El truco definitivo para quitar las manchas de la ropa

Se trata de un gesto de limpieza infalible que han aplicado generación tras generación

El truco definitivo para quitar las manchas de la ropa.

El truco definitivo para quitar las manchas de la ropa. / L-EMV

Mantener blanca la ropa de los niños y, sobre todo, los cuellos y puños de camisas, polos y camisetas parece casi imposible. Y sin embargo no lo es. Muchas de nuestras madres y abuelas se han dedicado durante años en cuerpo y alma a cuidar de sus familias y, precisamente por esa experiencia, tienen el conocimiento suficiente para saber cómo conseguir que el blanco de las prendas de ropa se mantenga brillante e impoluto, incluso aunque se trate de piezas habitualmente utilizadas por los niños.

El truco de limpieza que ellas han usado durante décadas es sencillo y único: separar bien la ropa a la hora de lavar y, sobre todo, frotar. No hay muchas más soluciones (y desde luego aquí no existen los milagros) para conseguir limpiar a fondo los puños y cuellos de camisas y polos blancos y que el color no se enturbie hasta convertirse en una especie de gris deslucido y feo. Todos hemos visto niños y adultos que lucen sus prendas blancas con sorprendente brillo hasta el punto de parecer que son nuevas, y otros que apenas con unos cuantos lavados visten ropa con aspecto apagado, turbio y viejo.

El secreto es la forma de lavar. Lo primero de todo es separar muy bien la ropa blanca si vamos a lavarla en la lavadora en compañía de otras prendas. Lo mejor es juntar blanco con blanco exclusivamente. Si es posible, nada de blanco con beige, azul claro, rosa palo o similares. Si no es posible, puedes juntar estos colores suaves y muy claros con la ropa blanca, lo que sucede es que, si tienes oportunidad, lo recomendable es lo otro para no enturbiar de ninguna forma el blanco de las prendas que vas a lavar.

En caso de que la ropa esté sucia o muy rozada, como suele suceder con puños y cuellos de las prendas blancas, debes frotar suavemente esas zonas para eliminar gran parte de la suciedad que allí se acumula. Lo más efectivo es que lo hagas con el llamado jabón de la casa (receta ampliamente utilizada por las personas de más edad y cada vez más recuperada por buena parte de la población debido a los excelentes resultados que ofrece). Este tipo de jabón, también llamado de Marsella, o incluso jabón Lagarto por lo conocido de una de sus marcas comerciales, blanquea de manera efectiva y arranca gran parte de la suciedad.

Lavar la ropa blanca con jabón casero

Puedes comprar el jabón de la casa en tiendas (está disponible en pasta y en el tradicional formato de pastilla dura) o bien hacerlo artesanalmente y, así, reciclar y reutilizar productos tan contaminantes como el aceite usado, al que le volverás a dar una segunda y útil vida. Para ello tendrás que emplear agua, aceite de oliva usado y sosa caústica, además de alguna esencia aromática o suavizante para perfumar la mezcla.

La receta del jabón de la casa es la siguiente:

  • 285 gramos de agua
  • 800 gramos de aceite de oliva usado
  • 122 gramos de sosa caústica
  • suavizante o aceites esenciales
  • mascarilla
  • guantes
  • gafas de protección

Debes respetar las medidas de la receta del jabón casero para que la mezcla se convierta en jabón gracias al proceso de saponificación. Para ello, lo primero es disolver la sosa en el agua (recuerda protegerte las manos y mucosas debido a que la sosa es muy corrosiva y desprende vapores que pueden resultar tóxicos) y, luego, añadir la mezcla al aceite de oliva usado. A continuación, bate con cuidado para que emulsionen los ingredientes y, una vez que se haya convertido en una especie de puré, agrega el suavizante o el aceite esencial que desees para perfumar la mezcla.

Puedes echar la mezcla en un molde apropiado o bien depositarla en un recipiente apto para este tipo de productos y dejarla descansar durante un mínimo de 24 horas fuera de las corrientes de aire o un ambiente frío. Una vez que endurezca, corta el jabón y permite que repose durante varios días y con los pedazos de jabón casero separados entre sí. Posteriormente, cuando ya haya endurecido lo suficiente, utiliza cada trozo para frotar las manchas más resistentes.

Lo mejor es que lo pruebes directamente en los puños y cuellos de las camisas y polos blancos para ver los resultados. Frota suavemente con el jabón las partes que estén más sucias y rozadas (puedes hacerlo en el lavabo si no dispones de una pila de lavar) y, si quieres, insiste en las partes más delicadas con la ayuda de un cepillo de dientes que ya hayas retirado por estar muy usado. Enjuaga y lava normalmente en la lavadora junto al resto de ropa blanca y, cuando la tiendes y esté seca, comprueba los resultados. Te asombrarás.