Los síntomas que llevaron a los médicos a pensar que la hija de Anabel Pantoja había sido maltratada
El síndrome del bebé zarandeado es grave forma de malos tratos

Síndrome del bebé zarandeado: la posible causa detrás de las lesiones de la hija de Anabel Pantoja. / Levante-EMV
El síndrome del bebé o niño zarandeado, la posible causa detrás de las lesiones sufridas por la hija recién nacida de Anabel Pantoja, que la obligaron a permanecer en la UCI pediátrica de un hospital de Gran Canaria durante dos semanas, es una forma grave de maltrato infantil que ocurre cuando un bebé o un niño pequeño es sacudido violentamente.
Este movimiento brusco provoca que el cerebro del niño se mueva dentro del cráneo, lo que puede causar lesiones graves como hemorragias cerebrales, inflamación, daño neuronal e incluso la muerte. Al parecer, la pequeña Alma, la hija de la influencer, ingresó con un traumatismo craneoencefálico que podría ser compatible con el síndrome del bebé zarandeado.
De hecho, los médicos que atendieron a la pequeña sospecharon de esta posibilidad y, tras consultar y confirmar las lesiones con un forense, activaron el protocolo de protección y dieron parte al juzgado para que investigase si estaban ante un posible caso de malos tratos.
Tanto Anabel Pantoja como su pareja y padre de la niña, el fisioterapeuta David Rodríguez, tuvieron que ir a prestar declaración en el juzgado por estos hechos, pero ni él ni ella fueron detenidos ni tampoco se les retiró la guarda y custodia de la menor, lo que indica que el juzgado no considera que sean los responsables de las lesiones sufridas por la recién nacida. Es más, en cuanto ésta recibió el alta hospitalaria, la pareja y su hija pudieron volver juntos a la casa de la influencer en Gran Canaria.
Qué es el síndrome del niño zarandeado
El síndrome del bebé o niño zarandeado es una situación relativamente común en las urgencias de los hospitales. Los síntomas pueden variar en gravedad y, en líneas generales, es un problema que puede ocasionar lesiones permanentes e incluso la muerte a los niños, además de convertirse en una de las principales muestras de maltrato a los bebés o niños de muy corta edad.
Los síntomas más habituales y leves del síndrome del bebé o niño zarandeado incluyen:
- Irritabilidad o llanto inconsolable (Anabel Pantoja cuenta que la pequeña Alma estalló en lloros y, poco después, comenzó a convulsionar)
- Pérdida de apetito o dificultad para alimentarse
- Vómitos sin causa aparente
- Letargo o somnolencia excesiva
Si los daños ocasionados por ese zarandeo o movimiento violento al que ha sido sometido el bebé o menor son más graves, los síntomas se pueden manifestar de las siguentes formas:
- Convulsiones (según el relato de Anabel Pantoja, la pequeña convulsionó sin motivo aparente el 9 de enero, por lo que inmediatamente la llevaron al hospital)
- Dificultad para respirar o apnea
- Pérdida del conocimiento
- Parálisis o falta de respuesta
- Pupilas dilatadas o desiguales
- Hemorragias en los ojos (hemorragias retinianas)
En caso de no detectarse a tiempo, el síndrome del niño o bebé zarandeado puede ocasionar secuelas neurológicas permanentes, como retraso en el desarrollo, ceguera, parálisis cerebral e incluso la muerte.
¿Cómo se descubre el síndrome del niño zarandeado?
El diagnóstico de este síndrome suele ser relativamente complicado porque los padres o cuidadores del niño afectado no suelen admitir lo ocurrido. Es habitual que aleguen que el pequeño o la pequeña se les ha caído de la cama o de los brazos, que de repente ha convulsionado sin motivo aparente o un sinfín de excusas más. Y lo cierto es que todos esos accidentes pueden ocurrir; lo difícil es descubrir cuándo es por una situación accidental y cuándo por un posible caso de malos tratos.
Los médicos suelen sospechar del síndrome del niño zarandeado cuando ante ellos llega un bebé con lesiones cerebrales para las que, en principio, no hay una explicación razonable. Para confirmar o descartar estos posibles malos tratos o esos daños, los facultativos pueden realizar pruebas como:
- Tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM), cuyo objetivo es detectar hemorragias o inflamación en el cerebro.
- Examen ocular para buscar hemorragias en la retina.
- Radiografías, que pretenden identificar fracturas antiguas o recientes y que pueden ser señales inequívocas de abuso previo.
- Análisis de sangre para descartar cualquier enfermedad que pudiera causar síntomas similares.

Anabel Pantoja y su pareja, David Rodríguez, son su hija Alma poco antes de que la hospitalizasen por un posible caso de síndrome de bebé zarandeado. / Levante-EMV
El personal médico juega un papel clave en la detección de este síndrome del niño o bebé zarandeado, ya que muchas veces los síntomas son atribuidos a caídas accidentales u otros problemas de salud. Cuando existe la más leve sospecha de que pudiera haber un caso de malos tratos infantiles detrás de esas lesiones, los facultativos informan de oficio a las autoridades para proteger al menor afectado.
No obstante, en muchas ocasiones las lesiones se han producido de manera accidental y no hay consecuencias para los padres y/o cuidadores porque no hay evidencia de que se trate realmente de un caso de maltrato. Es lo sucedido en el caso de Anabel Pantoja, su pareja y su hija Alma, puesto que los padres de la recién nacida fueron interrogados en sede judicial y, tras prestar declaración, quedaron en libertad y han podido volver a casa con su pequeña en brazos cuando ésta recibió el alta hospitalaria.
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