Muere Reinaldo Herrera, el aristócrata venezolano, editor de 'Vanity Fair' y marido de la diseñadora Carolina Herrera

Titina Penzini, amiga de la pareja y comunicadora venezolana, ha informado a través de su cuenta de Instagram, que este martes 18 de marzo, ha fallecido Reinaldo Herrera, el marido desde 1969 de la diseñadora y empresaria Carolina Herrera. El aristócrata ha muerto en su casa de Manhattan a los 91 años, por causas que aún no han trascendido.

Fue editor de la revista 'Vanity Fair', y con él, su segundo marido y del que adoptó su apellido (pues se llama María Carolina Josefina Pacanins Niño), tuvo a sus hijas, Carolina Adriana y Patricia Cristina. Además, la diseñadora adoptó su apellido, pues se llama en realidad María Carolina Josefina Pacanins Niño

La diseñadora se había casado antes, con 18 años con otro venezolano, el terrateniente Guillermo Behrens Tello, con el que tuvo sus primeras dos hijas, Mercedes y Ana Luisa.

Además de aristócrata y de esposo de la gran dama, Reinaldo fue un diseñador y una celebridad en Caracas y en la Gran Manzana, donde Reinaldo y Carolina se convirtieron en una de las parejas más icónicas de la ciudad, y no se perdían las fiestas más glamurosas de Manhattan.

Un dandy coqueto

Hijo del marqués de la Torre Casa, y de Mimi Herrera Uslar, su vida estuvo siempre ligada al lujo y a la elegancia, y antes de casarse con Carolina tuvo fama de 'playboy'. Tenía una forma de vestir característica: impecable traje de raya diplomática, 'sleepers' con iniciales y llamativos calcetines amarillos.

Carolina y Reinaldo se conocieron en la ciudad natal de ambos, Caracas, cuando ella trabajaba con la firma italiana Pucci. 

Una vez casados, Reinaldo fue quien presentó a su esposa a diversas personalidades del 'jet set' de la moda y la impulsó a llevar su firma, CH, y convertirla en el imperio de la moda que es hoy en día. Él fue quien la puso en contacto con Andy Warhol, Estée Lauder y Jackie Kennedy, a quien Carolina logró vestir.

Título revocado

En 1984 el título de marqués le fue revocado, pues la costumbre nobiliaria obliga a tener hijos varones en la descendencia en 1984. La razón de ello tiene que ver con que Carolina, al no darle “hijos varones” a su esposo, no se le puede otorgar dicho “reconocimiento” que le correspondería por derecho y matrimonio.