La reina Isabel II de Inglaterra nombró este sábado duque de Sussex a su nieto Harry, pocas horas antes de que, que ostentará también el título, anunció la Casa Real.

"La reina se complace hoy en otorgar un ducado al príncipe Enrique de Gales. Sus títulos serán duque de Sussex, conde de Dumbarton y barón de Kilkeel", anunció el palacio de Buckingham, recibiendo, respectivamente, un titulo nobiliario inglés, escocés y norirlandés, como manda la tradición.

El hermano de Harry, el príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión al trono de su abuela, recibió el título de duque de Cambridge, que su esposa Catalina adoptó en el momento en que se casaron.

Harry es el sexto en la línea sucesoria al trono de Inglaterra, desplazado sucesivamente del tercer puesto por sus tres sobrinos, los hijos de Guillermo.

Sussex es un histórico condado en la costa del sudeste de Inglaterra y del Reino Unido, con una población de 1,6 millones de personas. Su nombre viene de "sajones del sur" (South Saxons). Su principal localidad es la ciudad costera de Brighton, muy de moda.

En este condado se libró en 1066 la batalla de Hastings, con la que empezó la conquista de los normandos que llevó al trono al rey Guillermo el Conquistador.

Su paisaje es verde y ondulado, y su principal punto de entrada y salida al mundo es el aeropuerto de Gatwick, el segundo en importancia de los que sirven a Londres, después de Heathrow.

En cuanto a Dumbarton, está en la orilla norte del río Clyde, en Escocia, mientras que Kilkeel es una pequeña localidad pesquera del condado norirlandés de Down.

Cuando estén en Escocia, Enrique y Markle serán identificados como conde y condesa de Dumbarton.

Sussex fue condado desde 1141 y en 1801 ascendió a ducado, cuando el príncipe Augusto Federico, sexto hijo del rey Jorge III, recibió el título.

El tercer hijo de la reina Victoria, el príncipe Arturo, fue conde de Sussex en 1874, pero el título desapareció a la muerte de su nieto en 1943.