Uno a uno y durante horas seguidas sin descanso. Céline Dion, elegante y de riguroso luto, recibió el pésame personal de las cientos de personas que se agolparon en la basílica de Notre-Dame de Montreal para despedir a su marido, René Angelil, el mismo lugar donde se dieron el 'sí, quiero' hace 21 años.

La cantante, acompañada de los dos hijastros del productor musical, Patrick y Jean-Pierre Angelil, no se separó del féretro de su esposo y fue dando las gracias uno por uno a las personas que pasaron tres horas esperando para presentar sus condolencias. "El apoyo que hemos recibido es una bendición", decía la cantante a la revista People durante el velatorio. A su lado también se encontraba el mayor de sus hijos, René-Charles, de 14 años, que no dejó a su madre sola en ningún momento, y su octogenaria madre, Thérèse. Un duro golpe para la diva musical, que se veía acentuado dos días después por la muerte de su hermano, Daniel.

"Céline es Quebec. Ella es embajadora de Quebec. Y este fue su gran amor, y teníamos que estar ahí para ella. Son inseparables; son como una sola persona, y ahora ella perdió la mitad de sí misma. Así que se siente por ella. Él era un gran hombre y un alma tan grande. Teníamos que celebrar su vida por eso vinimos hoy al funeral", comentó Judith Picard a algunos de los periodistas que cubrieron las exequias. En Canadá, tanto la ganadora de cinco premios Grammy, como su compañero de viaje, son muy queridos, convertidos en iconos nacionales, por eso las inmensas colas en la catedral para compartir el dolor con la familia.