Mario Vaquerizo y Alaska son una de las parejas más mediáticas de nuestro país. Sus apariciones públicas suelen estar acompañadas de muestras de amor entre ambos, en las que derrochan complicidad. No obstante, no todo es un camino de rosas en un matrimonio tan duradero. Por eso, se han querido sincerar y explicar una de sus crisis matrimoniales más graves.

- ¿En qué etapa está vuestro amor?

Mario: Hoy no estamos enfadados que eso está bien.

Alaska: El año pasado fue duro.

- ¿Por qué?

Alaska: Porque estábamos mal nosotros.

Mario: Las crisis existen, en una relación tiene que haber crisis. Es lo que refleja esta obra, que se pasa por distintos estados cuando se tiene una relación larga. Cuando te vas a vivir juntos te descubres un poquito mejor, pasas ese estado de adolescente, el conocimiento, la evolución, el movimiento... Creo que el amor es así, es la montaña rusa. Yo he estado en todas y espero seguir estando en todas las etapas.

Alaska: En el amor se trata de estar bien consigo mismo, no solo con el otro, cuando una persona no está bien se refleja. Es lo que nos pasó el año pasado, yo no estaba bien y él no estaba bien y juntos pues no podía ser. Era como una especie de aburrimiento...

Mario: Cuando hay amor, hay confianza y hay respeto, llega un momento que dices no quiero estar así, es un coñazo, para estar así te vas a otra cosa. Pero es que no quiero irme, al no ser que tú te quieras ir y si te quieres ir yo no te puedo obligar a nada. Todo encaja al final, pero no hay secreto, esto no es matemáticas, esto es que tienes la suerte de ser correspondido. Aunque esa suerte te la tienes que trabajar, pero hay cosas que no se pueden trabajar.

- Pero, ¿cuál fue el remedio para encontraros bien con vosotros mismos?

Mario: Hacer autoanálisis con uno mismo, estaba tonto porque estaba aburriéndome de mí mismo, por exceso de trabajo, por dudas, por pérdidas, por todo.

- Hubo un momento de no aparecer tanto a verte en todos sitios.

Mario: Yo tengo un problema, soy excesivo y adictivo, soy adicto al trabajo y a la cerveza. Cuando me vino todo esto, que me vino dado por todo el reality de Alaska y Mario, en mi afán de querer hacerlo todo, porque tengo sentido de la profesionalidad, lo quise hacer todo y lo hice hasta que dejó de divertirme. Cuando dejó de divertirme y veía que me estaba pasando factura en mi relación con Alaska, como la relación está por encima del trabajo, pues lo dejé. Me siento un privilegiado porque me ofrecen cosas que me gustan y ojalá todo el mundo tuviera todo el trabajo que tengo yo.

Alaska: No lo veo tanto como una frecuencia de trabajo sino cómo te encuentras tú.

Mario: Estaba cansado, no podía trabajar más. Era una cosa nueva para mí, me llegó muy tarde, quise abarcar todo y el que abarca mucho, poco aprieta. Pero me gustaban mucho las cosas, pero sí que se aprende de todo, no lo veo como algo negativo.