Además, también se está desmantelando la freiduría San Patricio, de estética y perfil de cliente distinto, que también cambiará de imagen, aunque no se incluye dentro de los proyectos de las arrocerías.

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