La reforma que les mostramos está dirigida por el Estudio LF91 Projet Manager de Miquel Bauza y el arquitecto Jaume March en una vivienda de campo, aparentemente sin pretensiones, pero sólo aparentemente puesto que la obra misma, ya es en sí misma y en su concepción, es un ejercicio de estética y maestría sublimes.

Se conseguen poniendo en valor el pasado y sus elementos mas emblemáticos y válidos de las construcciones del campo mallorquín, austeras y por ello elegantes, funcionales y solidas, conviviendo con el presente más absoluto y mirando con vanguardia nada disimulada a un futuro muy prometedor. Para este tipo de viviendas, que nacieron en la zona de Pollenca inicialmente como casas vacacionales, para uso familiar o para cederlas a visitantes y en busca de unas vacaciones diferentes y que el tiempo, poco ha bastado, y el consiguiente cambio de costumbres, ha convertido gracias a su valía, en casas habitadas permanentemente en todas las estaciones del año.

Se debe sin duda de ninguna clase a que las últimas tecnologías, unos materiales de construcción de primerísima calidad y un concepto claro desde el inicio del proyecto dan como resultado viviendas muy apetecibles, modernas pero cálidas.

La obra y su interiorismo son una magnifica muestra de que con la sensibilidad necesaria y la cultura cosmopolita puesta al servicio de la estética se pueden conseguir resultados óptimos en modernidad, partiendo de un pasado que nos regala elementos arquitectónicos que engrandecen hoy más que nunca, la calidad de estas viviendas rescatadas y protegidas, quizás para siempre.

Para los propietarios de esta casa, el neurocirujano centroeuropeo de gran prestigio con clínica propia , que la utilizan como refugio, era muy importante restaurar los elementos existentes y llevar a cabo una intervención mínima para no robar el alma de estas paredes con historia que convierten su espacio vital en algo más que una casa de campo. Por bello que sea el entorno.

Así se decidió crear un edificio con dos volúmenes, uno de ellos que es la rehabilitación de una parte de la casa que ya existía, que se pudo salvar, y que data del año 1850. La que esta más al lado de la montaña, sin embargo, es totalmente nueva pero para su construcción se reutilizaron todos los materiales demolidos alrededor de la vivienda primitiva.

De esta forma, no se nota en la fachada qué parte es la nueva y cuál la que pertenece al siglo XIX. Para la rehabilitación de la antigua fachada y las juntas de la nueva se han utilizado materiales tan simples como la cal, igual que se hacía en 1800. Para vestir los interiores, además de la cal en paredes se utilizaron piedras de Binissalem abujardado y envejecido y canto rodado, tan típico también de nuestras casas.

Toda la obra de rehabilitación ha sido posible gracias al saber hacer de la empresa especializada Epic-Construcciones, que ya fue la encargada de realizar la primera casa del cliente en Pollenca, y que también les mostramos. Una prueba de que la calidad engancha a los más exigentes.