Cómo limpiar la nevera fácil y en unos minutos

Te contamos cómo tienes que asear uno de los electrodomésticos más importantes de tu casa para que siempre esté perfecto

I. Roma

La vuelta de las vacaciones es un momento excelente para limpiar uno de los electrodomésticos más importantes de la casa: la nevera. Ese es el lugar donde almacenamos la comida (esté cocinada o no), los alimentos frescos y los víveres envasados una vez que están abiertos, de ahí que sea fundamental mantenerlo en buen estado y perfectamente limpio. De esta forma, evitaremos no sólo que se acumule suciedad y posibles bacterias, sino también que aparezcan elementos tan peligrosos como el moho.

A la hora de limpiar la nevera, es fundamental saber que hay que prestarle atención tanto al interior como al exterior, aunque obviamente el interior es donde depositamos los alimentos y todo aquello que necesita frío para su correcta conservación, como la leche, la carne o el pescado.

El mejor producto para limpiar la nevera por dentro

Para dejar la nevera impoluta y sin rastro de suciedad, es necesario que retires bien cualquier cosa que contenga. Por eso te decíamos unas líneas más arriba que la vuelta de vacaciones es un momento idóneo para acometer esta limpieza, ya que es muy probable que el electrodoméstico no esté tan lleno como cuando lo tenemos que utilizar a diario. Así, lo primero es desenchufar y vaciar la nevera para dejarla completamente libre de latas, envases o cualquier otro producto que conserves en ella.

Una vez vacía, si tienes tiempo y es necesario, los más conveniente es que retires elementos como estantes, baldas o cajones, a fin de limpiarlos y eliminar cualquier rastro de suciedad. Puedes lavarlos con agua tibia y jabón de fregar los platos al que añadirás algún desengrasante como amoníaco o vinagre si tienen restos adheridos de comida. De esta forma, todo quedará libre de suciedad y perfecto. Una vez enjuagados estos elementos déjalos escurrir mientras tú afrontar la limpieza por dentro de la nevera.

Tendrás que limpiar las paredes y la puerta de la nevera y, para ello, nada mejor que emplear un producto no abrasivo y lo más natural posible, ya que se trata de superficies en las que luego pondrás tus alimentos, estén envasados o no. Para limpiar la nevera por dentro, nada mejor que el bicarbonato de sodio, puesto que es completamente natural, no tóxico, desengrasante y antibacteriano. Puedes mezclar unas cucharadas de bicarbonato de sodio con agua y utilizar el líquido resultante para limpiar la nevera por dentro. La dosis correcta es la siguiente:

  • 3 cucharadas de bicarbonato de sodio
  • dos tazas de agua

Mezcla el agua y el bicarbonato hasta que éste se disuelva. Después, empapa una esponja suave y frota con ella por dentro las paredes y la puerta de la nevera. Deja actuar 5 minutos el producto y retíralo con una bayeta húmeda bien escurrida para que no quede agua en las superficies. Puedes hacer esto mismo con los estantes y cajones, si así lo deseas (no hará falta si los has lavado con agua jabonosa).

A continuación, una vez seca por dentro la nevera, vuelve a montar todos los elementos interiores, como baldas o botelleros (si los has fregado y aún no se han secado, quítales la humedad con un paño o papel absorbente de cocina), y coloca de nuevo los alimentos en su interior.

Cómo dejar las gomas impolutas

Lo mismo que has hecho con el interior, puedes aplicarlo al exterior del electrodoméstico si éste es de color blanco; en caso de que sea de acero inoxidable, lo mejor es que utilices un producto específico y que lo apliques en el sentido de la veta. Luego, una vez que haya actuado durante unos minutos, frota el exterior con un paño suave limpio.

Las gomas de la nevera es algo que no puedes descuidar, puesto que en ellas se puede acumular la suciedad y, sobre todo, la humedad, generando con ello el temido e indeseable moho. Para evitarlo, lo mejor es que las limpies con productos naturales. El vinagre de limpieza es una excelente opción: úsalo en las gomas y sírvete de un cepillo de dientes viejo en aquellos puntos de difícil acceso.

Si a pesar de todo no has logrado evitar la aparición de moho, empapa una gasa con agua oxígenada (la misma que utilizas para desinfectar las heridas) y déjala sobre la zona afectada durante un par de horas o tres. Luego, retírala, enjuaga suavemente y seca bien toda la superficie donde has realizado el tratamiento.

Una vez limpia la nevera por dentro y por fuera, puedes hacer lo mismo con el congelador. De esta forma mantendrás tu electrodoméstico en perfecto estado, tanto que estos pequeños gestos pueden prolongar de manera extraordinaria su vida útil.