Que la familia real británica iba a sufrir una sacudida interna con la llegada de Meghan Markel fue obvio desde el primer momento en que la actriz entró en escena. Pero la rapidez con la que llegó el choque y contundencia de la ruptura, fueron una sorpresa. La boda de ensueño del príncipe Enrique y la bella novia americana, no acabó con un fueron felices y comieron perdices. Ya antes de que sirvieran los canapés y se descorchara el champán en Windsor, el fuego cruzado había comenzado.

Enrique había roto con su hermano Guillermo. Al heredero al trono no le gustaba "esa chica". Meghan había hecho llorar a Kate por un detalle del vestuario en la ceremonia. La reina se había enfadado con su nieto por la historia de una tiara, que él exigía y ella no quiso prestarle. La novia tenía a su propio padre y al resto de la parentela familiar, más o menos próxima, poniéndola como un trapo y tratando de sacar jugo de la ocasión.

'Encontrando la libertad' es la primera biografía de Enrique y Meghan. No será la última. Los autores, Carolyn Duband y Omid Scobie, dos periodistas británicos que cubren las noticias de la realeza, juran y perjuran que ninguno de los dos protagonistas han tenido nada que ver con el libro. También Diana negó en su día no tener nada que ver con Andrew Morton.

Meghan, la liberación

Duband y Scobie presentan a un príncipe traumatizado desde la infancia por la muerte de su madre, que solo encontró orden y sentido a la existencia durante su tiempo de soldado en Afganistán. Su papel, cada vez más secundario en la familia real, no llenaba el vacío existencial y le imponía en cambio muchas cortapisas. En Meghan vio la liberación, la llave para abrir la jaula de oro. En el tercer encuentro ya le juraba amor eterno.

Cuando su hermano le dijo que esperara, lo tomó a mal. Enrique, hipersensitivo, sintió que los cortesanos que rodean a Guillermo le habían "arrojado bajo un autobús" para hacer que el futuro rey luciera mejor ante la opinión pública. De acuerdo con el libro, en palacio han llegado a temer que la discordia entre los dos hermanos pudiera poner en peligro la monarquía.

La viveza y el espíritu de la recién llegada, inteligente, con muchas tablas y acostumbrada a disfrutar de una gran libertad, chocó con el protocolo anquilosado de los consejeros reales. Tras el compromiso en el 2017, recibió un "cursillo" sobre cortesía, similar al que había seguido en su día la duquesa de Cambridge. Una de las cosas que le enseñaron a la "feminista" fue a salir con gracia de un coche. El libro también descubre que, como todos los miembros relevantes de la familia real, exceptuando la reina, Meghan asistió a un entrenamiento de supervivencia en caso de verse envuelta en un intento de secuestro o un acto terrorista. Los ataques, sin embargo, llegaron por otro lado.

Sin protección frente a los tabloides

El bombardeo de la prensa contra la duquesa fue incesante y virulento. Un linchamiento sexista, con tintes racistas del que, según los autores, en el palacio de Buckingham, de donde salían filtraciones interesadas, no hicieron demasiado por protegerla. A eso se sumó la frialdad de Kate, ignorando a su cuñada y la tensión creciente entre Guillermo y Enrique. El nacimiento de Archie, su primer hijo y su decisión de no ofrecérselo en bandeja a los reporteros, como si eso fuera parte del contrato de ser un "royal", fue la gota que colmó el vaso.

La marcha a California de la pareja, quizás estaba prevista desde hacía mucho tiempo. Quizás siempre fue el plan de Meghan. El libro deja muchas preguntas sin respuesta. Quizás las más interesantes.