¿El gen de la fama se hereda? ¿Acaso un padre famoso condena al éxito a su prole? Sin tener las respuestas a estas preguntas un hecho sí parece cierto: el mundo se divide entre los que son hijos de y los que no lo son pero que de vez en cuando les gustaría que la lotería genética también les hubiera favorecido.

Acabo de tener al teléfono a Morgane Polanski (1993), hija del director Roman Polanski, también actriz desde los 5 años. "Me enamoré de un plató la primera vez que mi padre me llevó a su trabajo". Está montada en el carro de la fama desde la más tierna infancia y ahora es la imagen de Fay, una marca de Diego della Valle, donde comparte imagen con otro ejemplar de segundas generaciones de famosos, Gabriel Kane Day-Lewis (1995), hijo del actor Daniel Day-Lewis.