Al filo de la treintena, la sevillana María León (Goya por La voz dormida) disfruta del éxito de su papel de doctora de azarosa vida en la serie `Con el culo al aire´ y de la excelente acogida de Carmina y amén. Es la secuela del debut tras las cámaras de su célebre hermano Paco, donde de nuevo comparte cartel con su madre.

"Yo creo que las madres andaluzas son así de potentes. Como la mía. Tienen un poder, una autenticidad, una manera de mirar limpia, que parece que te radiografía. A las madres no se les despista un hijo así como así. A un padre es más fácil. En general, preguntan menos, están menos encima. Igual hay cosas que prefieren no saber. Una madre quiere saberlo todo".

Única hija en el ámbito de su familia, compartió su infancia con dos hermanos varones "y a cada uno nos educaron de distinto modo. Mi casa es la república independiente de Carmina, y a cada uno nos dio lo que precisábamos. En general, mis padres han confiado mucho en nosotros, pero conmigo, por ser niña, tenían un cuidado especial y temían que me pudieran hacer daño tanto físico como sentimental".Reconoce haber sido un poco "chicazo"

, de pequeña, lo que le ha facilitado la relación con el otro sexo. "He sido muy niña-niño y por eso creo que tengo tantos amigos como amigas. Para las confidencias no miro el género. Todos estamos capacitados para escuchar, pero las mujeres nos entendemos muy bien porque somos más rebuscadas. Nos sobran puntos de vista, y a los hombres igual les faltan. Ellos van más al asunto. El que sea. Pero esto no quiere decir que sean menos profundos que nosotras", explica.

No cree que haya grandes divergencias al encarar el amor, "sino que ellos lo filtran por otras tuberías. La capacidad para amar es la misma, pero nosotras somos más de fantasías; del mundo de las princesas, las telenovelas, las comedias románticas€ Nos gusta engolosinarnos más que a los chicos".

Le gusta el hombre tranquilo, generoso y noble, capaz de "estar" sin competir. "Y que no sea cobarde: eso no lo soporto. En cualquier caso, soy poco de enfadarme con ellos; me hacen gracia, no les suelo ver la maldad. En el fondo me dan un poco de pena. ¡Se les ve venir desde tan lejos!". Para ella, la pareja ha de ser como un equipo "para la vida, aunque no quiere decir que tenga que durar siempre. Es positivo compartir, pero no cuando es en exceso". Ella prefiere mantener un punto de misterio porque "un enamorado completamente entregado acaba siendo un tostón".