Se denomina mucílago marino, aunque se conoce como ‘moco marino’ y está cada vez más presente en el Mediterráneo. Son espesas masas blanquecinas o verdosas de aspecto gelatinoso que se acumulan en la superficie del mar. Es una especie de fango natural no contaminante, pero sí identificado como una consecuencia del cambio climático y que puede llegar a ser muy dañino para el ecosistema en el que se asienta.

Este lodo, formado por ciertos microorganismos, ha activado las alarmas en Turquía por su espectacular acumulación en el mar de Mármara. Una situación que ha forzado a las autoridades turcas a elaborar un plan de “gestión de desastres” para atajar el problema.

Sin embargo, el problema puede trascender en un futuro inmediato las fronteras turcas, porque el mucílago se detectó en el Mediterráneo por primera vez en 2007 y desde entonces se encuentra en expansión. El calentamiento global lo impulsa de forma decidida.

Pero, ¿cómo se forma? La comunidad científica asocia la aparición del moco marino directamente a la contaminación y al aumento de la temperatura de la superficie del mar debido al cambio climático.

Por un lado, la polución, los vertidos de aguas residuales y la degradación del entorno marino produce un aumento de los nutrientes presentes en el agua y, por tanto, una mayor presencia de microorganismos como el fitoplancton y las microalgas que se alimentan de ellos.

Daños en los sistemas marinos

En aguas calmadas y cada vez más cálidas, esta materia viva empieza a crecer sin control, reduciendo el oxígeno disponible en el agua y asfixiando a los peces y al resto de especies como, por ejemplo, los corales, por lo que supone una importante amenaza para los entornos por los que se expande. En esas condiciones de sobrepoblación y estrés, los microorganismos exudan una sustancia mucosa que se extiende con facilidad, así surge el moco marino.

Por otro lado, el mucílago se traduce en graves pérdidas para la industria pesquera, ya que las espumas flotantes obstruyen los motores de las embarcaciones y ensucian las redes de pesca.

Además, también supone una crisis de imagen para el sector turístico, ya que, aunque los viscosos lodos no llegan a ser tóxicos para el ser humano (pero pueden atraer ciertos virus y bacterias como la Escherichia coli), inevitablemente disuaden tanto a la población local como a sus visitantes de tomar un baño o, simplemente, acudir a deleitarse con las vistas.

Aunque este fenómeno no es nuevo, los expertos advierten de que cada vez está más extendido, no solo en Turquía (favorecido por un significativo aumento de los vertidos de aguas fecales al Mármara como consecuencia del aumento de la población), sino que también está al alza en el Mediterráneo, el Mar del Norte y Australia.

Impulsado por el calentamiento global y la contaminación

Los dos factores principales que provocan la aparición del moco marino en el Mediterráneo, el cambio climático y la contaminación, no solo están lejos de contraerse sino que están en expansión desde hace varios siglos.

Esto confirma que hay un doble problema muy difícil de corregir a corto y medio plazo, lo que significa que esas capas mucilaginosas podrían pasar de ser algo puntual a convertirse en un fenómeno estacional.

“Una vez que hemos empezado a verlo, probablemente el año que viene lo veremos de nuevo, y el próximo también y el próximo. Y cada año será un poco más extendido que ahora», apuntaba Ahmet Kahraman, presidente del Colegio de Ingenieros Ambientales de Turquía, en una entrevista con Efe. «Se juntan varios factores en un complejo cuadro de condiciones. La temperatura, los nutrientes que llegan con los desechos que producimos, el valor Ph… todo se une en un proceso”.

Al parecer, los científicos otomanos están detectando este fenómeno desde 2007, si bien esta es la primera vez en que ha alcanzado efectos tan visibles y dañinos para la vida marina.

Por su parte, el científico Bayram Öztürk ha explicado a la cadena CNN que la temperatura del Mar de Mármara se ha incrementado en dos grados durante el último medio siglo.

El ministro de Medio Ambiente, Murat Kurum, ya ha anunciado un plan a gran escala para declarar el Mar de Mármara una zona protegida, reducir la polución y mejorar los sistemas de tratamiento de aguas residuales de las ciudades costeras y de los buques que navegan por sus aguas.

Los expertos alertan de que el ‘moco marino’ está cada vez más extendido por el Mar Mediterráneo y temen que el aumento de temperatura que está registrando esta región del planeta (una de las más afectadas por el calentamiento global) impulse la propagación de este ‘moco’ en otras partes del Mare Nostrum.

Te puede interesar: El Mediterráneo se ‘tropicaliza’: ya tiene 1.000 especies invasoras

Te puede interesar: El cambio climático se cebará en el Mediterráneo por varios frentesEl cambio climático se cebará en el Mediterráneo por varios frentes