Desde hace ya algunos años, y ahora de nuevo en vísperas de la Cumbre de Glasgow, se insiste en la necesidad de evitar llegar a un calentamiento de 2º C para el año 2100 y la imperiosa urgencia de dejarlo en solo 1,5º C. A primera vista, no debería haber tanta diferencia entre el pesimismo y la esperanza por solo medio grado centígrado de temperatura en la Tierra. Y, sin embargo, el futuro puede ser muy distinto en función de una situación u otra.

La evolución de los acontecimientos no es precisamente positiva. El Acuerdo de París fijó como objetivo para 2100 una subida de temperatura máxima de 2º C, y preferiblemente de 1,5º C. Pero la realidad es que, tal y como van las cosas, cada vez es más posible que esos 1,5º C de calentamiento se alcancen ya en 2030 e incluso antes. Inicialmente, se suponía que se llegaría a ese punto a mediados de siglo.

Un informe del Panel Internacional para el Cambio Climático (IPCC, en inglés) deja muy claras las diferencias entre un futuro con un calentamiento de 1,5º C y otro de 2º C.

Empezando por el Ártico, que es la zona del planeta donde hay un mayor impacto del cambio climático, si el calentamiento global se limita a 1,5º C, podríamos ver cómo esta región se queda sin hielo marino un verano cada siglo, mientras que si las temperaturas suben 2º C eso sucederá una vez cada diez años.

Por otra parte, la subida del mar sería más acusada con dos grados de subida que con uno y medio. De este modo, el informe del IPCC señala que para 2100 la subida del mar sería, en promedio, diez centímetros superior con un calentamiento de 2º C que con otro de 1,5º C. Esa diferencia puede significar directamente la desaparición o la permanencia de muchas zonas habitadas de la costa en todo el planeta.

Del  mismo modo, el riesgo de mortalidad será mayor con dos grados más de temperatura global. En España, por ejemplo, un calentamiento de 1,5º C supondría que el aumento de temperatura en los días de calor extremo llegaría a los 3º C, mientras que con el escenario de 2º C se alcanzarían hasta 4º C más en los días extremadamente calurosos.

El IPCC, según explica el portal eltiempo.es, desvela que en España aumentarán las olas de calor, tanto en número como en intensidad. Los peores pronósticos auguran que tendremos veranos que durarán hasta cinco semanas más que en la actualidad, y con temperaturas que rozarán los 50º C.

La alimentación se verá afectada también a escala global. Si el calentamiento se queda en 1,5º C , habrá reducciones netas en el rendimiento del arroz, el trigo y el maíz, básicos para la alimentación mundial, pero con 2º C la reducción será aún mayor y comprometerá la disponibilidad de alimentos en el Sahel, el Mediterráneo, Europa Central, el sur de África ye l Amazonas.

La pesca, por su parte, verá reducidas las capturas mundiales en 1,5 millones de toneladas si el calentamiento global crece en 1,5º C, pero esa merma será de tres millones de toneladas si las temperaturas suben 2º C.

Ello será así porque el cambio climático está causando graves impactos en los hábitats, la reproducción, las enfermedades y la aparición de especies invasoras en todos los mares del planeta.

Ese medio grado de aumento será fundamental para determinar el futuro de los ecosistemas de la Tierra. Con una subida de 2º C se estima que el 13% de la superficie terrestre verá cómo se modifican sus ecosistemas, con mayor aridez, pérdida de bosques y zonas húmedas, y avance del desierto. En cambio, con un aumento de 1,5º C esa modificación de ecosistemas se quedará en la mitad, un 50% menos.

Pero la diferencia es aún más grande cuando se analizan las consecuencias sobre la biodiversidad. Con un calentamiento de dos grados, habrá entre el doble y el triple de especies vegetales y animales que verán reducir su ámbito geográfico en comparación con una subida de un grado y medio.

Eso es lo que sucedería en tierra firme, pero en el mar la situación no será mejor. Con una subida de 2º C el riesgo de pérdida irreversible de ecosistemas marinos será considerablemente superior que con una subida de 1,5º C. Y, en el caso específico de los corales, sus poblaciones se reducirían entre un 70-90% con un grado y medio, mientras que con dos grados prácticamente desaparecerían de la Tierra.

Foto principal: Pixabay

Informe de referencia: https://www.ipcc.ch/sr15/

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