Es amplia, cálida, sosegada y llena de luz. Dos plantas generosas distribuidas racionalmente, un jardín con piscina y unas espectaculares vistas a la ría hacen de esta casa de Baiona un paraíso de descanso.

Pensada precisamente como vivienda vacacional en cualquier época del año, las atmósferas son fluidas, luminosas y transparentes, con sabios toques de color que incrementan la vitalidad que se respira. José María Flores Míguez ha sido el encargado de insuflar armonía, calidez y equilibrio en la decoración de esta casa promovida por Rumarán Construcciones.

Todos los ambientes tienen una elegancia atemporal gracias al diseño de piezas modernas, como las que se eligieron para decorar el salón, una estancia en la que el gris grafito del sofá contrasta con la mesa de centro blanca y las butacas en rojo. El dúo de tonalidad se vislumbra igualmente en la zona de comedor, un rincón ligero lleno de transparencias desde el que se atrapa la naturaleza a través de los grandes ventanales.

En toda la vivienda se cuidó la elección de materiales, tanto en el mobiliario como en los revestimientos y textiles, para lograr una armonía general. En la cocina, la madera marca un encuentro con la elegancia, actualizada con líneas puras en el diseño de tiradores, frentes y electrodomésticos en acero.

En la zona de office se repite la combinación de blanco y rojo, al igual que en otras estancias, lo que crea una sensación de continuidad. No faltan detalles como los relojes que marcan las horas de otros países €proyección de la vocación de acogida de huéspedes de todas las nacionalidades de la casa€ o los cuadros de tonos cálidos que enriquecen los rincones.

Los baños mantienen el mismo estilo que el resto de la vivienda, una combinación de líneas puras y elegantes, con toques frescos como el friso de flores que remata la pared. Fuera, las vistas de la ría pasan a formar parte del ambiente.