Lujos, palacios y realeza. Pero también de batallas legales, denuncias por incesto y posibles drogas, así fue la vida de Kasia Gallanio.  La jequesa de Marbella fue durante años la princesa de Catar pero tras su divorcio residía en la Costa del Sol. 

Gallanio nació en Cracovia pero se mudó de niña a Estados Unidos. Kasia llevaba con honor ser polaca. De hecho ayudó a los ucranianos a protegerse de los rusos en la invasión que sufre el país. Durante su juventud fue a la universidad estatal de California y después trabajó en la multinacional financiera Morgan Stanley. Pero su vida dio un giro de 180 grados cuando conoció al príncipe de Catar, Abdelaziz bin Khalifa Al Thani (73 años); tío del emir de Qatar, Sheikh Tamim bin Hamad Al Thani.

Se conocieron en París, cuando ella tenía 29 y él 56. La pareja acabó casándose y ella se convirtió al Islam, de esta forma pasó a ser la tercera esposa del príncipe catarí. Fruto de ese matrimonio nacieron tres hijas: Sheikha Malak, Sheikha Yasmin y Sheika Reem.

Su unión con el emir fue el principio de su tragedia. En 2012 Kasia decidió separarse de Al Thani, en un complicado divorcio por la custodia de las tres hijas menores que tenían en común. 

"Mis dos hijas gemelas querían vivir conmigo y él, como castigo, cortó contacto con ellas. A la pequeña no se le permite hablar conmigo y eso me entristece mucho. Ella recibe muchas cosas materiales de su padre, pero todo es un chantaje. Es muy triste porque extraño a mi hija", expresó Kasia Gallanio durante una entrevista.

La batalla judicial no quedó ahí. Una de las hijas de Gallanio y el príncipe denunció el pasado mes de abril haber sido víctima de agresiones sexuales por parte de su padre cuando ella tenía 9 y 15 años. La Fiscalía de París abrió una investigación por agresión sexual a cargo de la policía de protección de menores. Sin embargo el príncipe que goza de inmunidad diplomática, ha desmentido estas acusaciones.

Una denuncia que Gallanio hizo pública en diversas entrevistas. A través de sus redes y medios de comunicación, la jequesa no tuvo miedo de denunciar públicamente la situación a la que se enfrentaba. 

La denuncia fue desestimada por un tribunal judicial de París el pasado 19 de mayo. Las dos hijas mayores no tienen una buena relación con su padre mientras que la menor, de 15 años, sigue viviendo con su padre en un palacio de la avenida Montaigne de París. Según informa el diario francés Le Parisien, la menor vive aislada del mundo y en situación de abandono escolar.

Un fatal desenlace

Agentes de la Policía Nacional acudieron, junto al portero del edificio, a la vivienda de Gallanio en Marbella sobre las 8.00 horas de la mañana del domingo 29 de mayo tras ser alertados por una de sus hijas tras no poder contactar con su madre durante días, según adelantó el periódico francés Le Parisen. Cuando llegaron los agentes al interior del inmueble, encontraron sobre una cama el cuerpo sin vida de una mujer que no presentaba signos de violencia: se trataba de ella, de Kasia Gallanio. Su abogada, Sabrina Boesch, opina que todos los reveses y batallas judiciales tuvieron que ver en la muerte de la jequesa de Marbella.