La sobrepesca de esta especie está empujándola hacia la extinción, pero bastaría el acuerdo de ocho países para salvar el 70% de su población, según los expertos.

Los peces sierra, también conocidos como pristiformes, están desapareciendo de la Tierra. Este tipo de rayas, a menudo confundidas con tiburones, con característicos y dentados hocicos, que recuerdan a una sierra, han desaparecido ya de la mitad de las aguas costeras del planeta y se enfrentan a una verdadera extinción debido a la pesca masiva.

La sobrepesca se ha convertido, de hecho, en su mayor enemigo. Los peces sierra son fáciles de capturar. Sus dientes se enganchan casi sin esfuerzo a las grandes redes utilizadas para la pesca masiva. Una vez capturados, sus aletas se venden a precios desorbitados, en un mercado muy popular en Europa y Asia. Su característico hocico, denominado rostra, se vende como un objeto novedoso, utilizado para medicinas o como espuelas en las peleas de gallo. Ser objeto de deseo de le está suponiendo, como en tantos otros casos, vivir bajo la amenaza de la extinción global.

De acuerdo con un reciente artículo, publicado en Science Advances, los peces sierra antes colonizaban las costas de hasta 90 países. Sus aguas favoritas eran las que se encuentran en áreas tropicales y subtropicales alrededor de África, Australia, Portugal, Ecuador y el Caribe.

Sin embargo, estos narigudos peces ya se consideran extintos en 46 de esas naciones, es decir, han perdido el 51% de las costas y ríos donde antes se podían jugar a excavar y enterrarse. Con tan solo cinco especies distintas, esta pequeña familia es cada vez más reducida. Según este estudio, en el que han participado investigadores de la Universidad Simon Fraser (Canadá), hay 18 países donde al menos una especie de pez sierra ha desaparecido totalmente. En otros 28, las especies desaparecidas ascienden a dos.

Y no será porque no puedan adaptarse a distintos tipos de agua. Los peces sierra viven en aguas poco profundas y lodosas, pero también en saladas y dulces. La mayoría prefiere bocas de río y sistemas de agua dulce. Todos los peces sierra tienen la habilidad de cambiar de aguas saladas a dulces, y generalmente lo hacen nadando dentro de ríos, así como en bahías y estuarios.

Tres de las especies están en peligro crítico de extinción, de acuerdo con los criterios de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión por la Conservación de la Naturaleza (IUCN). Y, a pesar de encontrarse en unas condiciones más favorables, las otras dos especies siguen estando amenazadas.  «Sabemos desde hace un tiempo que la drástica expansión de la pesca es la principal amenaza para la biodiversidad oceánica”, concluye Nicholas Dulvy, uno de los firmantes del artículo.

Sin embargo, como explica, hasta el momento no se habían realizado evaluaciones sólidas de los peces de menor prioridad, porque sus capturas se han monitoreado de manera deficiente a lo largo del tiempo. “Con este estudio, abordamos un desafío fundamental para rastrear los cambios en la biodiversidad: discernir entre la disminución severa de las poblaciones y el peligro de la extinción local», insiste Dulvy en una nota de prensa.

Ocho países tienen la clave

El estudio plantea la necesidad de que es momento de actuar de manera internacional para recuperar la especie. También considera que, tan solo con la colaboración de ocho países, (Cuba, Tanzania, Colombia, Madagascar, Panamá, Brasil, México y Sri Lanka) sería posible recuperar al menos al 70% de la población de peces sierra. De hecho, consideran que las actividades de conservación que se realicen en esos países podrían realmente salvar la especie. Los investigadores son conscientes de ello, porque ya se ha comprobado anteriormente. Es el caso de Australia o Estados Unidos, que han denominado “naciones salvavidas”, donde una buena política conservacionista ha sido la causante de que aún quede un reducto abundante de esta especie.

«Si bien la situación es terrible, esperamos compensar estas malas noticias con la identificación de estas naciones con la esperanza de salvar al pez sierra en las aguas que las rodean», señala, por su parte, Helen Yan, primera firmante del artículo. «Todavía es posible recuperar al pez sierra”, indica la investigadora, que señala que “si actuamos ahora”, será posible volver a ver vagar a estos juguetones animales en las arenas de las costas.

Artículo de referencia: https://advances.sciencemag.org/content/7/7/eabb6026

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