El lavavajillas es uno de los electrodomésticos que más tiempo ahorran en la cocina. Además también permiten ahorrar mucha agua. Todo son ventajas. Rapidez, limpieza, desinfección y más tiempo.... Sin embargo, el uso intensivo del lavavajillas también tiene sus inconvenientes, especialmente con la vajilla de cristal, como vasos, copas o platos especiales. Existen trucos para mejorar el funcionamiento y rendimiento de este electrodoméstico.

Es muy común que este tipo de piezas se decolore con manchas de color blanco. Es uno de los principales problemas del cristal tras usos en las máquinas lavavajillas. Las manchas suelen aparecer poco a poco. Al principio desaparece el brillo de las piezas y con el paso del tiempo dejan de ser traslúcidas y se vuelven opacas y blancas.

Pese a su aspecto blanquecino, el cristal sigue limpio y desinfectado. Puede resultar más rugoso.

Antes de darlo todo por perdido existe un truco en el caso de que las manchas se deban a un problema con la cal.

Esta coloración blanca en el cristal puede deberse a dos grandes motivos:

  1. Manchas de cal. Un mal funcionamiento del descalcificador del lavavajillas puede provocar la aparición de estas manchas en el cristal. En este caso, el cristal no tienen ningún daño irreparable y puede recuperar su aspecto natural y brillante con solo aplicarle una solución antical. En estos casos es conveniente limpiar el cristal con vinagre. Si recuperan su estado normal, lo más probable es que se deba a un ajuste incorrecto del descalcificador. Es recomendable reponer la sal en el lavavajillas para que descalcifique correctamente.
  2. Si la coloración blanquecina no se puede quitar, significa que se ha producido una corrosión del cristal. En este caso, los daños en el cristal son permanentes. El origen de esta coloración está en la composición del cristal. Éste se deteriora como consecuencia de los lavados a alta temperatura y los detergentes para lavavajillas. Existen productos protectores del cristal que ayudan reducir o eliminar este efecto.