Los muebles antiguos son una joya. Son testigos del buen hacer de antaño y de la calidad del trabajo en madera de carpinteros y ebanistas. Aunque hoy en día la carpintería ha evolucionado mucho, lo cierto es que las piezas clásicas, heredadas o compradas, aportan un valor añadido para cualquier estancia de la casa. Sin embargo, además de calidad, historia y solera, los muebles antiguos también pueden tener algunos problemillas. La madera es sinónimo de calidad, es un material totalmente natural, lleno de vetas y texturas. No se trata de laminados ni melamina ni de material prensado. Es madera y como tal puede tratarse durante su vida para darle un nuevo aspecto. Se puede pulir, lijar, pintar y barnizar, pero también sufre problemas como la carcoma o la dilatación. 

 

La primera puede tratarse con productos comerciales e insecticidas especiales para madera.  También puede usarse gasoil o diésel para acabar con la carcoma y proteger el mueble. La dilatación se debe, por su parte, a cómo se comporta la madera por la acción de la humedad y la temperatura. Es un material natural expuesto a la humedad del ambiente. Puede dilatarse por el calor o por la humedad pero también puede encogerse cuando se seca por una extrema deshidratación. 

Puertas y cajones atascados

 Uno de los puntos donde más se puede apreciar el efecto de esta dilatación son las puertas y los cajones. Al dilatarse, la madera puede llegar a rozar con otras piezas del mueble y mostrar resistencia. En el caso de los muebles antiguos, este problema es aún más frecuente puesto que no suelen contar con rieles de metal que eviten la fricción ni la dilatación. Es muy habitual que todo el mueble esté hecho de madera y que todas las piezas sean de este material. 

 

Un pastilla de jabón puede ayudar a eliminar la fricción de los cajones de madera

En estos casos existe un truco que puede ayudar a que los cajones de madera se deslicen con más facilidad. No hay que recurrir a ningún producto químico. Solo hace falta una pastilla de jabón.  

 

El jabón puede usarse como una especie de vaselina o lubricante que ayude a la madera a deslizarse y evitar la fricción sobre la otra pieza de madera que conforma el riel del cajón. Para ello, solo hay que vaciar el cajón, limpiarlo con una bayeta para eliminar restos de suciedad y frotar ligeramente la superficie de madera con la pastilla de jabón. La madera quedará impregnada de una delgada capa de jabón que actuará como un film deslizante.