Intérprete consagrado en teatro, cine y televisión, Carlos Hipólito (Madrid, 1956) tiene la vista puesta en dos proyectos musicales, Follies y Sonrisas y lágrimas.

¿En qué piensa al despertar€?

¡Qué sueño tengo! ¡Siempre dormiría más!

No sale nunca de casa sin

Comprobar que está todo bien cerrado, soy bastante ordenado y previsor€

Su desayuno preferido€

Un poquito de fruta, fiambre, jamoncito, quesito€ nada de fritos ni huevos.

Su mejor momento del día€

Los que estoy con mi mujer y mi hija.

Si tiene una hora libre, ¿qué hace?

¡Nada! Está muy desprestigiado, pero me encanta quedarme sentado y no hacer nada. Eso de que te estás quitando un calcetín y te quedas mirando la pared...

Un cantante imprescindible.

Serrat.

Un paisaje.

Mi mujer es canaria, vamos mucho a las islas, y me fascinan.

Su mejor manera de relajarse.

Hacer bien las cosas. La única manera es tener la conciencia tranquila. Es que soy muy Pepito Grillo de mí mismo.

Una película que no se cansa de ver€ Entre las antiguas, Eva al desnudo.

Y Eduardo Manostijeras. ¡Es que mataría por hacer como Depp con las tijeritas€! A ver si me llaman para un remake.

¿En qué le molesta perder el tiempo?

Me molesta mucho darle conversación a gente que no se lo merece.

Los ladrones de tiempo...

¡Hay muchos de esos! Que abusan de tu buena educación y te pegan unos rollos... Y me pone enfermo la pedantería. A veces, aguanto por no dar un corte y luego me lo reprocho a mí mismo.

Un pensamiento que le dé energía.

Mi hija. Pensar en ella carga mis pilas.

Un adjetivo con el que se definiría€

Es que calificarse a uno mismo me parece un poco prepotente.

Un deseo por cumplir.

Uy, muchos, y espero que algunos no se cumplan aún, para seguir teniéndolos.

Un plato que prepararía a un amigo€

No soy muy cocinillas, pero tengo fama entre mis amiguetes de saber dar el puntito a la tortilla de patata, me queda riquísima. Y hay otro plato que me sale de miedo: solomillitos de cerdo rellenos de nueces y ciruelas con una salsa de vino de Málaga. Mira, los abres por la mitad, les metes ciruelitas, nueces partidas, los cierras, los espolvoreas con sal y pimienta blanca, los rehogas con cebolla y tal y cual y les echas vino de Málaga y no sabes cómo está! ¡Es facilísimo!

Más información en