Los gatos son uno de los animales de compañía por excelencia. Son independientes, limpios y poseen con una fuerte personalidad que los convierte en amos y señores de tu casa en cuanto la pisan y cogen un poco de confianza. Los felinos son seres especiales que tienen mucho que ofrecer, aunque también cuentan con manías que les hacen odiar algunas de las cosas que hacemos los humanos con ellos.

La lista de cosas que los gatos detestan es amplia. No obstante, hay diez cuestiones básicas que has de conocer para saber cuáles son los momentos que tu gato echaría sin dudar al cajón del olvido.

Diez cosas que odian los gatos

Agua

Sienten mucha desconfianza hacia ella. No les gusta mojarse ni que los salpiques, así que mucho cuidado con ella. Según algunos científicos, esto es debido a que la mayor parte de razas felinas procede de lugares desérticos como Oriente Medio y China, por lo que su aversión al líquido elemento se habría quedado impresa de alguna forma en su ADN.

Ruidos fuertes

Los estruendos molestan mucho a los felinos. Los petardos, los gritos, la música o la tele a todo volumen y el tráfico son algunos de los ruidos que los gatos odian: les generan miedo, estrés y ansiedad.

Algunas caricias

Los gatos son seres independientes a los que les gusta que los acaricien y les den cariño. Sin embargo, algunas caricias no son de su agrado y prefieren que las omitas. Son las que les das sobre la barriga, las patas traseras y la cola. Es preferible que los acaricies en la cabeza, las orejas, la barbilla y el cuello.

Olores fuertes

Su olfato es muy sensible y los aromas intensos como el del tabaco, el vinagre, la cebolla, la lejía, el ajo o los cítricos pueden resultarles muy incómodos, así que es mejor que trates de eliminarlos de tu hogar si quieres ofrecerle un espacio confortable y cómodo, libre de olores que odien los gatos.

Diez cosas que los gatos odian. Pixabay

Cogerlos en brazos

A los gatos no les suele gustar que los cojan en brazos y muchísimo menos si lo hacen como si fuese un bebé: con la barriga y las patas hacia arriba. Eso es algo que odian por completo porque les hace sentirse muy inseguros.

Cambios en su rutina

Los felinos se sienten incómodos con cualquier modificación de su vida cotidiana: ya sea un cambio en su alimentación, en el material de su arenero, en su zona de descanso y, por supuesto, una mudanza, una situación que provoca un enorme malestar y estrés en tu gato. Lo mejor es que esos cambios se apliquen de forma gradual para reducir la ansiedad.

Puertas cerradas

No les gusta nada encontrarse con una puerta cerrada porque eso implica que no pueden acceder a toda la casa y él necesita saber en todo momento qué hay y qué sucede en cada rincón del lugar en el que vive.

Viajar en coche

Es un cambio muy estresante en su rutina que implica que lo metas en un transportín, lo saques de casa y lo introduzcas en un lugar que le es del todo ajeno, con ruidos y olores que no conoce de nada, así que es algo muy desagradable para ellos.

Tomar medicación

Les desagrada el sabor y, sobre todo, que les abran la boca a la fuerza y les metan una pastilla, les pongan gotas en los ojos o en los oídos... en general, los gatos odian que les manoseen en general en estas y otras situaciones.

Visitas al veterinario

Es probablemente lo que más detestan los gatos porque en él confluyen varias de las cosas que más odian: que los saquen de casa en un transportín, viajar en coche, que los manoseen, que le den medicación, compartir espacio con otros animales y descubrir olores y ruidos que no conoce... todo le genera estrés y ansiedad, así que no es extraño que odien con todas sus fuerzas estas visitas médicas hasta el punto de que sienten verdadero pavor